La causa estaba a punto de ser ventilada en juicio oral en un Tribunal Oral Criminal Federal de La Plata, pero ese debate no se realizará ya que quedó firme la nulidad y el sobreseimiento de todos los acusados. Contra esa Resolución, sin embargo, fue presentado un recurso de queja que debe ser analizado por el máximo tribunal del país.
"Esta Resolución cierra definitivamente todos los procesos que se le iniciaron a Juan Pablo Medina a partir de la mesa de la Gestapo antisindical", señaló el letrado César Albarracín ante una consulta de este medio hace un año y resaltó: "Se logró el sobreseimiento en la causa del juez Federal de Quilmes, Luis Armella, y se suman a las otras absoluciones y sobreseimiento en causas que se habían iniciado en el fuero provincial".
La trama de la "Gestapo antisindical"
La decisión es uno de los coletazos del espionaje ilegal realizado en la provincia de Buenos Aires durante la gestión de la exgobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas; entre otros. Tras conocerse el escandaloso video de la reunión en la sede porteña del Banco Provincia, la defensa de Medina batalló para entrecruzar ambas causas y la Justicia Federal le dio la razón. La familia del exlíder de la UOCRA fue víctima de persecución y espionaje ilegal, en el famoso expediente "Causa Gestapo".
El fallo de la Sala II de Casación Federal les dió la razón a las defensas que desde el inicio de la causa hablaron de una investigación direccionada, de conductas opacas por parte de los magistrados de investigación y que se trataba de una causa armada desde el poder político que entonces ostentaba Cambiemos, devenido en el extinto Juntos por el Cambio (JxC).
Pata Medina
El Pata Medina todavía enfrenta serias acusaciones en la Justicia
Junto al letrado Albarracín actuaron los abogados Alejandro Montone y Juan Di Nardo quienes asistieron a Puly Medina, hijo del Pata. Padre e hijo se encuentran hoy alejados de la conducción del gremio y peleados entre ellos por cuestiones sindicales.
Un operativo televisado que marcó el inicio de una caída
La detención de Medina no fue una sorpresa para muchos, pero sí generó un impacto profundo debido a la magnitud del despliegue y la relevancia mediática que tuvo. Durante semanas, el sindicalista había sido objeto de denuncias por extorsión y prácticas mafiosas en el manejo de la UOCRA. El conflicto se centraba principalmente en las obras de construcción en la región de La Plata, Berisso y Ensenada, donde Medina tenía un férreo control. Empresarios locales lo acusaban de imponer condiciones económicas imposibles de cumplir para trabajar en la región, en un esquema que los obligaba a hacer "aportes voluntarios" a la seccional.
La figura del Pata Medina siempre fue resistida por los empresarios, que lo acusaban de obligarlos a hacer "aportes voluntarios" a la seccional del gremio
El operativo de detención fue ampliamente cubierto por los medios. Las imágenes de Medina resistiendo el arresto en la sede del sindicato, amenazando y pidiendo a los trabajadores que se levantaran en su defensa, quedaron grabadas en la memoria colectiva. Sin embargo, el cerco judicial fue implacable: Medina y gran parte de su familia fueron llevados a la cárcel.
La detención del Pata no solo fue el golpe a un sindicato, sino también al poder de las estructuras gremiales tradicionales en la Argentina. Medina, que llevaba años al frente de la UOCRA en La Plata, era conocido tanto por sus prácticas sindicales cuestionadas como por su capacidad de movilizar a miles de trabajadores. Su liderazgo se basaba en una mezcla de carisma y mano dura, lo que le permitió mantenerse en el poder y negociar, tanto con gobiernos peronistas como no peronistas, con una habilidad que ganó el respeto y el temor de muchos. El caso Medina puso sobre la mesa las prácticas de extorsión y el manejo arbitrario del poder dentro del sindicalismo y se convirtió en un ícono de lo que muchos denunciaban como "la mafia de la construcción". Para el Gobierno de Mauricio Macri, su detención fue una muestra de fortaleza frente a las estructuras tradicionales que, según se denunciaba, controlaban buena parte del mercado laboral en la construcción.
Tras haber sido apresado, Medina enfrentó múltiples causas judiciales, la principal por asociación ilícita, extorsión y lavado de dinero. Durante los años siguientes, la trama de corrupción en la UOCRA platense fue desentramada por la Justicia, revelando un entramado en el que la familia Medina —esposa, hijos y hasta yernos— estaban implicados en el manejo de dinero negro, inversiones millonarias en bienes raíces y un estilo de vida que contrastaba con la vida de los obreros que decían representar.
En 2018, se lo procesó junto a otros once miembros de su entorno, entre ellos su hijo Cristian y su esposa; por delitos relacionados con la extorsión y el lavado de activos. Las acusaciones eran graves: según los fiscales, habían montado un sistema de coerción sobre los empresarios de la construcción, quienes debían pagar sumas millonarias para poder trabajar sin interrupciones en sus obras.
La caída de Medina sacudió las estructuras políticas y sindicales de la región. Por un lado, debilitó la posición del gremio en la capital bonaerense, dejando un vacío que, aunque fue ocupado por nuevos referentes, nunca alcanzó la misma preponderancia. En un contexto de avanzada judicial sobre varios sectores sindicales, la detención del gremialista fue interpretada como parte de una estrategia más amplia de Macri para debilitar a los sindicatos, históricamente vinculados al peronismo.
UOCRA Pata Medina
El Pata Medina confesó hace tiempo sus pretensiones de recuperar el control de la UOCRA en La Plata
Al mismo tiempo, muchos en el ámbito sindical interpretaron la caída del Pata como un mensaje claro: el poder sindical no era intocable y estaba bajo la mira de un Gobierno que pretendía cambiar las reglas del juego en la relación entre trabajo y capital. En este sentido, el arresto fue visto como una advertencia a otros líderes gremiales, en un contexto en el que el rol de los sindicatos era puesto en cuestión.
¿Qué quedó de la "era Medina" en la UOCRA?
A 8 años de la detención de Juan Pablo Medina, el panorama sindical en la región ha cambiado, pero su figura sigue siendo una sombra sobre el sindicalismo platense. Medina padre continúa siendo un dirigente relevante para un sector de los trabajadores que lo siguen viendo como un referente. En el último tiempo, ha intentado mantener su influencia en el sindicato y su nombre sigue resonando cada vez que se habla del futuro del sindicato en la región.
Su hijo Puly intentó ocupar su lugar, aunque sin el mismo éxito. El control sobre las obras en La Plata ya no tiene la misma centralidad que bajo la gestión de Medina y las disputas por el control del sindicato han fragmentado el poder de la UOCRA en la región. Sin embargo, para muchos, la figura del Pata sigue siendo un recordatorio de los tiempos en que el sindicalismo local tenía una influencia decisiva en la vida económica y política de la ciudad. El clan familiar permanece en el centro de una discusión más amplia sobre el rol de los sindicatos en la Argentina y su historia continúa siendo un ejemplo de los límites del poder en un país donde el sindicalismo ha sido, durante décadas, una de las columnas vertebrales del sistema político y social.
Tras la intervención gremial comenzó una ola de violencia en las calles de la región, que incluye incluso tiroteos y heridos de consideración
Tras la intervención gremial comenzó una ola de violencia en las calles de la región. La mayoría de los hechos registrados generaron causas penales, allanamientos, detenciones, imputaciones, procesamientos y pedidos de juicio oral, pero nada de eso alcanzó para frenar la ola de violencia en las calles.
Desde hace más de 8 años la capital bonaerense es el territorio donde los sectores gremiales antagónicos de la seccional local del sindicato dirimen sus diferencias a sangre y fuego, mientras la conducción nacional sigue en silencio en su sede porteña de Avenida Belgrano N°1870.
Gerardo Martínez, formó parte del Batallón de Inteligencia 601 durante la última dictadura cívico-militar. Por entonces era personal civil de inteligencia (PCI) y se hacía llamar Gabriel Antonio Mansilla. Lidera la UOCRA desde 1990, fue uno de los titulares de la Confederación General del Trabajo (CGT) durante el menemismo y está señalado de ser uno de los negociadores de la reforma laboral del Gobierno de Javier Milei, ejecutada por el economista platense y ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
Gerardo Martínez UOCRA
El exagente de inteligencia militar, Gerardo Martínez, es el titular de la UOCRA en Argentina y mantiene el gremio local intervenido
Por su parte, Oscar Rizzo es el actual interventor del gremio en La Plata. Llegó desde una seccional del Gran Buenos Aires y su presencia en la capital bonaerense es casi nula, puesto que solo viene al Ministerio de Trabajo para temas administrativos y no tiene contacto con los trabajadores. Muchos obreros lo señalan como aliado del Pata Medina y, ante las consultas, suele referirse al él en buenos términos: "Lo conozco hace más de 20 años, es un amigo". Tal vez en esa relación se encuentren las respuestas a los constantes conflictos en la región y a una de las posibles fuentes de financiamiento de un sector de la familia Medina.