Denuncian violencia previa, inconsistencias en la escena y demoras procesales. Señalan a su pareja como principal sospechoso. Berisso en alerta.
La muerte de Ainara Buschiazzo, la joven de 20 años encontrada sin vida en su casa de Berisso, volvió a quedar en el centro del debate judicial tras la presentación de nuevos planteos de su familia. Sus allegados insisten en que el caso no fue un suicidio, sino un femicidio.
Ainara fue encontrada muerta el 10 de febrero de 2025 en una vivienda ubicada en 68 y 128 y el principal acusado por el entorno de la víctima es su pareja, Nazareno Ifrán, con quien –afirman– mantenía una relación marcada por la violencia física, psicológica y emocional.
A 11 días del incendio en Berisso, Ángel Rivero señaló a Joel Salazar como el responsable de haber provocado el fuego que desencadenó la tragedia.
El inicio del proceso fue postergado. Osvaldo Martínez, al que el chofer había apuntado por el cuádruple femicidio, exige que dé explicaciones en el banquillo.
La mamá de la joven y sus amigas ingresaron a la casa, encontraron a Ainara "colgada con una sábana floja, sin tensión". La víctima estaba apoyada en el mentón, lo que permitió retirarla con facilidad. En la habitación observaron la cama corrida, una banqueta mal ubicada y signos de desorden general que, para la familia, no se corresponden con un suicidio. La necropsia, además, confirmó que el cuerpo presentaba golpes.
La muerte de Ainara sigue siendo un misterio y la familia tiene un planteo concreto. Amigas muy cercanas prestaron declaración y confirmaron que ese mismo día vieron en Ainara hematomas recientes y antiguos en las muñecas, la cadera y un brazo. Según dijeron, ella intentaba ocultarlos con maquillaje y tenía miedo de Ifrán porque sufría agresiones frecuentes.
Horas antes del hecho, la joven recibió mensajes sobre una supuesta infidelidad de su pareja. Luego se dirigió a la casa de la familia de Ifrán y, de acuerdo con registros incorporados al expediente, él entró y salió del domicilio varias veces en lapsos de pocos minutos. Tras ese episodio, ella dejó de contestar mensajes.
La reconstrucción que expuso la familia agrega un dato que consideran determinante: Ifrán se presentó solo en la comisaría con lesiones visibles. Para los allegados, esas marcas serían compatibles con un intento de Ainara de defenderse. A ello se suma un elemento que los abogados consideran clave: el celular del joven fue hallado escondido en el lavadero de la casa de Ainara, aunque su actividad en redes sociales continuó con normalidad en paralelo.
La familia de la joven fue aceptada como particular damnificada por decisión de la jueza Marcela Garmendia. Representados por los abogados Cristian González y Gastón Jesser, solicitaron que la causa se recaratule como femicidio.
Además, denunciaron una serie de dilaciones que consideraron injustificadas. El 19 de marzo de 2025 pidieron que se realizaran peritajes completos sobre los celulares de Ainara e Ifrán, ambos en poder de la fiscalía. Reclamaron que se analizara el contenido de mensajes, llamadas y WhatsApp, así como antenas y localización. Al no obtener respuesta, el 14 de abril presentaron un requerimiento ante la Fiscalía General por retardo de justicia. Recién tras esa intervención, se ordenaron las medidas, que finalmente se ejecutaron el 9 de junio.
El 1° de julio los familiares solicitaron copia de esas pericias. Desde entonces, según denunciaron, la fiscalía respondió reiteradamente que no podía visualizar la información por "falta de medios técnicos", motivo por el cual la familia debió presentarse cada semana sin acceder al material. Frente a esa situación, el 11 de noviembre presentaron una nueva nota aportando un pendrive para que les entreguen finalmente la copia.
Con todos estos elementos –los antecedentes de violencia, las inconsistencias en la escena, los resultados de la necropsia y las demoras en la producción de pruebas consideradas esenciales– la familia solicita que el expediente deje de investigarse como suicidio y sea recaratulado como femicidio con Ifrán como principal sospechoso. El caso sigue bajo investigación de la fiscal Ana Medina, quien tomó declaraciones a testigos, entre ellos al propio novio de la víctima. Mientras tanto, el reclamo de los allegados permanece firme: "Queremos saber qué pasó con Ainara y que se investigue a fondo", sostienen