El nuevo COUT fue votado este martes en medio de una sesión caliente con arduo debate de los concejales. Los principales cambios y los posicionamientos.
El Concejo Deliberante de La Plata aprobó este martes el Código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT), que fija las reglas de uso de cada metro cuadrado en la ciudad y define la planificación urbana para los próximos 50 años. La iniciativa fue elevada hace un mes por el intendente Julio Alak y avanzó después de arduas negociaciones con la oposición.
El nuevo COUT –que obtuvo 22 a favor y uno solo en contra, con una ausencia– llega para remplazar a la Ordenanza N°10.703 que actualmente rige los usos del suelo en la ciudad y fue aprobada durante la gestión del exintendente Pablo Bruera. Lo que se aprobó este martes es la segunda etapa del denominado Plan Bicentenario de Ordenamiento Territorial, cuya primera parte se había votado en abril.
Más unidades, recorridos ampliados, boleto combinado, tecnología, inclusión y mayor control para modernizar el sistema de micros en la ciudad.
El Concejo Deliberante de La Plata avanza en un proyecto para regular Uber, DiDi y Cabify. Oficialismo y oposición coinciden en aprobar un marco legal integral.
La sesión de este martes, con la que el oficialismo cerró el tratamiento de un megapaquete de ordenanzas que incluyeron –entre otras cosas– el Presupuesto 2026, la Ordenanza Fiscal e Impositiva, la licitación del sistema de micros y la adjudicación de la compra de 1.200 cámaras de seguridad, es la anteúltima con la actual composición.
El miércoles habrá una sesión especial de homenajes en la que se entregarán medallas y diploma a los ediles salientes, mientras que el jueves 11 de diciembre, según adelantaron fuentes legislativas a 0221.com.ar, está previsto que asuman los doce nuevos concejales y concejalas que cumplirán mandato hasta 2029.
El expediente fue tratado en el arranque de la sesión ordinaria 17. Tras la votación, la presidenta de la comisión de Planeamiento, la edil de Unión por la Patria, Cintia Mansilla, agradeció a todos los bloques políticos por el trabajo, el debate y la votación que le permitió al oficialismo sancionar la reforma al COUT por amplia mayoría, aunque no la unanimidad.
"Es una alegría que esta ordenanza esté votada con la mayoría de los concejales. "Es para rescatar fuertemente que sea de consenso con los diferentes partidos políticos, porque a la hora de pensar la planificación de nuestra ciudad, después de un proceso largo en donde el ordenamiento urbano, en donde la planificación y la orientación del qué hacer como partido, y ya no solamente como Poder Ejecutivo o Legislativo, es central", señaló la edil.
"Este plan ofrece un marco actualizado, participativo y técnicamente sólido para ordenar el desarrollo de la plata, proteger su ambiente y su patrimonio y garantizar las condiciones de equidad territorial para las próximas décadas", agregó. Y aseguró que "tenemos un montón de desafíos en nuestra ciudad, que no se resuelven solamente con una norma, y lo sabemos, pero sí con la necesidad de que se acondicionen las herramientas para poder llevarlo a cabo".
Por último, Mansilla destacó las instancias participativas a través de la página web del Concejo y precisó que hubo más de 270 propuestas, comentarios e intervenciones que fueron contestadas por el deliberativo.
El presidente del bloque del PRO, Juan Garmendia, por su parte, consideró que la reforma al COU "genera inversión, empleo, previsibilidad y certidumbre" y puntualizó que fue "uno de los criterios más importantes para acompañar" el proyecto elevado por el Ejecutivo.
No obstante, consideró que los tiempos de análisis y debates deberían haber sido más extensos. "Por ahí, los tiempos deberían haber sido otros. Veníamos de dos elecciones y el secretario Sergio Resa encabezaba la lista de concejales. Eso lleva una carga en términos de responsabilidad y por ahí los tiempos, a mi entender, podrían haber sido otros", señaló Garmendia.
Por último, sostuvo que esta reforma es un segundo paso en la planificación de la ciudad y dijo que "queda el desafío de poder avanzar, mejorar y escuchar a otras voces, más cuando se habla de que estamos planificando la ciudad para los próximos 50 años".
Por el radicalismo, el edil Javier Mor Roig hizo un racconto de los distintos códigos que hubo en todos estos años y aseguró que la normativa votada "no es un plan fundacional ni nada que se le parezca" pero rescató el debate que se llevó adelante en las últimas semanas para llegar a la ordenanza sancionada.
No obstante, cuestionó al Ejecutivo por enviar el proyecto con "muy poco tiempo" al Consejo de Ordenamiento Territorial (COUT) y sostuvo que "se podría haber escuchado mucho más la palabra de las instituciones" que forman parte de ese organismo.
"Se ha hecho un buen trabajo, el procedimiento podría haber sido otro y tendríamos otro resultado. Aspiro a que no seamos cerrados para cuando haya que modificarlo", advirtió.
El concejal de UxP, Juan Granillo Fernández, por su parte, aseguró que era "un debate impostergable" y rescató los aportes que realizaron las instituciones que forman parte del COUT.
Reivindicó, además, las definiciones centrales que plantea el Plan de Ordenamiento y los parámetros que fija el Código con el objetivo de ordenar la planificación urbana de la ciudad. "Tenemos que tender a revertir esa ciudad dispersa porque es imposible de financiar la extensión de los servicios", advirtió.
Casi en el final del tratamiento, la concejala libertaria y arquitecta, Belén Muñoz, expuso las razones de su voto en contra pese a que sus compañeros de bloque votaron a favor de la reforma al COUT. "Mi voto en contra se basa en razones estrictamente técnicas", sostuvo y explicó que las modificaciones de una normativa neurálgica como ésta "necesitan otro tipo de tratamiento" y mucho más tiempo para ser debatida.
"Se me complica acompañarlo porque el tiempo que se le dio no fue el que se merecía porque estamos definiendo lineamientos centrales que necesitan mucho análisis, cálculos, verificaciones, un debate técnico, y la realidad es que este tipo de transformaciones necesitan otro tipo de tratamiento porque, como bien saben y se dijo, esto marca un desarrollo urbano por décadas. Estamos hablando de al menos 50 años", señaló.
La edil cuestionó la falta de criterios y de "coherencia" entre el código viejo y el nuevo. "Las preexistencias, por la responsabilidad que tengo no puedo dejar de nombrarlo: necesitamos un acople coherente que pueda unificar en el proceso todo que lo que venía construyéndose con el COU viejo y el nuevo. Analizar la ciudad que existe, la ciudad real, porque sino estamos planteando un COU de cero, como si fuera el plan de Pedro Benoit y no es así", afirmó y también consideró que "hay un salto técnico que deja vacíos legales y que, lejos de ordenar, abre puertas a futuros conflictos" .
En el tramo más fuerte de su discurso, Muñoz aseguró que el nuevo COU "tiene un tinte intervencionista, casi soviético" y disparó: "El municipio pretende regular el mercado inmobiliario desde calle 12".
"Desde mi posición política y perteneciendo a un partido que cree en la libertad no puedo acompañar una norma que avanza hacia un modelo donde cada vez el Estado decide más, avanza más y el ciudadano cada vez elige menos", sostuvo y advirtió que una normativa moderna "tiene que reducir la discrecionalidad, no ampliarla".
Cuestionó también la falta de participación ciudadana en la discusión de la normativa y dijo que el expediente debería haber sido sometido a debate entre 90 y 120 días. Admitió que se incorporaron modificaciones que había solicitado el bloque pero se quejó porque la redacción no logró plasmar en el articulado el espíritu con el que habían sido pedidas. Y aseguró que en un momento de la negociación, el Ejecutivo "cerró la puerta de manera unilateral" a más cambios.
"Me queda un sabor amargo porque distintos sectores no están conformes: las ONG, las facultades, los movimientos sociales, los patrimonialistas. Siento que no se entendió la demanda de esas personas", dijo.
"Yo voto sólo por convicción, con el sector de donde vengo y porque creo que estoy representando a aquellas personas que me pusieron acá. Creo que era oportuno dejar asentada la voz de una gran mayoría que no está acá", agregó.
Ya para cerrar, Muñoz llamó a la reflexión, en especial a los ediles de la oposición, para que hagan las modificaciones necesarias al COUT en los próximos dos años "porque la ciudad lo va a necesitar". "Si no se logra en estos dos años no tengan dudas que en 2027 vamos a gobernar la ciudad y las vamos a hacer", cerró.
Sus palabras generaron la réplica de sus pares. "Nadie es sovietico acá. No creo que la ciudad de San Pablo sea soviética, esta normativa la usan las grandes ciudades del mundo. La estamos pifiando", le retrucó Granillo Fernández y le recordó que la mayoría votó la ordenanza y que "no está bien" decir que todos los ediles que levantaron la mano están equivocados.
Garmendia, por su parte, también le puso los puntos a la concejala libertaria. "Todo el cuerpo vota por convicción, no solo ella", la cruzó y consideró que "es excesivo arrogarse la representación mayoritaria" de los platenses.
El presidente del bloque radical, Diego Rovella, pidió la palabra para rescatar la metodología de trabajo y agradecerle al Ejecutivo que escuchó, trabajó "a destajo" y contestó aquellas dudas y propuestas. "Ese es el camino, la ciudad la construimos entre todos", señaló.
Mansilla cerró las intervenciones y reivindicó el rol del Estado en la planificación y recordó que, "cuando no interviene, la ciudad crece desordenamente como pasó en los últimos diez años".
El proyecto de reforma al COUT aprobado luego de intensas negociaciones a contrarreloj entre el oficialismo y los bloques de la Unión Cívica Radical (UCR), Propuesta Republicana (PRO) y La Libertad Avanza (LLA). El oficialismo aceptó finalmente introducir cambios en los dos parámetros más cuestionados: las alturas máximas para construir y el Coeficiente de Unidades Funcionales (CUF).
El dictamen finalmente fue firmado por los concejales de Unión por la Patria, Propuesta Vecinal, la UCR y el PRO, y sus concejales levantaron la mano para aprobarlo. La bancada de La Libertad Avanza finalmente votó dividida: Guillermo Bardón y Florencia Defeo lo aprobaron, mientras que Belén Muñoz, integrante de la Comisión que trató el tema, los rechazó. En tanto que Florencia Barcia no estuvo en la sesión.
Según explicaron en el oficialismo, el proyecto incorporó observaciones de distintos bloques y también de representantes del COUT. Entidades como la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el Colegio de Arquitectos y el Consejo Consultivo para el Desarrollo Local habían planteado críticas sobre los criterios de alturas, densidades y límites al número de unidades funcionales por lote.
Uno de los ajustes más relevantes fue la flexibilización de las alturas máximas. Aunque ningún edificio podrá superar los diez pisos, se ampliaron las zonas donde podrá construirse hasta ese límite. A los corredores ya contemplados —7, 13, 44, 60, 51 y 53— se sumaron la avenida 38 entre 1 y 19, la avenida 19 y la 66. En contraste, se redujo de cuatro a tres pisos el tope para barrios residenciales de la Zona Norte, como City Bell y Gonnet, con el objetivo de preservar su perfil urbano.
Ningún edificio podrá superar los 10 pisos, pero se ampliaron las zonas donde podrá construirse hasta ese límite: a las avenidas 7, 13, 44, 60, 51 y 53 se sumaron 19, 66 y 38 de 1 y 19
El segundo punto clave fue la regulación del CUF: el proyecto original establecía una superficie mínima promedio de 55 metros cuadrados por unidad. Sin embargo, se acordó eliminar esta exigencia en parcelas de hasta 200 metros cuadrados. En esos casos, no se aplicará un tope de unidades funcionales.
Un punto importante de la nueva ordenanza es que los expedientes ingresados antes del inicio de esta discusión no serán alcanzados por las nuevas disposiciones.