Un vaso térmico importado desató una reacción en cadena que terminó con un cambio clave en la política de importaciones personales en Argentina. La ANMAT eliminó trabas para el ingreso de productos vinculados a la alimentación, tras una polémica que estalló en redes sociales.
Todo arrancó con un mensaje informal. Un usuario le escribió al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, indignado porque a su hermano le exigían un trámite en ANMAT para ingresar un vaso Stanley comprado por Amazon. La queja, con tono irónico, derivó en una discusión sobre el exceso de regulaciones y terminó llegando a lo más alto del Gobierno.
El vaso Stanley, conocido por su resistencia térmica, entraba al país como cualquier otro producto. Pero por estar destinado a contener líquidos, quedaba bajo la órbita de ANMAT, que regula materiales en contacto con alimentos. Esa condición activaba un trámite específico y engorroso para una compra personal.
Sturzenegger no dudó en responder con una crítica directa al absurdo burocrático. "¿No podemos confiar en nosotros mismos para elegir el receptáculo del que vamos a beber?", escribió en X. Y fue más allá: "Podés meter agua en un bidón que tenía nafta y no hay trámite, pero sí para un vaso comercializado en todo el mundo".
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Federico Sturzenegger impulsó una medida que eliminó trabas de ANMAT y simplificó las importaciones personales de productos vinculados a alimentos
El tema escaló y llegó al ministro de Salud, Mario Lugones, quien intervino de inmediato. Su equipo revisó la normativa y reconoció la contradicción entre el control aplicado y el uso real del producto. En pocos días, se redactó y publicó una nueva disposición para corregir el desfasaje legal.
Desregulan la importación de alimentos
La Disposición 3280/2025 de ANMAT, firmada por la administradora nacional Nélida Agustina Bisio y con la participación del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), fue publicada este lunes en el Boletín Oficial. El texto aclaró que la ANMAT no intervendrá más en trámites de importación personal de alimentos, incluyendo sus envases.
La medida también refuerza el espíritu del Decreto 35/2025, firmado por el presidente Javier Milei, que ya había eliminado restricciones previas al comercio. Sin embargo, aún quedaban trabas operativas en Aduana que impedían que esa desregulación se aplicara de forma efectiva. La disposición ahora termina de limpiar el sistema.
Desde este cambio, cualquier persona podrá importar alimentos o envases para uso propio sin tener que pasar por la ANMAT. El proceso será similar al de comprar ropa o electrónica en el exterior: cumplir con las condiciones del courier, pagar el envío y los aranceles aduaneros correspondientes.
La medida no solo beneficia a quienes quieren un vaso Stanley, sino también a miles de personas que compran cápsulas de café u otros productos alimenticios envasados. Antes, estos artículos quedaban atrapados en un limbo normativo, sin que estuviera claro si necesitaban autorización o no.
Sturzenegger agradeció públicamente a Lugones y al equipo de Aduana por agilizar la implementación. "Esta disposición hace eso: limpia los trámites colgados y le devuelve sentido común al sistema", escribió. Así, un simple vaso terminó acelerando una reforma que estaba trabada por la burocracia.