viernes 26 de septiembre de 2025

Fuero Penal de La Plata: precariedad edilicia, justicia lenta y un Polo Judicial que parece utopía

Dos edificios atrapados en el tiempo, pensados para otra realidad en La Plata, funcionan al límite de sus posibilidades en estado de abandono.

0221.com.ar | Martín Soler
Por Martín Soler Redactor Judiciales
--:--

El edificio de 8 entre 56 y 57, en pleno centro de La Plata, es una de las sedes de la Justicia Penal bonaerense. Desde afuera mantiene la fachada de solemnidad propia de los viejos tribunales provinciales, pero basta con atravesar la puerta principal para descubrir un panorama muy distinto: techos de dudosa firmeza, paredes descascaradas, baños inutilizados y salas de audiencia sin ventilación ni aire acondicionado. A este cuadro se suma un servicio de justicia que hace agua por la falta de jueces, personal y recursos.

La situación no es nueva, pero en los últimos años se volvió inocultable. Magistrados, defensores oficiales y fiscales lo reconocen en voz baja y, en algunos casos, de manera abierta. "El edificio no cumple con las medidas mínimas de seguridad", sintetizó un funcionario con varios años en el fuero. Nadie habla de peligro de derrumbe, pero todos coinciden en señalar que el abandono es evidente y que la falta de mantenimiento —tanto preventivo como de sostén— es el signo que atraviesa cada rincón del inmueble.

Lee además

Al recorrer los pasillos del edificio se percibe de inmediato la degradación. El olor a humedad impregna las salas y los despachos, mientras los cielorrasos muestran manchas oscuras y desprendimientos. En algunas oficinas, el revoque cayó sobre escritorios y expedientes. Las ventanas oxidadas ya no cierran como deberían, lo que en invierno se traduce en corrientes de aire helado y en verano, en un calor insoportable.

El olor a humedad impregna las salas y los despachos, mientras los cielorrasos muestran manchas oscuras y desprendimientos

Los baños, que deberían ser espacios básicos de higiene, reflejan de manera cruda el abandono. Varios mingitorios llevan años fuera de servicio, algunos desde antes de la pandemia; y en no pocas jornadas la ausencia de papel higiénico, jabón o toallas de mano es total. Abogados y empleados relatan que muchas veces deben desplazarse a otras dependencias para poder encontrar un sanitario en condiciones mínimas de uso. Los jueces tampoco tienen baños privados.

Baños fuera de servicio en Tribunales
El estado de los baños es deplorable y hasta los jueces deben ir a otras dependencias para poder utilizar sanitarios en condiciones

El estado de los baños es deplorable y hasta los jueces deben ir a otras dependencias para poder utilizar sanitarios en condiciones

Con la llegada de los días cálidos la situación se agrava. La mayoría de las salas de audiencia no tiene aire acondicionado, por lo que las audiencias —que suelen extenderse por horas— se convierten en un suplicio. Allí conviven jueces, fiscales, defensores, abogados particulares, imputados, víctimas y familiares, en un marco que nada tiene que ver con la solemnidad que debería acompañar a un proceso judicial.

Un edificio pensado para otro tiempo en La Plata

El inmueble fue concebido y construido para el funcionamiento judicial. En sus primeros años cumplió sobradamente con la demanda de expedientes y personal. Sin embargo, el paso del tiempo y el incremento de la conflictividad social desbordaron sus posibilidades. Hoy las dependencias están atestadas de expedientes y legajos que se acumulan sobre muebles improvisados, mientras los despachos lucen abarrotados de causas que esperan resolución.

Justicia Expedientes.JPG
Los expedientes se acumulan, en medio de Juzgados abarrotados de causas que transcurren lentamente

Los expedientes se acumulan, en medio de Juzgados abarrotados de causas que transcurren lentamente

La falta de espacio físico se combina con un déficit de personal y de magistrados. Algunos tribunales orales se encuentran prácticamente desintegrados desde hace años por la falta de jueces titulares. Esa carencia obliga a los magistrados que permanecen en funciones a multiplicarse en varios juicios a la vez, saltando de una causa a otra en distintos cuerpos de la oralidad. El resultado es una justicia lenta y fragmentada, donde los plazos se estiran y las respuestas llegan tarde.

"Cada día trabajamos contra reloj, con la sensación de que nunca alcanza", reconoció un juez de tribunal oral a 0221.com.ar y añadió: "Los casos se acumulan, las audiencias se suspenden por problemas edilicios o falta de sala, y lo que debería resolverse en meses se extiende por años".

La única salida de fondo que se menciona en los pasillos es el traslado a un Polo Judicial en los terrenos de los extalleres ferroviarios de Los Hornos, dentro de la proyectada "ciudad administrativa" anunciada por distintos gobiernos provinciales. La idea es concentrar allí gran parte de las dependencias judiciales para descomprimir el centro platense y modernizar la infraestructura.

Sin embargo, hoy ese proyecto aparece más como un sueño lejano que como una posibilidad concreta. No existen plazos ciertos ni partidas presupuestarias asignadas y entre los propios funcionarios judiciales se admite que el plan es poco más que una utopía. "Mientras tanto, seguimos trabajando en edificios que ya no dan más", señaló un magistrado.

Tribunales.jpg
La sede del fuero Penal de La Plata ubicada en 8 entre 56 y 57 presenta un avanzado estado de deterioro y falta de mantenimiento.

La sede del fuero Penal de La Plata ubicada en 8 entre 56 y 57 presenta un avanzado estado de deterioro y falta de mantenimiento.

La distancia entre la realidad cotidiana y los anuncios grandilocuentes es abismal. El contraste es tan marcado que, para muchos operadores judiciales, el Polo Judicial se transformó en una suerte de mito urbano, una promesa repetida que nunca llega a materializarse.

Una Justicia desbordada

El deterioro edilicio no es el único problema. La crisis se refleja también en el servicio mismo de justicia. El aumento de causas penales, el crecimiento de la violencia social y la mayor complejidad de los delitos —con tramas vinculadas al narcotráfico, las organizaciones delictivas, los delitos informáticos y las nuevas estafas con criptomonedas— sobrepasaron la capacidad del fuero.

Los magistrados advierten que, sin personal suficiente y con una infraestructura colapsada, resulta imposible brindar respuestas rápidas y eficaces. La imagen de jueces corriendo de una sala a otra para atender distintos juicios al mismo tiempo es una postal cotidiana. Del otro lado, víctimas, familiares y acusados esperan durante horas, en pasillos atestados, para ser llamados a una audiencia que muchas veces se suspende por falta de sala, desperfectos eléctricos o problemas de conectividad.

En este contexto, el edificio de calle 8 se convierte en una metáfora de un sistema que parece detenido en el tiempo, atrapado en la precariedad y la falta de inversión.

Una realidad repetida en La Plata

Si la situación en los tribunales de calle 8 es alarmante, la del edificio fundacional de avenida 7 entre 56 y 57 —donde funciona el Ministerio Público Fiscal (MPF)— es aún peor. Tal como viene detallando 0221.com.ar, las Fiscalías de La Plata atraviesan una crisis edilicia que amenaza directamente el servicio de justicia.

Las oficinas carecen de ventilación adecuada, las instalaciones eléctricas son precarias y los espacios resultan insuficientes para atender a víctimas y testigos. El deterioro se refleja en filtraciones, cables a la vista y condiciones laborales que rozan lo insalubre. En este caso, además, la presión es mayor porque las fiscalías son la puerta de ingreso de la mayoría de las denuncias penales.

Fiscalías destrozadas (8).jpeg

La combinación entre la precariedad edilicia y la sobrecarga de causas genera un colapso que se traduce en demoras, audiencias postergadas y expedientes que duermen meses sin avances.

El estado del edificio de tribunales no es solo un problema de mantenimiento: es una postal que interpela a toda la estructura judicial bonaerense. Los techos inseguros, los baños arruinados, la falta de aire acondicionado y la sobrecarga de causas no son detalles aislados, sino síntomas de un mismo cuadro de crisis.

La pregunta que sobrevuela entre magistrados, defensores y fiscales es hasta cuándo podrá sostenerse un sistema judicial que funciona en condiciones tan adversas. Y, sobre todo, cuál será el costo institucional, humano y social de seguir posponiendo las soluciones de fondo. Por ahora, las respuestas parecen tan lejanas como el Polo Judicial. Mientras tanto, la justicia penal platense sigue dictando sentencias y llevando adelante juicios en medio de techos con humedad, pasillos abarrotados y salas que se vuelven intransitables en verano. Una justicia que, cada día, trabaja al límite de la precariedad.

Dejá tu comentario

Las más leídas

Te puede interesar