Alumnos de las distintas escuelas secundarias de La Plata movilizaron hasta el Ministerio de Infraestructura. Donde hace 50 años se pidió el boleto estudiantil.
Como cada 16 de septiembre, las calles de La Plata volvieron a ser un lugar de ejercicio de la memoria y homenaje para los estudiantes secundarios que fueron víctimas de la dictadura militar y fueron desaparecidos por su compromiso político en los hechos ocurridos en la ciudad en 1976 y conocidos como la Noche de los Lápices.
La movilización, organizada por la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), partió desde Plaza Olazábal, en 7 y 38, y se dirigió hacia el Ministerio de Infraestructura provincial, en 7 entre 58 y 59, el mismo lugar hacia el que el 5 de septiembre de 1975 cientos de alumnos que por entonces coordinaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) marcharon para reclamar por el boleto secundario.
Al menos once estudiantes secundarios con fuerte militancia política en La Plata fueron secuestrados en septiembre de 1976. Siete de ellos nunca aparecieron.
La movilización, organizada por la UES de La Plata, partirá de la Plaza Olazábal a las 14 y culminará en el Ministerio de Infraestructura de la Provincia.
La jornada homenajea entonces a un grupo de esos jóvenes que ya en dictadura, a lo largo de varios días de septiembre de 1976, fueron secuestrados y desaparecidos por grupos de tareas conjuntos —de militares y policías— que los arrancaron de sus casas en distintos puntos de la ciudad.
De la marcha participaron funcionarios municipales y provinciales y también se sumó el gobernador Axel Kicillof, quien caminó desde Plaza San Martín hasta el Ministerio de Infraestructura.
Eran jóvenes comprometidos políticamente, integrados a UES y vinculados a organizaciones de base como el peronismo de izquierda o la Juventud Guevarista. Y como tales, varios habían participado de las marchas de 1975 por el Boleto Estudiantil.
De aquellos estudiantes, continúan desaparecidos Claudia Falcone (16), Francisco López Muntaner (16), María Clara Ciocchini (18), Horacio Ungaro (17), Daniel Racero (18) y Claudio de Acha (18). Los sobrevivientes fueron Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz, quienes lograron salir con vida tras el secuestro.
Fue el testimonio de este último, en el Juicio a la Juntas de 1985, la clave para empezar a desentrañar aquella trama de terror. Díaz fue secuestrado el 21 de septiembre, varios días después que el resto de los chicos. Según su propio relato entraron a la casa unas ocho personas que se movilizaban en cuatro vehículos y llevado a distintos centros de detención clandestinos, el Pozo de Arana primero, el de Banfield después y finalmente en la Brigada de Quilmes, lugares en los que se cruzó con el resto de los estudiantes secundarios y otras víctimas, hasta ser puesto a disposición del PEN en enero de 1977 y liberado desde la Unidad 9 de La Plata recién en noviembre de 1980.
Es aquel testimonio, en el que Pablo habla de los vínculos que habían tenidos los alumnos secuestrados en los reclamos por el boleto estudiantil del año anterior, el germen del libro que bautizó a aquellos episodios como la Noche de los Lápices.
Con los años, la sobreviviente Emilce Moler relativizó el vínculo entre uno y otro hecho: "Lo predominante era atribuir aquel operativo a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario. Esa movilización fue muy importante, pero había ocurrido en 1975, y a nosotros nos detuvieron por ser militantes de la UES, nunca me preguntaron por el boleto escolar", recordó.
En memoria de los hechos, en 2014 se sancionó la Ley 27.002, que estableció el 16 de septiembre como Día Nacional de la Juventud. La fecha recuerda a los estudiantes secuestrados y desaparecidos en 1976 y mantiene viva la lucha por los derechos de las nuevas generaciones.