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Cascote Bértola viajó desde La Plata a Barcelona para capitanear un barco con destino a la Franja de Gaza, pero fue interceptado por Israel y pasó 6 días preso.
Carlos Bértola, más conocido como Cascote, es platense y acaba de regresar al país tras una misión humanitaria internacional que lo llevó a ser detenido por fuerzas del ejército de Israel. A poco de llegar, se sumó al programa Primer Intento en el streaming de 0221.com.ar y relató cómo fue integrar la flotilla de 50 embarcaciones que intentó llevar alimentos y medicinas a la Franja de Gaza.
El capitán del velero Estrella y Manuel, Cascote Bértola, contó cómo fue la detención de la Flotilla Sumud y los días posteriores en Israel.
El capitán platense Cascote Bértola fue liberado tras pasar varios días detenidos por Israel y finalmente regresó al país sano y salvo.
Cascote salió desde La Plata rumbo a Barcelona para sumarse como capitán a una flotilla humanitaria internacional con un destino tan claro como complejo: Palestina. El objetivo era llevar 10.000 kilos de alimentos y medicamentos a una población sitiada y visibilizar la situación humanitaria. La misión, que reunió a 500 personas de más de 50 países, enfrentó desde el inicio una fuerte resistencia: drones incendiarios, ataques en alta mar y la posterior detención de toda la tripulación por parte del ejército israelí.
Bértola relató que fue convocado como capitán del Estrella y Manuel, un viejo barco pesquero reacondicionado.
Aunque su experiencia náutica era con veleros en el Río de la Plata, aceptó el desafío de cruzar el Mediterráneo con una tarea central: brindar asistencia a las embarcaciones más pequeñas.
La travesía no fue pacífica. Ya en Túnez la Global Sumud Flotilla fue atacada con drones incendiarios que destruyeron dos embarcaciones. Luego, entre Libia y Grecia, otros doce drones explosivos causaron más daños. A raíz de estos ataques, países como España, Turquía y la propia Grecia enviaron buques militares para proteger a los activistas, pero esa cobertura llegó solo hasta los límites marcados por Israel. Una vez en aguas internacionales, a 40 millas de Gaza, las fuerzas israelíes interceptaron y abordaron las embarcaciones.
"Nos subieron lanchas rápidas con infantes de marina y armas. Nos arrodillaron al sol con 40 grados. Estábamos incomunicados", contó Bértola. El capitán platense fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad donde permaneció 6 días detenido. Según su testimonio, la detención incluyó hacinamiento, falta de comida, maltratos y la ausencia total de contacto con el exterior, salvo la visita de algunos cónsules. "Nos acusaban de querer asesinar niños israelíes. Era absurdo", expresó.
Más allá de lo vivido, Bértola sostuvo que estaba preparado para ese nivel de conflicto. "Sabía que nos podían hundir, interceptar o dejarnos pasar. Salí desde La Plata sabiendo eso", explicó y reconoció que la parte más difícil fue la incertidumbre, pero destacó que lo que más teme es la naturalización de un genocidio.
De vuelta en La Plata y con una gripe encima, Bértola no dudó en afirmar que volvería a participar en una acción de este tipo. "Estoy para seguir intentando hacer un mundo más lindo para todos", afirmó.
El militante platense también compartió que su familia fue clave durante su detención. Su hija, recién recibida de socióloga; y su hijo, muy activo en medios y redes sociales; impulsaron la campaña por su liberación. "No hay muchos capitanes militantes. Cuando uno tiene un saber específico, no puede mirar para otro lado", reflexionó.
En tono íntimo, también reconoció que su pareja y sus hijos no siempre comprenden su militancia, pero que en cada decisión pesa más su compromiso con una causa que considera urgente y universal.