En su primera misa como pontífice, celebrada en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV recordó con emoción al papa Francisco, a quien describió como una figura espiritual clave cuya partida dejó al pueblo de Dios "como ovejas que no tienen pastor".
En su misa inaugural, León XIV evocó con emoción al papa Francisco y afirmó que la Iglesia debe ejercer su misión como servicio y no como poder.
En su primera misa como pontífice, celebrada en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV recordó con emoción al papa Francisco, a quien describió como una figura espiritual clave cuya partida dejó al pueblo de Dios "como ovejas que no tienen pastor".
La mención al papa argentino se produjo al inicio de su homilía durante la ceremonia de inicio de pontificado de la que participaron miles de fieles y autoridades religiosas de todo el mundo. “La muerte del Papa Francisco ha llenado de tristeza nuestros corazones y, en esas horas difíciles, nos hemos sentido como esas multitudes que el Evangelio describe ‘como ovejas que no tienen pastor’ (Mateo 9:36)”, expresó León XIV desde el altar.
El arzobispo de La Plata dio gracias por el nuevo Papa en la misa del Buen Pastor y pidió rezar por las vocaciones en la Iglesia.
En una de sus primeras apariciones públicas, el papa León XIV saludó a la Argentina tras una audiencia en la que defendió la libertad de prensa, en Roma.
No obstante, sostuvo que el dolor fue acompañado por un signo de esperanza: “Precisamente en el día de Pascua recibimos su última bendición y, a la luz de la resurrección, afrontamos ese momento con la certeza de que el Señor nunca abandona a su pueblo”.
El nuevo papa, un misionero agustino nacido en Estados Unidos, también remarcó en su mensaje la necesidad de ejercer el papado desde el servicio y no desde el poder. “Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría”, afirmó.
Además, insistió en que el Papa no debe actuar como “un jefe por encima de los demás”, sino que debe encarnar una figura cercana, que anime y sostenga la fe de la comunidad cristiana desde la humildad.
Las palabras de León XIV sobre Francisco fueron interpretadas como un gesto de respeto y continuidad espiritual, en un contexto en el que la Iglesia enfrenta múltiples desafíos tanto internos como externos. Su mensaje buscó tender puentes entre el legado del pontífice argentino y una nueva etapa marcada por la apertura, la unidad y el amor de Dios.