martes 16 de septiembre de 2025
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La Noche de los Lápices

La Noche de los Lápices: los barrios, las calles y las casas de La Plata de donde secuestraron a estudiantes

Al menos once estudiantes secundarios con fuerte militancia política en La Plata fueron secuestrados en septiembre de 1976. Siete de ellos nunca aparecieron.

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Los estudiantes secundarios de La Plata y todo el país saldrán este martes a las calles a honrar a los alumnos de distintas escuelas de la ciudad que eran militantes políticos y fueron secuestrados a lo largo de varios días de septiembre de 1976, en un hecho que diez años más tarde se conoció como la Noche de los Lápices.

Aquellos operativos fueron parte del plan represivo puesto en marcha durante la dictadura inaugurada el 24 de marzo de ese mismo año, momento en el que la violencia política (que venía creciendo desde 1974 con el accionar de organizaciones paraestatales como la Triple A —Alianza Anticomunista Argentina— o la CNU —Concentración Nacional Universitaria—), se expandió en la provincia de Buenos Aires con los grupos de tareas integrados por fuerzas militares y policiales.

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La desaparición de aquellos adolescentes se conoció como la Noche de los Lápices a partir de la publicación en 1985 de un libro con ese título, el cual un año después se convirtió en película. Era un relato que centraba la lucha de los alumnos en el boleto estudiantil, por una marcha de reclamo realizada un año antes, más allá de su compromiso político y social con organizaciones políticas con presencia en la ciudad.

Desde entonces, todos los 16 de septiembre las calles de La Plata son escenario de una gran movilización recordándolos. Ese día de 1976 se produjo el mayor de los operativos. Pero el terror empezó unos días antes y se extendió a lo largo de todo el mes, con el secuestro de al menos once alumnos, siete de los cuales nunca aparecieron.

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Los seis estudiantes secundarios desaparecidos el 16 de septiembre de 1976 son bandera en cada marcha del 16 de septiembre

Los seis estudiantes secundarios desaparecidos el 16 de septiembre de 1976 son bandera en cada marcha del 16 de septiembre

El terror en las calles de La Plata

Es muy conocida la historia de los adolescentes desaparecidos que son bandera en cada una de esas marchas. Pero no lo es tanto la ubicación exacta de donde fueron arrancados. Actualmente son marcas urbana, algunas señalizadas y otras no, que en esta nota se reconstruyen en un mapa, a partir del trabajo previo de Huellas la memoria, el sitio que recrea la historia las víctimas de la dictadura en La Plata, Berisso y Ensenada.

Los nombres que más resuenan son lo de los desaparecidos Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, Daniel Rasero, Claudio de Acha y Francisco López Muntaner.

También el del sobreviviente Pablo Díaz, cuyo crudo testimonio en el Juicio a las Juntas de 1985 fue clave para empezar a desentrañar esa trama de terror. O los de Emilce Moler, Gustavo Calotti y Patricia Miranda, quienes salieron con vida para contarlo.

Es mucho menos conocida la historia de Víctor Treviño, otro adolescente que sigue desaparecida pero cuyo nombre no es mencionado pese a que su secuestro ocurrió en esos días e iba a la Escuela Media 2, más conocida como "La Legión".

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La ruta de la Noche de los Lápices

Gustavo Calotti

La saga de los secuestros registrados por aquellos días comenzó el 8 de septiembre por la tarde, cuando Gustavo Calotti, alumnos del Colegio Nacional de 17 años fue levantado de su lugar de trabajo en la sección de correos de la Jefatura Policial, a metros de donde funcionaba la Dirección de Investigaciones de la fuerza, comandada por Miguel Etchecolatz, décadas después condenado por delitos de lesa humanidad.

“Me detuvieron el 8 de septiembre de 1976 a la tarde, en mi lugar de trabajo”, declaró Calotti cuando tuvo la oportunidad. Se había acercado a la militancia estudiantil en 1972 y más tarde se comprometió con organizaciones política de base. Tras su secuestro estuvo detenido-desaparecido en diversos centros clandestinos del Circuito Camp, hasta que el 21 de enero de 1977 fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y trasladado a la Unidad 9 de La Plata hasta ser liberado el 25 de junio de 1979, casi tres años después

Gustavo Calotti
Después de ser liberado, Gustavo Calotti vivió muchos años en el exilio

Después de ser liberado, Gustavo Calotti vivió muchos años en el exilio

Víctor Treviño

Dos días después, el 10 de septiembre, fue secuestrado Víctor Triviño, cuya historia parece silenciada y su rostro es poco conocido. Su caso no siempre aparece vinculado con el resto de las víctimas de la Noche de los Lápices pese a que tenía 16 años y era alumno de La Legión. Un grupo de personas irrumpió en la casa donde vivía en 116 Nº 358 (entre 39 y 40), en la zona de los studs del Barrio Hipódromo.

Su hermana Laura declaró en uno de los juicios (el denominada Brigadas). Recordó que lo llamaban “Lulo” y militaba en la Juventud Guevarista. La noche del secuestro ella estaba en su casa con su mamá y con Víctor cuando seis hombres de civil, con pasamontañas, excepto uno que dirigía la patota, irrumpió. “Fueron directo a su habitación y se lo llevaron”, dijo.

Victor Treviño
Víctor Treviño fue secuestrado en su casa del barrio de los studs, en 116 entre 39 y 40

Víctor Treviño fue secuestrado en su casa del barrio de los studs, en 116 entre 39 y 40

Pero fue el 16 de septiembre cuando se registró el operativo más grande en el que secuestraron a los otros seis estudiantes que siguen desaparecidos. Como si fuera un plan macabro cronometrado, los primeros secuestros arrancaron pasada la medianoche y el último fue alrededor de las 5.

Claudia Falcone y María Clara Ciocchini

Esa madrugada, la primera parada de la patota fue en el sexto piso de la calle 56 Nº 586, entre 6 y 7, pleno centro de La Plata, de donde se llevaron a Claudia Falcone, de 16 años y alumna del Bachillerato de Bellas Artes. Con ella estaba María Clara Ciochini, de 17, quien había llegado a La Plata huyendo de la persecución en Bahía Blanca.

El testimonio de Rosa Matera —tía de Claudia y dueña del departamento atacado— en el Juicio a la Juntas aportó detalles de lo ocurrido aquella noche. Dijo que escuchó los primeros golpes en la puerta y los pasos de la patota avanzando por el living. Eran seis o siete hombres que se llevaron a la rastra y con sus ojos vendados a las chicas, para subirlas a un camión del ejército.

Claudia Falcone y María Clara Ciocchini
Claudia Falcone y María Clara Ciocchini estaban juntas cuando fueron secuestrada del departamento de 56 entre 6 y 7

Claudia Falcone y María Clara Ciocchini estaban juntas cuando fueron secuestrada del departamento de 56 entre 6 y 7

Claudio de Acha

Dos horas más tarde, cerca de las 2.30, fue el turno de Claudio de Acha, alumno de 17 años del Colegio Nacional que fue secuestrado de la casa familiar de diagonal 73 Nº2539 (entre 20 y 21) del barrio de La Loma.

Su madre Olga fue quien declaró que un grupo encapuchado irrumpió a los gritos preguntando por libros y armas. Dieron con Claudio, el bachiller que fue arrastrado en ropa interior por el pasillo.

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Claudio de Acha tenía 17 años e iba al Colegio Nacional cuando fue secuestrado en la casa de La Loma

Claudio de Acha tenía 17 años e iba al Colegio Nacional cuando fue secuestrado en la casa de La Loma

Horacio Ungaro y Daniel Racero

Pasadas las 4.30 la patota llegó a la zona de monoblock cercana al Hipódromo, en 116 Nº542, a la altura de 43, donde hoy hay una baldosa de la memoria que los recuerda a ellos haciendo hincapié en la lucha por el boleto estudiantil. Allí estaban Horacio Ungaro y Daniel Racero, de 17 y 18 años respectivamente, militantes políticos y compañeros en el Normal 3.

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La baldosa por la memoria que recuerda a Horacio Ungaro y Daniel Racero en 116 entre 42 y 43

La baldosa por la memoria que recuerda a Horacio Ungaro y Daniel Racero en 116 entre 42 y 43

De acuerdo a los testimonios familiares allí hubo golpes e interrogatorio y la promesa incumplida hecha a Olga, la mamá de Horacio, de que los jóvenes serían devueltos más tarde. Los bajaron semi desnudos y a la rastra desde el quinto piso y hasta la planta baja.

Horacio Ungaro y Daniel Racero
Horacio Ungaro y Daniel Racero estaban en un departamento a metros del Hipódromo de La Plata cuando fueron secuestrados

Horacio Ungaro y Daniel Racero estaban en un departamento a metros del Hipódromo de La Plata cuando fueron secuestrados

Francisco López Muntaner

La última parada fue en Altos de San Lorenzo, en 17 Nº 2123 (entre 75 y 76) donde vivía Francisco “Panchito” López Muntaner, el más chico de todos ellos, con apenas 14 años.

A las 5 de la mañana seis uniformados con ropa del Ejército y los rostros cubierto quisieron ver a los hijos de Irma Muntaner. Según el testimonio de la mujer vio cómo se llevaban a Panchito mientras al menos cinco autos esperaban en esa calle de barrio de trabajadores.

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Francisco López Muntaner fue secuestrado en su casa de Altos de San Lorenzo. Tenía apenas 14 años

Francisco López Muntaner fue secuestrado en su casa de Altos de San Lorenzo. Tenía apenas 14 años

Emilce Moler

Emilce Moler tenía 17 años y una fuerte militancia peronista. En esos días de septiembre de 1976, en medio de la ola represiva, rotaba por distintas casas por miedo a sufrir la misma suerte de otros compañeros que habían desaparecido. En el mediodía del 16 se desesperó cuando alguien le contó que se habían llevado a Claudia y a María Clara.

Su padre la convenció de que vuelva a su casa de 19 Nº 812, entre 48 y 49, de donde una patota de "hombres grandotes encapuchados, con armas" la arrancaron durante las primeras hora del día siguiente. "Le pegué un vistazo a la calle, a la vereda. La de la rayuela, la del elástico, la de la rambla de la calle 19. Fue lo último que vi. Me metieron en el asiento de atrás. Me ataron las manos, me pusieron un pulóver en la cabeza y me hicieron doblar hacia adelante", relata la propia Emilce en su libro La larga noche de los lápices, sobre su última visión del barrio.

Fue puesta a disposición del PEN el 21 de enero de 1977 y llevada la Cárcel de Devoto para ser liberada en un régimen de libertad vigilada desde el 20 de abril de 1978.

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Emilce Moler habla en una de las marchas del 16 de septiembre, frente al Ministerio de Obras Públicas

Emilce Moler habla en una de las marchas del 16 de septiembre, frente al Ministerio de Obras Públicas

Patricia Miranda

Esa misma noche, la misma caravana del terror viajó hasta 13 bis Nº1471, entre 517 y 518 de Ringuelet, para secuestrar a Patricia Miranda, de 16 años y también bachiller en Bellas Artes, según los propios sobrevivientes la única que no tenía militancia política.

Tal vez por eso nunca dio testimonio más que en la Justicia y no circulan muchas imágenes propias. Fue puesta a disposición del PEN el 28 de diciembre de 1976 y liberada el 28 de febrero de 1978.

Pablo Díaz

Pablo Díaz tenía 16 años, iba a La Legión, donde pudo terminar sus estudios hace pocos años, y fue levantado de la casa en que vivía con su padres en 10 Nº435, entre 40 y 41.

Fue el 21 de septiembre, varios días después que el resto de los chicos. Según su propio relato en el Juicio a la Juntas entraron a la casa unas ocho personas que se movilizaban en cuatro vehículos y llevado a distintos centros de detención clandestinos, el Pozo de Arana primero, el de Banfield después y finalmente en la Brigada de Quilmes, lugares en los que se cruzó con el resto de los estudiantes secundarios y otras víctimas, hasta ser puesto a disposición del PEN en enero de 1977 y liberado desde la Unidad 9 de La Plata recién en noviembre de 1980.

Pablo Díaz
Pablo Díaz adolescente, al momento de ser secuestrad, y 48 años después celebrando las condenas a sus captores en el Juicio Brigadas

Pablo Díaz adolescente, al momento de ser secuestrad, y 48 años después celebrando las condenas a sus captores en el Juicio Brigadas

El duro testimonio de Díaz, en el que relata las torturas y el contacto con varios de los adolescentes desaparecidos, fue clave para empezar a develar la trama del plan sistemático de desaparición de personas de la dictadura que incluyó entre sus blancos a los militantes estudiantiles, la mayoría integrantes de la Unión de Estudiantes Secundario (UES).

Es aquel testimonio, en el que Pablo habla de los vínculos que habían tenidos los alumnos secuestrados en los reclamos por el boleto estudiantil del año anterior, el germen del libro que bautizó a aquellos episodios como la Noche de los Lápices.

Represores condenados

En marzo de 2024, 48 años después de aquellos secuestros y asesinatos, el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 1 de La Plata dictó sentencia en el Juicio a las Brigadas, en cual se investigaron los delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención que funcionaron en el “Pozo de Banfield”, “Pozo de Quilmes”, "la Brigada de San Justo" y “El Infierno de Lanús”.

Los jueces condenaron a prisión perpetua a 10 represores y un acusado recibió una pena de 25 años de prisión. En tanto, uno de los imputados fue absuelto. Entre las víctimas de los crímenes cometidos por los condenados estaban los estudiantes secundarios de La Plata.

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