“Yo no voy a hablar, no tengo nada para decir. Que cuenten cómo estoy mi suegra y mi abogado”. A la distancia y a través del teléfono, la voz de Juan Manuel Roldán suena resignada al cumplirse un año del choque en La Plata que cambió su destino para siempre, al arrebatarle el amor de su vida, la médica forense Ana Fiorino.
A un año, Juan Manuel padece las secuelas física consecuencia de choque: la pérdida de la visión en uno de sus ojos y el dolor por una lesión en las cervicales que le recuerdan a cada instante lo ocurrido.
Pero lo peor es la herida anímica, que se traduce en un cuadro psicológico y psiquiátrico que preocupa a sus familiares y amigos. Su vida se derrumbó, sin más motivación que cuidar a los perros que tenían con Ana y transitar como puede el tiempo aún impreciso que queda para que sea el juicio. “Volví a Pergamino, a la casa en la que vivíamos con Ana”, se limita a decir a 0221.com.ar.
Accidente en 7 y 49 Ana Fiorino Maximiliano Insaurralde (10)
El auto en el que viajaban Juan Manuel Roldán y Ana Fiorino tras ser impactado en 7 y 49
Marcos Gómez | AGLP
Una madrugada fatal en La Plata
Juan Manuel y Ana habían pasado la noche en el hotel del Circulo Policial de 49 entre 9 y 10 y madrugaron para emprender el regreso a Pergamino. Tenías muchos proyectos de vida, el más importante una mudanza a San Luis, donde ella iba a ingresar a trabajar como forense en el Poder Judicial.
Pasadas las 7.25 emprendieron la marcha con su Nissan March de color blanco, pero 300 metros después la tragedia los golpeó de lleno casi sin que se dieran cuenta, al cruzar la avenida 7. El Renault Clío negro de Insaurralde venía a toda velocidad desde la zona de Plaza Rocha pasando semáforos en verde hasta la Legislatura, pero sin respetar el rojo en las esquinas de 50 y 49, donde fue el choque.
Accidente en 7 y 49 ana fiorino Insaurralde
Ana Fiorino, la médica de 41 años, murió en el mismo momento porque el impacto fue de lleno, sobre su lateral. Juan Manuel despertó en el hospital San Martín el martes siguiente. "Gracias a Dios, de ese día no me acuerdo nada. Me acuerdo que me fui a dormir el viernes a la noche, abrazado a Ana, le di un beso y me dormí. Después me desperté el martes en terapia intensiva. Es todo lo que me acuerdo", contaba el hombre un mes después del hecho en una nota con Clarin, cuando todavía tenía fuerzas para responder preguntas.
Repitió eso cuando le tocó el duro trance de declarar en el marco de la causa. Revivirlo profundizó su dolor, al punto de sentir que el único sentido de su existencia ahora, es el de esperar el juicio. “Solo trato de estar vivo para llegar al juicio”, se lo escuchó decir ese día.
Ana Fiorino y su perro
Ana Fiorino, la médica que murió en el accidente en La Plata
Las secuelas y el dolor de sobrevivir
“Que cuenten ellos”, dijo Juan Manuel en referencia a su suegra Stella Rosso y su abogado Lautaro Rodríguez. Y en base a esos testimonios 0221.com.ar pudo reconstruir como Roldán pasa sus días a un año del accidente.
Stella es una mujer de 77 años con la que la tragedia parece empecinada: perdió a dos hijos y a su marido en distintos accidentes de tránsito. Igual extrae la fortaleza necesaria para contar su historia y reclamar justicia.
En una entrevista con este portal, cuenta que Roldán “perdió la vista por el impacto y está con tratamientos, está mal”. “Recibió muchos golpes feos en el choque, pero es lo que menos le importa. Está tan dolorida y tan vacía su vida que solo está esperando justicia, nada más", contó.
Ana Fiorino Juan Manuel Roldan y Stella Rosso
Ana Fiorino, Juan Roldán y Stella Rosso, en un viaje compartido al sur
Por los golpes del choque perdió líquido cefalorraquídeo y tenía el brazo derecho y la pierna derecha muy lastimados. Su abogado dijo que la afección en la vista es en uno de los ojos y que aún perdura una lesión en las vértebras cervicales. Pero coincidió que el daño anímico y el impacto psicológico y psiquiátrico es los más grave. En este tiempo bajó más de 20 kilos.
El abogado recuerda que declarar en la instrucción judicial fue una tortura. Ahora, en la previa del juicio oral, busca actualizar sus estudios porque teme que más allá de la acusación por homicidio doloso contra Insaurralde, las lesiones de Roldan sean considerada “leves” cuando “está claro que son muy graves”.
“Ana nunca llega”
Juan Manuel pasa sus días solo con los perros Nino y Nina, que eran el amor de Ana, en la misma casa de Pergamino de la que salieron el viernes 9 de agosto de 2024 hacia La Plata. No pierde de vista a Stella y cada tanto se visitan, aunque muchas veces tienen que evitarlo por el dolor común que aflora cuando se ven.
Juan Roldán
Una foto en tiempos felices de Juan Roldán, en la casa de Pergamino en la que vivía con Ana lo perros Nino y Nina
En aquel testimonio de hace casi un año el hombre sintetizaba sus días, una descripción que podría repetirse hasta hoy mismo como si fueran un triste loop.
"Me levanto a la mañana, que me despiertan los perros. Los saco, para que hagan pis y caca, los entro, les doy de comer, me fijo que tengan agua, me acuesto, se acuestan conmigo en la cama y después nos levantamos para volver a salir. Me siento afuera, en la mesita que tenemos en el frente, a tomar mate, la perra se sienta atrás de la puerta de calle, de la reja, para ver si en algún momento aparece Ana. Yo desde la silla miro a ver si en algún momento aparece, y así nos pasamos el día esperando, y nunca llega".