En una resolución histórica que marcará un antes y un después en la Justicia nacional, el Jurado de Enjuiciamiento informó este martes la destitución de la jueza Julieta Makintach tras considerar probado que su participación en el documental Justicia Divina durante el juicio por la muerte de Diego Maradona violó gravemente el deber de imparcialidad judicial.
La decisión, por unanimidad, pone fin a dos semanas de audiencias que expusieron una trama de complicidades, grabaciones clandestinas y mensajes de WhatsApp (que involucra también a otros dos jueces a quienes les pedirán jury) que demostraron el activo rol de la magistrada en la producción audiovisual.
El documental que desencadenó la crisis, buscaba retratar el juicio por la muerte de Maradona desde la perspectiva de la jueza. Sin embargo, como quedó demostrado en las audiencias, la producción se convirtió en un proyecto que aprovechaba el nombre del ídolo del fútbol.
Jury Julieta Makintach (8)
Julieta Makintach, desde hoy exjueza en San Isidro, fue destituida de su cargo.
Marcos Gómez | AGLP
Las imágenes del tráiler -que mostraron a Makintach en plan protagonista- generaron tal escándalo durante el desarrollo del juicio oral que derivaron en su nulidad absoluta, invalidando meses de trabajo judicial y retrasando la búsqueda de responsabilidades por la muerte del Diez.
Un precedente para la Justicia argentina
Como se dijo, la destitución de la magistrada sienta al menos tres precedentes cruciales en el país:
Establece que la participación de jueces en producciones mediáticas sobre casos en trámite constituye falta grave.
Define límites claros a la exposición pública de los magistrados.
Refuerza el concepto de que la apariencia de imparcialidad es tan importante como la imparcialidad misma.
El caso cierra un capítulo oscuro en la Justicia bonaerense, pero abre una nueva etapa de reflexión sobre los límites éticos del poder judicial en la era del espectáculo. Mientras, el juicio por la muerte de Maradona deberá recomenzar desde cero ante un nuevo tribunal en San Isidro, con una sociedad que espera, esta vez sí, que la justicia prevalezca sobre el show.