El megafraude fiscal de más de 40 billones de pesos que tiene como principal imputada a la contadora Natalia Foresio sigue arrojando derivaciones explosivas. Mientras la investigación de la Justicia federal a cargo del juez Ernesto Kreplak avanza sobre las maniobras que habrían sido urdidas desde un estudio contable de la ciudad de La Plata, la profesional imputada rompió el silencio y dio un giro inesperado en su declaración: apuntó directamente contra su colega Carolina Antonella Bucchino.
La defensa de Foresio, ejercida por los abogados Alfredo Gascón y Miguel Molina, pidió que se incorpore formalmente al expediente la denuncia penal que su clienta había presentado antes de que estallara esta megacausa.
Según afirmaron, esa presentación resulta clave para comprender las responsabilidades cruzadas que podrían existir entre las contadoras y despejar —según dijeron— la verdadera autoría intelectual de muchas de las maniobras ahora investigadas.
En su resolución, el magistrado Kreplak no solo admitió el pedido, sino que ordenó una medida puntual: “En atención a ello, solicítese a la UFI 11 copia digital de la totalidad del expediente (...) caratulado ‘Bucchino, Carolina Antonella s/ Defraudación. Dte. Foresio Natalia Romina’ así como de la prueba que fue incorporada”, según reza la resolución judicial a la que accedió este medio.
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Cheques que aparecen en la causa que tiene en el centro a la contadora Natalia Foresio
Bucchino y la Justicia
No es la primera vez que el nombre de Carolina Bucchino aparece asociado a una causa por maniobras presuntamente ilegales. En las últimas horas, la fiscalía de Álvaro Garganta reveló que Bucchino también está involucrada en el expediente por corrupción que salpica al exministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Jorge D’Onofrio, a quien se le atribuyen negociados con contratos públicos direccionados.
Uno de los más llamativos tiene que ver con el alquiler de un inmueble —ubicado en la calle 6 entre 44 y 45 de La Plata— por parte del Ministerio de Transporte a una sociedad fantasma, Mobmenza Desarrollos SRL, creada apenas un día antes de que se firmara la operación. La propiedad funcionó durante meses como sede de la Dirección Provincial de Política y Seguridad Vial, pero fue desocupada de manera repentina hace dos meses, luego de que las nuevas autoridades detectaran la maniobra.
Según surge del expediente, los socios de Mobmenza son Florencia Alejandra Mendoza Samudio, beneficiaria de AUH, Plan Hogar y Refuerzo de Ingresos, y Bernardo Rubén Moreno, empleado del Ministerio de Seguridad bonaerense. La Justicia determinó que Mendoza Samudio era empleada doméstica en la casa de Matías Desio, hermano de Sebastián Desio, empresario beneficiado con la licitación, para operar el sistema de turnos de las Verificaciones Técnicas Vehiculares (VTV).
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Hay información que conecta a la contadora Bucchino con el exministro de Transporte, Jorge D'Onofrio
Las conexiones entre Desio, Bucchino y los fondos públicos
Pero la sorpresa no terminó ahí. El chequeo cruzado de datos de ANSES arrojó un hallazgo determinante: la empleadora de Mendoza Samudio, la supuesta socia de Mobmenza, es Carolina Bucchino, esposa de Matías Desio y cuñada de Sebastián Desio, eje del esquema de negocios bajo la órbita de D’Onofrio.
La firma Soluciones en Telecomunicaciones y Electrónica SA, de Sebastián Desio, es la que maneja el sistema de turnos para la VTV y cobra una comisión del 8,5% más IVA por cada transacción, generando ingresos multimillonarios. La sospecha de la Justicia es clara: Mobmenza fue constituida como una “sociedad de papel” con prestanombres para canalizar una operatoria espuria que benefició directamente al entorno de D’Onofrio.
El inmueble, adquirido en agosto de 2024 en una conocida inmobiliaria de la ciudad, fue escriturado a nombre de la SRL el 5 de septiembre, y desde ese momento se formalizó el contrato de locación con el Estado bonaerense. En ese entonces, el alquiler ascendía a cifras millonarias, abonadas religiosamente por el Ministerio.
La dirección legal de Mobmenza fue constituida en calle 137 al 1480, un domicilio que —según verificaron los investigadores— pertenece a la inmobiliaria de la familia Desio, otro elemento que refuerza la hipótesis de un armado simulado.
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El juez Ernesto Kreplak a cargo de la investigación que pesa sobre la contadora Natalia Foresio
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El impacto de la prueba aceptada por Kreplak en la causa Foresio
La decisión del juez Kreplak de incorporar el expediente de la UFI 11, a cargo del fiscal Garganta, puede abrir una puerta a nuevas ramificaciones en la causa madre contra Foresio. Según fuentes judiciales, la denuncia presentada por Foresio contra Bucchino ahora se vuelve relevante por el contenido de sus declaraciones y por el contexto actual que muestra a Bucchino relacionada a múltiples operatorias sospechosas.
En esa línea, los abogados Gascón y Molina pretenden que la incorporación del expediente contribuya a exculpar a su defendida, o al menos mitigue su responsabilidad al identificar otros actores que habrían participado activamente en el fraude fiscal. La hipótesis que trabajan es que muchas de las sociedades utilizadas en el esquema contable para defraudar al fisco habrían sido armadas por terceros ajenos a Foresio.
La causa está bajo secreto parcial y se esperan nuevos procesamientos en las próximas semanas, aunque los investigadores ya anticipan que este expediente se encamina a ser uno de los más voluminosos de los últimos años en la justicia federal platense.
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Dinero secuestrado en una dudosa financiera ligada a la investigación
¿Una red contable, política y empresarial?
Los vínculos entre las contadoras Foresio y Bucchino, sumados a la presencia de esta última en los registros del caso D’Onofrio-Desio, empiezan a construir un mapa más amplio de posibles connivencias entre el sector privado, la política y el poder administrativo.
La investigación, que comenzó con un fraude impositivo descomunal, ya se ramificó hacia lavado de activos, enriquecimiento ilícito y abuso de autoridad. Y mientras avanza en dos fueros —el federal y el provincial—, las conexiones entre ambos expedientes comienzan a exhibir un patrón preocupante: operadores contables, testaferros humildes, licitaciones direccionadas y la sospechosa pasividad de algunos funcionarios clave.
La contadora Natalia Foresio sigue detenida, pero el mapa de responsabilidades podría ampliarse de manera considerable. En tribunales ya circula una frase con tono de advertencia: “Esta causa recién empieza”.