Glovo anunció este martes su salida del país tras la venta de sus operaciones en Latinoamérica a Delivery Hero, holding alemán que administra Pedidos Ya. Según informaron, sus empleados -denominados "socios"- serían absorbidos por los nuevos propietarios. En Argentina, la empresa registraba oficialmente 70 empleados y 3 mil repartidores, unos 300 de ellos en La Plata; trabajadores "por cuenta propia" que vendían sus servicios mediante un contrato de colaboración, es decir como monotributustas.
Delivery Hero ya había invertido en 51 millones de euros en Glovo y ahora compró el resto de la compañía por otros 270 millones, con lo que además de Argentina sumará los mercados de Perú, Ecuador, Costa Rica, Honduras y Guatemala.
Según pudo saber este medio, los y las repartidoras cobraban una liquidación por quincena correspondiente a la comisión por pedidos realizados en ese tiempo, con un promedio de entre 60 y 70 pesos por pedido. Estos ingresos no contemplaban mantenimiento del vehículo, teléfono, ART u obra social, como denunciaron en varias oportunidades grupos de repartidores en La Plata, cortando 7 y 50, la avenida 6 frente a la Gobernación y hasta calle 12 en la Municipalidad, para exigir aunque sea una mínima intervención del Estado frente a sus condiciones de precarización.
En 2018, la compañía Glovo informó una suba en su facturación (+268%) y demarcó sus pérdidas (+798%), habiendo perdido 45,7 millones de euros. La mayoría de sus pérdidas están ancladas en causas judiciales y es que la firma ha ido acumulando procesos judiciales y administrativos en distintos países que, básicamente, buscaban dilucidar la naturaleza profesional de sus repartidores.
La empresa los consideró autónomos al principio y después trabajadores autónomos dependientes económicamente o Trade, aunque muchos otros consideran aún que deberían haber sido empleados de todo derecho, en relación de dependencia.
La app continuará funcionando en el país hasta el 31 de octubre para luego centrarse "en los mercados de Europa y África, donde hay una creciente demanda" de estos servicios. Como Pedidos Ya firmó un acuerdo de adquisición de las operaciones de Glovo en América Latina, la marca seguiría operando hasta marzo de 2021, pero la idea es que, una vez finalizado ese periodo, los trabajadores de la compañía se puedan integrar a las filas de la segunda marca, por lo que hasta el momento quienes trabajan en La Plata conservarían su empleo.
INSEGURIDAD Y PRECARIZACIÓN, EL PANORAMA PLATENSE
En La Plata fueron muchas las veces que los y las deliverys cortaron las calles del centro para exigir sus demandas. En 2018, año en que llegó Glovo a la ciudad -Pedidos Ya ya funcionaba y tiempo después se sumaron Rappi y UberEats-, el flujo de repartidores subió rápidamente.
Lógicamente esto derivó en una relativa organización en demanda de derechos, como un seguro para sus bicicletas o motos, compensaciones por accidentes (la empresa no se hacía cargo de internaciones ni tampoco abonaba los días que el trabajador no podía pedalear o manejar), y seguros de vida, entre otros; en medio del aumento de los asaltos de los que eran blanco.
Uno de los casos más resonantes en La Plata fue el de Kevin Sanhueza: el 17 de noviembre de 2018, lo balearon durante un robo y alcanzó a dar aviso a sus compañeros a través de un dramático mensaje que se viralizó. Poco después, su propio cliente lo encontró en la puerta de su casa y envió un mensaje a otros glovers con los que el joven comparte un grupo de WhatsApp creado, precisamente, para cuidarse y dar aviso de situaciones como esta.
Durante varios días, Kevin permaneció en estado muy crítico, hasta que fue mejorando paulatinamente y fue dado de alta aunque continuó recuperándose de las múltiples heridas que sufrió en el intestino producto del rebote de la bala. El acusado de balearlo estuvo 11 días prófugo hasta que lo entregó su propia mamá, una mujer policía.
En ese momento, tanto los compañeros de Kevin como su familia denunciaron a Glovo por no haberse hecho cargo de los gastos de internación, aunque luego se comprometió a pagar los costos de los medicamentos y el alquiler de un departamento para que se recupere junto a su madre. El joven vivía en el Albergue Universitario desde hacía varios años, algo que refleja la situación económica en la que se encontraba y por la que tuvo que salir a trabajar con la empresa de repartos.
Asimismo, otro de los casos que tomó conocimiento público fue aquel donde un glover apuñaló a un delincuente armado que minutos antes había robado a una señora y también había intentado extraerle la moto.
Este tipo de hechos demostraron crudamente cuáles son las situaciones por las que deben atravesar los repartidores sin un marco laboral y de derechos que los ampare. En La Plata reparten más de 300 personas para Glovo en medio de la pandemia; y solo resta saber si, de parte del nuevo empleador Pedidos Ya, las condiciones de trabajo seguirán siendo las mismas en 2021.