Con fuertes cuestionamientos de las defensas y la declaración de testigos, comenzó en la sede del fuero Penal de La Plata el juicio oral para dos hombres acusados por la violación y muerte de una mujer y su hija, ambas testigos de Jehová. El hecho ocurrió en Etcheverry y pronto cumplirá una década.
Los procesados son Cristofer “Puloco” Benítez y Cristian Britte, acusados de haber cometido un brutal ataque contra una mujer de 56 años y su hija de 23, en un caso que conmocionó a la comunidad platense. Llevan 10 años en prisión preventiva.
Los hechos ocurrieron el 23 de noviembre de 2014 en una casilla ubicada en la calle 226 entre 46 y 47, en la localidad platense de Etcheverry, cuando Ramona del Valle Roldán, de 53 años y su hija Gisela Jésica Sosa (22) fueron sorprendidas por al menos dos individuos que irrumpieron en su hogar, propinándoles una serie de agresiones que terminaron con consecuencias fatales para una de ellas. La madre sufrió fracturas de cráneo como resultado de los golpes recibidos y fue objeto de un abuso sexual que la dejó gravemente herida. Tras una agonía de casi una semana en el hospital Melchor Romero, la mujer falleció.
Su hija falleció nueve meses después tras sufrir un paro cardiorespiratorio a causa de shock séptico producto, según la familia, de las numerosas intervenciones quirúrgicas a las que debió ser sometida tras el ataque.
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Las defensas van por la absolución en el juicio oral que se desarrolla en La Plata.
Foto: AGLP
Los reclamos de las defensas
Benítez cuenta con la asistencia de las defensoras oficiales Ana Julia Cova y Mariel Porcel de Peralta. Por su parte Britte es asistido por el abogado particular Gastón Nicocia.
La defensa pública señaló que “la investigación fue ineficiente e ineficaz ya que fue guiada por prejuicio y discriminación” y adelantó que reclamará la absolución de “Puloco” Benítez.
Por su parte Nicocia hizo foco en que su asistido “hace diez años que está en prisión preventiva esperando el debate” y adelantó que “una persona no puede estar en dos lugares al mismo tiempo ya que Britte no estuvo” en la escena del crimen, no participó del hecho por lo que pedirá su absolución.
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Cristofer "Puloco" Benítez, uno de los acusados que lleva una década detenido en prisión preventiva.
Foto: AGLP
La polémica por una pericia de ADN
Antes del inicio de las testimoniales la fiscal de juicio Silvina Langone pidió que se incorpore una pericia de ADN que había sido solicitada por una de las defensas como instrucción suplementaria y solicitó que se cite al o la profesional que realizó el análisis. Uno de los acusados dio positivo, pero no se aclaró cuál de ambos. Sin embargo, 0221.com.ar confirmó que el ADN positivo fue para Benítez.
Pese a que la prueba había sido solicitada por una de las defensas, ambas se opusieron a la incorporación del informe. Plantearon que la misma se hizo en mayo de 2015 y que recién ayer enviaron los resultados, fuera de todo plazo.
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Cristian Britte, 10 años en prisión preventiva, su defensa sostiene que es ajeno al doble crimen.
Foto: AGLP
Por unanimidad el tribunal hizo lugar a la incorporación de la prueba y a la citación del o la profesional que realizó la pericia. “El objetivo es averiguar la verdad real”, fundamentó el presidente del cuerpo colegiado.
El juicio oral está a cargo del Tribunal Oral Criminal IV de La Plata, integrado en esta oportunidad por Carolina Crispiani, Emir Caputo Tártara y el juez de Garantías Pablo Raele, por la secretaría de Mariana Arreche.
Juez de Garantías Pablo Raele
El juez de Garantías Pablo Raele fue designado para completar el tribunal en este juicio oral.
Foto: AGLP
Cabe recordar que el tribunal se encuentra desintegrado por la reciente jubilación del ahora exmagistrado, Juan Carlos Bruni, tal como adelantó este medio el 1 de octubre último.
La pesquisa en La Plata
El contexto en el que se llevaron a cabo los crímenes, un ambiente de absoluta indefensión para las víctimas, y el uso de una violencia extrema son elementos clave en la argumentación de la fiscal Virginia Bravo, investigadora del caso.
Hizo énfasis en que se trató de un ataque deliberado, cuyo objetivo inicial no era solo el robo, sino que implicaba una agresión directa a la integridad de las mujeres. El botín; doscientos pesos y dos teléfonos celulares.