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Ernesto Kreplak, juez a cargo de la investigación de la denominada causa fentanilo
AGLP
El 13 de mayo, un día después de iniciada la investigación, el Ministerio Público Fiscal (MPF) ya había impulsado medidas de prueba clave: análisis complementarios, pedidos de informes y allanamientos preventivos. La querella, encabezada por los padres de una de las víctimas fatales (identificada como G.B.), se sumó con un planteo duro: detrás de la contaminación había responsables con nombre y apellido, no simples fallas de laboratorio.
En apenas 3 meses, la pesquisa avanzó sobre los lotes 31202 y 31244 de fentanilo producidos en la planta de Laboratorios Ramallo S.A., propiedad del conglomerado farmacéutico vinculado a los hermanos García Furfaro. A partir de esa pista, los investigadores reconstruyeron la cadena de producción y distribución y apuntaron contra directivos, empresarios y socios estratégicos.
La red de los García Furfaro
La resolución del juez Kreplak, firmada el 20 de agosto de 2025, identificó a los principales responsables y ordenó un operativo de alto impacto. El documento judicial dispuso diez detenciones y siete citaciones a indagatoria. En el centro de la escena quedaron tres hermanos:
- Ariel Fernando García, domiciliado en el exclusivo country San Diego (Moreno), señalado como principal operador del holding.
Ariel García Furfaro
Ariel García Furfaro, uno de los principales acusados por la contaminación de fentanilo en su laboratorio
- Diego Hernán García, radicado en la misma residencia.
- Damián Roberto García, con domicilio en otro barrio cerrado de la zona, San Patricio.
A ellos se sumó Nilda Furfaro, mamá de los tres apuntados e histórica directiva administrativa de HLB Pharma, considerada una pieza clave en el engranaje económico y contable. Furfaro era quien manejaba la estructura burocrática de la empresa, mientras los García ocupaban la cúpula ejecutiva y estratégica.
Junto a ellos, la orden de detención incluyó a Javier Martín Tchukrán, José Antonio Maiorano, Horacio Tallarico, Rodolfo Labrusciano, Víctor Boccaccio y Carolina Ansaldi. Cada uno, desde distintas áreas —producción, distribución, asesoramiento técnico o comercialización—, habría contribuido a que los lotes contaminados llegaran a hospitales sin las advertencias necesarias.
La mecánica de la contaminación
Uno de los puntos más oscuros del expediente es determinar cómo se produjo la contaminación del fentanilo. Las pericias indicaron que las bacterias halladas no eran propias del entorno hospitalario, lo que refuerza la hipótesis de que el problema se originó en el proceso de producción en la planta de Ramallo.
Fentanilo (2)
En las ampollas de fentanilo de HLB Pharma fueron halladas dos peligrosas bacterias
El fentanilo, un opioide de uso hospitalario en anestesia y cuidados críticos, requiere estrictos controles de esterilidad. En este caso, la presencia de bacterias multirresistentes hace presumir que se vulneraron los protocolos de seguridad. La querella sostiene que los directivos conocían los riesgos y, aun así, permitieron la salida de los lotes al mercado. Más aún: la investigación apunta a que se ocultó información a la ANMAT. En lugar de reportar incidentes internos, la empresa habría continuado con la distribución, exponiendo a decenas de pacientes. La figura penal en juego —adulteración de medicamentos— contempla penas severas, que pueden agravarse si se demuestra que hubo dolo o encubrimiento posterior.
Además de los detenidos, Kreplak citó a declarar a siete personas más, entre el 25 de agosto y el 3 de septiembre: María Victoria García, Eduardo Darchuk, Wilson Pons, Dayana Astudillo, Edgardo Sclafani, Rocío del Cielo Garay y Adriana Iúdica. Estos imputados cumplieron roles secundarios pero estratégicos en la red, formando parte de áreas de logística, control de calidad, producción y administración. El juez considera que sus testimonios serán fundamentales para determinar si hubo responsabilidad compartida o cadenas de mando encubiertas.
La investigación, por ahora, no descarta ninguna hipótesis: desde una grave negligencia empresarial hasta la posibilidad de un delito económico deliberado, motivado por acelerar procesos productivos y recortar gastos en controles sanitarios.
El operativo simultáneo
La resolución de Kreplak detalló un plan preciso: allanamientos simultáneos en nueve domicilios de los imputados, entre ellos countries, residencias en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Rosario y San Nicolás y oficinas en Ramos Mejía y Villa Adelina.
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Los allanamientos se realizaron de manera simultánea en distintos puntos del país
El operativo, realizado el 20 de agosto estuvo a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y la Gendarmería Nacional Argentina (GNA). El juez habilitó el uso de la fuerza pública, autorizó detenciones en la vía pública si los acusados no eran hallados en sus domicilios y ordenó el secuestro de celulares, documentos y material digital siguiendo protocolos de preservación de evidencia.
El despliegue no solo buscaba garantizar las detenciones, sino también impedir la destrucción de pruebas. En particular, la Justicia puso el foco en las comunicaciones internas de los ejecutivos, que podrían revelar si hubo coordinación para encubrir el brote de contaminación.
Las víctimas y el impacto sanitario
El expediente judicial reconoce hasta ahora al menos ocho pacientes afectados en La Plata, pero las pericias posteriores revelaron que los lotes distribuidos llegaron a otros hospitales del país. En ese sentido, la causa se transformó en un caso de alcance nacional.
Marcha de familiares de fallecidos por el fentanilo contaminado (14)
Los familiares de las víctimas exigen justicia e impulsan una Ley de Trazabilidad de Medicamentos.
Marcos Gómez / AGLP
El impacto, además, golpea en el ámbito médico. El fentanilo es un insumo básico en quirófanos y terapias intensivas y su retiro masivo obligó a hospitales y clínicas a improvisar alternativas, en un contexto de alta demanda y escasez global de anestésicos.
El trasfondo político y lo que viene
El caso no solo tiene aristas judiciales y sanitarias. La investigación toca intereses económicos de peso: HLB Pharma es uno de los laboratorios más influyentes en la provisión de medicamentos al sistema de salud pública y privada. Su vínculo con funcionarios, sindicalistas y dirigentes del sector farmacéutico ya comienza a ser relevado por la Justicia.
La investigación amenaza con destapar un entramado que trasciende lo sanitario para meterse de lleno en la relación entre poder político, negocios farmacéuticos y control estatal
Los García Furfaro habían tejido relaciones políticas en distintos niveles del Estado, con aportes de campaña y presencia en cámaras empresariales. La investigación, entonces, amenaza con destapar un entramado que trasciende lo sanitario para meterse de lleno en la relación entre poder político, negocios farmacéuticos y control estatal. En este sentido, la actuación de la ANMAT también será objeto de análisis. ¿Actuó a tiempo? ¿Hubo demoras deliberadas en las alertas? ¿Se frenaron inspecciones previas por presiones empresariales? Son preguntas que comienzan a emerger en un caso que podría derivar en responsabilidades administrativas y políticas.
La investigación recién está en sus primeras etapas. El juez Kreplak deberá tomar las indagatorias a los detenidos, analizar la documentación secuestrada y definir si dicta la prisión preventiva de los principales acusados.
El caso promete convertirse en un juicio emblemático en materia de delitos contra la salud pública, con el potencial de sentar precedentes en la regulación de la industria farmacéutica argentina. La magnitud de las muertes y el alcance nacional de la distribución de fentanilo contaminado obligan a una investigación exhaustiva.
Fentanilo García Furfaro (1)
Los detenidos fueron trasladados a La Plata, donde deberán prestar declaración ante el juez Kreplak
Por ahora, la Justicia avanza con un mensaje claro: detrás de la contaminación hubo nombres, empresas y decisiones, y no se trató de un accidente inevitable. La trama del fentanilo contaminado empieza a develar hasta dónde llegan las conexiones entre el negocio de la salud, el poder económico y las falencias del Estado en el control sanitario.