En el marco de la celebración por sus 30 años de trayectoria, Eterna Inocencia llega a La Plata este viernes para presentarse en el Teatro Ópera. La banda recorrerá toda su discografía, desde sus primeros pasos en el skate punk hasta la actualidad, en una noche que tendrá como invitada especial a la agrupación brasilera Dead Fish.
Formada por Guillermo Mármol (voz), Roy Ota (guitarra), Alejandro Navajas (bajo), Federico Lombardi (guitarra) y Germán Rodríguez (batería), el grupo se ha consolidado como un referente dentro de la escena hardcore nacional, manteniendo como pilares la autogestión y un repertorio de canciones con fuerte contenido social.
Con nueve discos de estudio, un álbum en vivo y un DVD, el grupo celebra tres décadas de música y de camino independiente. En la previa al show en La Plata, Mármol conversó con 0221.com.ar y repasó la historia de la banda en sus tres décadas de vida.
Eterna Inocencia celebra 30 años de historia
—Están cumpliendo 30 años, ¿qué balance haces cuando miras para atrás?
—La verdad que un balance super positivo con una sensación de presente permanente con la banda. Ahora el viernes tocamos en en el Teatro Ópera, pero venimos de una gira de principio de año que nos llevó prácticamente por todo el país. Hicimos Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe, Córdoba, Rosario y hace muy poquito venimos de hacer todo Patagonia prácticamente desde Comodoro Rivadavia y Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego y después volvimos por Rosario. Ya llevamos recorridos como 12.000 km. O sea, pasan los años y cada vez podemos alcanzar más distancias y también de mejor manera porque bueno, ahora dedicados al 100% a la banda y con transporte propio también porque todo esto lo hacemos con un minibús que nos compramos hace muy poquito. La verdad que podríamos decir que después de tres décadas los frutos del proyecto son abundantes.
—Después de una larga trayectoria, ¿cómo se equilibra la vida artística con los trabajos y vocaciones que ejercen por fuera de la banda? ¿Y qué le aporta eso a la música?
—Seguimos con nuestras profesiones, pero la actividad principal, por lo menos en mi caso, pasó a ser la música. Yo el año pasado estaba como director en un colegio secundario, imagínate que la gira que te conté recién como director no lo hubiera podido hacer jamás, porque es claro que tenes que tener presencia en el establecimiento educativo en serio. Fueron muchos años de dedicación, hace 25 años que soy docente, pero ahora, de hecho, tomé apenas unas horas para continuar de ese lado también y porque bueno, está bueno. Es también junto con la banda a lo que le dedique toda mi vida, que es dar clase y también la gestión educativa. Entonces, sigo vinculado, pero tengo apenas unas horas nada más que me permiten justamente poder, por ejemplo, salir de gira.
La cantidad de bandas que hay es inmensa y no sé cuántos tienen la posibilidad de dedicarse al 100% al proyecto creativo y de divulgación de su música. El poder hacerlo en estas condiciones es un montón, pero también es cierto que te enriquece mucho. Yo en mi caso soy profesor de historia, entonces haberme formado en la universidad me generó una especie de sinergia entre la disciplina, o la historia como disciplina; y después mi papel como cantante en la banda. En realidad, en el arte tenés por suerte una posibilidad más certera de correr los márgenes, quizá en la historia y el método científico tenés como un sendero más acotado, te da un parámetro y un lenguaje y una lógica de pensar. Con la banda puedo contar también esas historias, pero cargarlas de subjetividad y eso está bueno. Es decir, poder ponerle algunos calificativos, poder ponerle sentimientos arriba, sinceramente es un poquito más florecido el terreno.
—¿Qué desafíos les presenta hoy la autogestión? ¿Y en qué cosas les da un plus?
—Yo creo que nosotros desde que empezamos esto lo tomamos como una forma de vida, una filosofía junto con un montón de bandas más, en el momento en el que el hardcore y el punk tuvieron como su momento fundacional hace 30 años atrás o un poquito más. Ahí lo que lo que vos tenés son ideas pasadas, el hazlo tú mismo, o el hacerlo entre todos pensando en todo lo que te puede aportar el hardcore y el punk más allá de la música, que es un mensaje que por general es inclusivo, es decir, piensa en la posibilidad de convivir la heterogeneidad, en la diversidad, en valorar al otro, ¿viste?. Hoy parecería como que valorar al otro y ser empático está demodé. Nos estamos acostumbrando, lamentablemente, y espero que no también, al maltrato, al insulto, como con un fin en sí mismo y la ausencia de diálogo. Entonces el hardcore me parece que te da como esa posibilidad, un mensaje de música y que hoy si te pones a ver está supervigente. ¿Por qué digo esto? Porque desde el comienzo esto es una determinación, no es una opción. Vos tenes dentro de la historia de la música, un montón de bandas mainstream que firmaron con multinacionales y que después tuvieron sus sellos independientes. Acá el camino es uno solo que empezó a conciencia. Acá se empezó con un sello independiente y no había opción de pensar en una alternativa, sino más bien de apropiarnos nosotros de las herramientas, de hacer nosotros nuestros propios discos, nuestro propio sello. Hoy hay cierto inconformismo, que es lo que siempre tuvo el hardcore. Hay un montón de poesía edulcorada o de falta de mensaje de la cual una porción importante de la juventud, evidentemente se está cansando o se cansó y busca algo relacionado a la creatividad, a la crítica también, a ese inconformismo, ¿no.? Y me parece que el hardcore lo está teniendo. Porque tienen experiencia, nosotros tenemos tres décadas en eso y también hay mucha juventud que está tocando todos los fines de semana en grandes ciudades de Argentina y está haciendo una música maravillosa con un mensaje muy similar al nuestro.
—¿Cómo se preparan para el show en La Plata?
—Vamos a estar tocando con nuestros amigos de Dead Fish, que es una banda de Brasil, hermana de Eterna Inocencia con una carrera muy similar, y ellos nos invitaron a nosotros en julio a tocar y ahora nosotros estamos devolviendo de alguna manera esa visita. Es una buena oportunidad, me parece, para ir a ver, no solamente inocencia, sino una banda también con un mensaje super potente, una apuesta de escena tremenda y de Brasil que de por sí es una rareza, me parece, fortalecen las relaciones culturales y bueno, La Plata va a tener la posibilidad de un evento de esas características, así que bueno, ojalá que lo disfruten.