La Plata tiene un nuevo COUT que fue votado por casi todos los concejales. Uno de los principales aspectos está dado por la altura de los edificios.
Tras un largo proceso de análisis y negociaciones, el Concejo Deliberante de La Plata aprobó este martes el Código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT), que fija las reglas de uso de cada metro cuadrado en la ciudad y define la planificación urbana para los próximos 50 años.
La iniciativa fue elevada hace un mes por el intendente Julio Alak y fue aprobada por votos 22 a favor y uno solo en contra, al que se sumó además una ausencia. Lo que recibió el visto bueno es la segunda etapa del denominado Plan Bicentenario de Ordenamiento Territorial, ya que la primera parte se había votado en abril.
El nuevo COUT fue votado este martes en medio de una sesión caliente con arduo debate de los concejales. Los principales cambios y los posicionamientos.
Más unidades, recorridos ampliados, boleto combinado, tecnología, inclusión y mayor control para modernizar el sistema de micros en la ciudad.
El expediente fue tratado en el arranque de la sesión ordinaria N°17. Tras la votación, la presidenta de la Comisión de Planeamiento, la edil de Unión por la Patria (UxP), Cintia Mansilla, agradeció a todos los bloques políticos por el trabajo, el debate y la votación que le permitió al oficialismo sancionar la reforma al COUT por amplia mayoría, aunque no la unanimidad.
El proyecto fue aprobado luego de intensas negociaciones a contrarreloj entre el oficialismo y los bloques de la Unión Cívica Radical (UCR), Propuesta Republicana (PRO) y La Libertad Avanza (LLA). El oficialismo aceptó finalmente introducir cambios en los dos parámetros más cuestionados: las alturas máximas para construir y el Coeficiente de Unidades Funcionales (CUF).
Los dos elementos son claves en el análisis de la ordenanza ya que determinan los parámetros que los desarrolladores de proyectos inmobiliarios deberán en tener en cuenta para su trabajo. El nuevo COUT redefine alturas, densidades y usos del suelo para las próximas décadas.
En ese marco, el proyecto incorporó observaciones de distintos bloques y también de representantes del Consejo de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT). Entidades como la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el Colegio de Arquitectos y el Consejo Consultivo para el Desarrollo Local habían planteado críticas sobre los criterios de alturas, densidades y límites al número de unidades funcionales por lote.
Uno de los ajustes más relevantes fue la flexibilización de las alturas máximas. Aunque ningún edificio podrá superar los diez pisos, se ampliaron las zonas donde podrá construirse hasta ese límite. A los corredores ya contemplados —7, 13, 44, 60, 51 y 53— se sumaron la avenida 38 entre 1 y 19, la avenida 19 y la 66. En contraste, se redujo de cuatro a tres pisos el tope para barrios residenciales de la Zona Norte, como City Bell y Gonnet, con el objetivo de preservar su perfil urbano.
Ningún edificio podrá superar los diez pisos, pero se ampliaron las zonas donde podrá construirse hasta ese límite: a las avenidas 7, 13, 44, 60, 51 y 53 se sumaron 19, 66 y 38 de 1 y 19
El segundo punto clave fue la regulación del CUF: el proyecto original establecía una superficie mínima promedio de 55 metros cuadrados por unidad, pero se acordó eliminar esta exigencia en parcelas de hasta 200 metros cuadrados. En esos casos, no se aplicará un tope de unidades funcionales.
En la misma línea, en la nueva ordenanza también se dispuso que los expedientes ingresados antes del inicio de esta discusión no serán alcanzados por las nuevas disposiciones.
"Es una alegría que esta ordenanza esté votada con la mayoría de los concejales. Es para rescatar fuertemente que sea de consenso con los diferentes partidos políticos, porque a la hora de pensar la planificación de nuestra ciudad, después de un proceso largo en donde el ordenamiento urbano, en donde la planificación y la orientación del qué hacer como partido, y ya no solamente como Poder Ejecutivo o Legislativo, es central", señaló Mansilla, la concejala que defendió el proyecto en el recinto.
El presidente del bloque del PRO, Juan Garmendia, por su parte, consideró que la reforma al COUT "genera inversión, empleo, previsibilidad y certidumbre" y puntualizó que fue "uno de los criterios más importantes para acompañar" el proyecto elevado por el Ejecutivo. No obstante, indicó además que los tiempos de análisis y debates deberían haber sido más extensos. "Por ahí, los tiempos deberían haber sido otros. Veníamos de dos elecciones y el secretario (de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos) Sergio Resa encabezaba la lista de concejales. Eso lleva una carga en términos de responsabilidad y por ahí los tiempos, a mi entender, podrían haber sido otros", añadió.
Finalmetne, sostuvo que esta reforma es un segundo paso en la planificación de la ciudad y dijo que "queda el desafío de poder avanzar, mejorar y escuchar a otras voces, más cuando se habla de que estamos planificando la ciudad para los próximos 50 años".
Por el radicalismo, el edil Javier Mor Roig hizo un racconto de los distintos códigos que hubo en todos estos años y aseguró que la normativa votada "no es un plan fundacional ni nada que se le parezca" pero rescató el debate que se llevó adelante en las últimas semanas para llegar a la ordenanza sancionada. Sin embargo, cuestionó al Ejecutivo por enviar el proyecto con "muy poco tiempo" al citado Consejo y sostuvo que "se podría haber escuchado mucho más la palabra de las instituciones" que forman parte de ese organismo.
"Se ha hecho un buen trabajo, el procedimiento podría haber sido otro y tendríamos otro resultado. Aspiro a que no seamos cerrados para cuando haya que modificarlo", advirtió.
Casi en el final del tratamiento, la concejala libertaria y arquitecta, Belén Muñoz, expuso las razones de su voto en contra pese a que sus compañeros de bloque votaron a favor de la reforma al COUT. "Mi voto en contra se basa en razones estrictamente técnicas", sostuvo y explicó que las modificaciones de una normativa neurálgica como ésta "necesitan otro tipo de tratamiento" y mucho más tiempo para ser debatida.
"Se me complica acompañarlo porque el tiempo que se le dio no fue el que se merecía porque estamos definiendo lineamientos centrales que necesitan mucho análisis, cálculos, verificaciones, un debate técnico y la realidad es que este tipo de transformaciones necesitan otro tipo de tratamiento porque, como bien saben y se dijo, esto marca un desarrollo urbano por décadas. Estamos hablando de al menos 50 años", señaló.
La edil cuestionó la falta de criterios y de "coherencia" entre el código viejo y el nuevo. "Las preexistencias, por la responsabilidad que tengo no puedo dejar de nombrarlo: necesitamos un acople coherente que pueda unificar en el proceso todo que lo que venía construyéndose con el COUT viejo y el nuevo. Analizar la ciudad que existe, la ciudad real, porque sino estamos planteando un COUT de cero, como si fuera el plan de Pedro Benoit y no es así", afirmó y también consideró que "hay un salto técnico que deja vacíos legales y que, lejos de ordenar, abre puertas a futuros conflictos" .
En el tramo más fuerte de su discurso, Muñoz aseguró que el nuevo COUT "tiene un tinte intervencionista, casi soviético" y disparó: "El municipio pretende regular el mercado inmobiliario desde calle 12".