sábado 23 de agosto de 2025
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Entrevista a Gustavo Dacal

Gustavo Dacal: "Ser exitoso en La Plata podía ser difícil, pero siempre pensé que había que intentarlo"

Gustavo Dacal, el líder de una de las compañías inmobiliarias más exitosas de La Plata dio a conocer su historia y su presente en una entrevista reciente.

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Gustavo Rodríguez Dacal pertenece a ese reducido círculo de personas que decidió siempre ir para adelante aun cuando todos a su alrededor le decían que no lo hiciera. Ese tipo de personas que se atreven a lo que otros no. Un “tipo con jutzpá”, tal como lo define Matías Mindlin en una entrevista reciente para Jutzpá Podcast; una definición en hebreo que resume una actitud de coraje, valentía y descaro para enfrentar desafíos o situaciones difíciles. Una característica que sin dudas jugó fuerte en Dacal hasta lograr que su apellido se convirtiera en una marca en el mundo inmobiliario.

Pero mucho antes de eso, Dacal se aventuraría por otros rubros, y pasaría de fabricar y vender alimento balanceado para el agro, a exportar y vender también cordero patagónico. En el medio, por supuesto, comenzó su vinculación con el mercado inmobiliario, un lazo que se sostendría por más de 40 años y no sólo en Argentina.

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Fueron años en los que se vincularía fuertemente con otro peso pesado del rubro como Jorge Yacoub y con desarrolladores del círculo de Juan Sebastián Verón, e incluso con Verón mismo.

“Ser exitoso en la ciudad de La Plata podía ser difícil, pero siempre pensé que había que intentarlo”, dice Dacal, y la frase lo define en gran parte. “Me inspiré en empresas constructoras que surgían en La Plata y subían en poco tiempo. Las veía y pensaba: si ellos lo pudieron hacer, ¿por qué no lo podemos hacer nosotros? Bueno, lo hicimos, pero también vivimos los peligros y los riesgos de ese momento, que no eran pocos”.

Gustavo Dacal hoy se define en cierto modo “apartado” del día a día del mercado inmobiliario, pero quienes tomaron las riendas del negocio fueron sus hijos Federico y Patricio. Con sus jóvenes 36 y 34 años llevan ya una quincena de años metidos en el rubro, y la toma de decisiones entre los tres nunca fue problemática dentro de la empresa.

“Ellos se hicieron dentro de la empresa. Hoy las decisiones son entre nosotros, me consultan ellos a mí, o yo a ellos, y la verdad es que funciona. Funciona bien”, agrega con orgullo. Y es que trabajar con la familia es el gran pilar que sostuvo siempre a Dacal, desde los inicios hasta la actualidad y aún en los momentos más críticos de la empresa y del sector inmobiliario.

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Gustavo Dacal, junto a sus hijos Federico y Patricio

Gustavo Dacal, junto a sus hijos Federico y Patricio

Los comienzos de Gustavo Dacal

El vínculo con los negocios para Gustavo Dacal arrancaría en Venezuela, país al que se mudó la familia cuando él era apenas un niño. Años más tarde, junto con su hermano, y a partir de un crédito bancario, lograron formalizar su primer negocio en el oriente de Venezuela: una fábrica de alimento balanceado destinado al agro de esa zona. Tenían 20 y 22 años. En 1982, Gustavo dejó el negocio en manos de su hermano y volvió a Argentina, y fue entonces cuando despertó su interés por el rubro inmobiliario. Lo hizo a partir de una oferta de trabajo directa de Jorge Yacoub, dueño de una de las más reconocidas empresas inmobiliarias de La Plata en ese momento, y a quien Gustavo define como “mi maestro”.

“Al día de hoy hay personas que me llaman Gustavo Yacoub. Porque trabajamos juntos durante todos esos años y realmente aprendí de él totalmente un montón de cosas, hasta tengo palabras de él y tengo cosas que la gente me dice que soy igual al viejo Yacoub”, cuenta entre risas.

De la administración de 60 propiedades en sus inicios, en 1983, la incipiente sociedad pasó a las mil propiedades sumando locales y oficinas. Veinte años de trabajo y esfuerzo, en los que debieron enfrentar altibajos y crisis profundas como la del 2001, pero que Dacal calificaría, sin embargo, como “años fantásticos”.

“Tuvimos momentos en que teníamos que definir si reducíamos la empresa, y si seguíamos adelante”, admite. “También encaramos proyectos alternativos generados con fondos de la inmobiliaria que en algunos casos funcionaron y en otros no. Siempre tomamos muchos riesgos en todos lados, algo que no haría hoy ni remotamente. Hace 30 años yo firmaba las paredes… hoy no lo hago. Hay claramente una evolución que hace que entiendas cómo es la cuestión empresarial”, define además.

Uno de los proyectos exitosos en Dacal fue “Patagonia Ecológica”, una empresa radicada en Río Gallegos (Santa Cruz) que exportaba cordero patagónico. El negocio comenzó en 2000 y se sostuvo durante siete años; se extendió inclusive a España, con “Patagonia Ecológica España”, y en intercambio con FRIALSA, una empresa de Mallorca propiedad de Paco Najar. Durante ese lapso, Dacal llegó a ser uno de los principales exportadores de cordero, participante a su vez en las ferias agroalimentarias más reconocidas de Europa, como la Sial París, Mercabarna y otras en Alemania, Barcelona, e incluso en Anuga de Colonia. “Era viajar cada dos meses, quedarme una quincena en Europa, y volver a Argentina, porque seguía teniendo mi empresa acá; era extenuante pero el balance de todos esos años fue muy positivo”, rememora el empresario, que actualmente tiene casa en Mallorca y sigue conectado con Frialsa, con presencia y participación en las reuniones de directorio y muy buen vínculo con sus antiguos socios de esa empresa.

Con una cartera de administraciones que crece año a año, y enfocado más en lo comercial, Dacal hoy administra un total de 800 locales

Dacal, la inmobiliaria

El CEO de Dacal Bienes Raíces se reconoce hoy más abocado a los desarrollos inmobiliarios fuera de la ciudad que al día a día en su empresa, conducida directamente por sus hijos y con el respaldo de un equipo bien constituido a lo largo de los años. Esos desarrollos incluyen proyectos en Buenos Aires, Mar de las Pampas y hasta en el país vecino de Uruguay, en Punta del Este.

La presencia de la empresa en Buenos Aires data de 2005, cuando se instaló en Puerto Madero y en conjunto con varias empresas levantaron las Torres Renoir y los edificios Faena, que hoy comercializan, además de otros proyectos que concretaron y siguen desarrollando al presente: el proyecto Huergo475, de Consultatio, la Oceana de Puerto Madero, Osten, Forum y varios más.

En un contexto en el que las franquicias ya ganaron un espacio definitivo en el mundo inmobiliario, el empresario, sin embargo, no las considera una competencia directa pese a su innegable instalación en la ciudad y en todo el país. “Tal vez sí puedan serlo en venta de propiedades, pero en cuanto a alquileres comerciales nuestro fuerte es que establecemos una relación personal con los propietarios, además de que nos conocen ya desde hace años y la confianza está consolidada. En mi caso, hace 45 años que estoy laburando, y quienes me conocen desde mis comienzos hoy tal vez no estén, pero están sus hijos y sus nietos. Nuestro fuerte es poder continuar con esa cadena”, sostiene.

Para Dacal, La Plata es una ciudad “fantástica” en muchos aspectos, aunque no así en el aspecto comercial, por considerar que se encuentra “relegada” y falta de alternativas. “Hoy mis proyectos y desarrollos los tengo fuera de La Plata y no es casual esto. La Plata es muy particular. Nunca tuvimos alternativas realmente y ayudas de los gobiernos en cuanto a desarrollos y otras cosas”, dispara el empresario, quien al mismo tiempo reconoce que la mejor época de su empresa fue con las gestiones de Carlos Menem (1899-1999) y de Néstor Kirchner (2003-2007), y se define abiertamente como “un peronista raro”.

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Dacal, una de las compañías inmobiliarias más exitosas de La Plata

Dacal, una de las compañías inmobiliarias más exitosas de La Plata

“La hiperinflación con Alfonsín fue uno de los peores momentos, la sufrimos mucho. Después vino el gobierno de Menem, y al principio la luchamos pero llegamos a tener un crecimiento fantástico en el rubro. Teníamos créditos, hacíamos emprendimientos y había mucho movimiento. Con De la Rúa subsistimos, pero tuvimos que dejar varios proyectos en el camino”, rememora, y eso hace que se defina: “Soy un peronista no muy normal en cuanto a mi desarrollo y mi manera de pensar…nunca voté a Cristina, por ejemplo. Creo que soy un tipo de peronista capitalista”.

No obstante esto, e independientemente de los vaivenes en Argentina, Dacal se reconoce orgullosamente nacionalista. Como bisnieto de inmigrantes italianos, no olvida que éste fue el país que dio refugio y trabajo a sus antepasados. “Tuve otros proyectos en otros países pero no dejo de decir que mi base está aquí, y que éste es el mejor país del mundo, libre de problemas territoriales o religiosos, libre de desastres naturales Tenemos un país ideal, lo que nos falta es una mejor conducción”, opina.

Dacal, en números

Algunas cifras patentan el crecimiento de Dacal como inmobiliaria, y por supuesto, también como desarrolladora. Para Gustavo, el gran despegue de la empresa se dio en 2001 y 2002, con la comercialización de countries en el Gran Bell. “De vender un lote por año, pasamos a vender 150 a 200 lotes por año. El primer evento que hicimos para Lomas de City Bell, llegamos a concretar la venta de 120 lotes, fue uno de los countries que más rápidamente se consolidó y resolvió. Una cosa fantástica”, rememora. “Era un gran equipo, trabajábamos a la par con un buen desarrollador, del círculo de Sebastián Verón, y el propio Sebastián que también nos dio un espaldarazo enorme”.

Soy un peronista no muy normal en cuanto a mi desarrollo y mi manera de pensar…nunca voté a Cristina, por ejemplo. Creo que soy un tipo de peronista capitalista Soy un peronista no muy normal en cuanto a mi desarrollo y mi manera de pensar…nunca voté a Cristina, por ejemplo. Creo que soy un tipo de peronista capitalista

Con una cartera de administraciones que crece año a año, y enfocado más en lo comercial, Dacal hoy administra un total de 800 locales, entre los cuales está la gran mayoría de las marcas líderes de la ciudad de La Plata.

Al mismo tiempo, un tema que no debe obviarse cuando se habla del posicionamiento de Dacal como inmobiliaria a lo largo de los años es la inversión en marketing. Como se sabe, Dacal ya era una de las compañías más exitosas en el rubro cuando sobrevino la división del negocio entre los hermanos (Alberto y Gustavo) y se formaran dos empresas: Alberto Dacal Propiedades y Dacal Bienes Raíces. Tras esto, Gustavo entendió la importancia de reforzar toda inversión en marketing que ayudara a reposicionar a su empresa. “He llegado a invertir el 70% de mi patrimonio para salir adelante”, confiesa. “El riesgo fue infinito. Apuntamos principalmente a la cartelería y nos dio un éxito fantástico. Colocamos 800 carteles en un año. Una persona que salía a caminar podía toparse en cada cuadra con un cartel nuestro. Tuve que poner en venta la casa de mi mamá, de mi abuela, de todos…”, recuerda entre risas.

La anécdota no es desmesurada: por entonces, Dacal recuerda haber invertido hasta 70 y 80 mil dólares por mes en publicidad. “Era mucho dinero, pero fue la manera de crecer y de vender la marca. Más allá, claro, de que trabajábamos 24 x24, porque esa es la realidad. No dejaba de trabajar ni aún cuando salía a comer, me abordaban y me decían: ‘Vi un cartel tuyo, tengo una casa para vender’. Era natural para mí”, recuerda el empresario.

El éxito de Dacal

Dacal se reconoce una persona exitosa comercialmente, pero con el paso del tiempo comenzó a entender el concepto de éxito y a resignificarlo, cuando siempre había sido un objetivo primordial en su vida. “El éxito no es lo que forma tu personalidad. El éxito va en todo, en la gente, con amigos y con las cosas. y subsistir en este país durante tantos años también es un éxito sin dudas… no todo el mundo sigue haciendo lo mismo durante tantos años”, considera.

“Siempre trabajé, hice todo lo que tenía que hacer. Tengo muchísimos amigos y no me considero alguien importante. Sí me parece reconfortante que me reconocen en todos lados y que me lo dicen, y no sólo acá en La Plata; en Buenos Aires, incluso me pasa cuando voy a España”, dice además el empresario, quien al mismo tiempo admite que la ambición fue otra característica que lo definió positivamente por ser la “generadora del trabajo y del impulso de salir adelante”.

Ser exitoso en la ciudad de La Plata podía ser difícil, pero siempre pensé que había que intentarlo Ser exitoso en la ciudad de La Plata podía ser difícil, pero siempre pensé que había que intentarlo

Plantado hoy desde un lugar más distendido en el mundo de los negocios, Gustavo Dacal reconoce que si volviera el tiempo atrás y se encontrara con aquel joven Gustavo de hace 30 años le aconsejaría que no fuese tan ambicioso, y que buscara el equilibrio entre el trabajo y lo que efectivamente necesita para su vida.

“Soy consciente de que llegué a ser lo que soy hoy por todo lo que hizo ese Gustavo desde hace 30, no tengo duda, pero también tiene sus consecuencias. Tengo tres bypasses, tengo un montón de cosas más dentro de mi cuerpo. La última vez que me operaron estuve 11 horas adentro de un quirófano. Los médicos del Favaloro me dijeron: ‘Ustedes le dicen estrés a esto, nosotros le llamamos vida intensa”, relata.

Desde esa mirada, también encuentra que las nuevas generaciones tienen una manera diferente de vivir y valorar los tiempos. “Ellos ven lo excesivo en las horas laborales, algo que yo no comprendía. Pero lo veo como una circunstancia personal mía. Tal vez si lo hubiese hecho, si mi dedicación hubiese sido otra… tampoco hubiese llegado a hacer lo que hice”, admite finalmente. Una reflexión de alguien que, sin duda, destinó sus años a sus metas laborales para hoy poder dejar un enorme legado a los suyos, y mirar con más calma hacia adelante.

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