El silencio de la madrugada del 12 de septiembre de 2020 quedó interrumpido por el eco opaco de un crimen brutal. En el corazón de Melchor Romero, en la zona de 34 entre 158 y 159, la oscuridad engulló a dos hombres que bebían cerveza y hablaban en voz baja, quizás refugiados del encierro de un país paralizado por el COVID-19.
Uno de ellos era Reinaldo Solís Silveiro, paraguayo y 41 años, que poco después yacería con el rostro hecho sangre sobre el asfalto. Esta oscura y confusa trama llega a juicio oral en el fuero Penal de La Plata. El otro, Oscar Benítez, sobrevivió para contar la escena: cómo de la nada surgieron dos figuras, cómo se alzaron los brazos, cómo llovieron los golpes. Y cómo uno de los atacantes —según la investigación, Julio Sotelo— quedó marcado como parte del rompecabezas.
Este martes en los tribunales de La Plata se intentará dilucidar qué sucedió esa noche. El juicio por jurado ciudadano intentará descifrar qué ocurrió en esa escena sombría durante los días más tenebrosos del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). El acusado será juzgado por homicidio en ocasión de robo.
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El acusado llevará su defensa a juicio oral en un debate por jurado popular.
La audiencia comenzó a primera hora con la selección de los doce ciudadanos titulares y los seis suplentes que integrarán el jurado popular. Luego, por la tarde, el juicio se pondrá en marcha con la exposición de las teorías del caso. La fiscal de juicio será Victoria Huergo y el juez técnico designado es Emir Alfredo Caputo Tártara, del Tribunal Oral Criminal (TOC) IV de La Plata, con secretaría a cargo de Analía Reyes.
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Victoria Juergo, fiscal de juicio de La Plata, a cargo de la acusación pública.
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Los indicios que acumula la causa son múltiples y parecen salir del mismo cofre de pistas: una campera, rastros, contradicciones y, sobre todo, un cadáver que no habla pero grita con su propia evidencia.
En el expediente también consta que Solís Silveiro, además de haber sido brutalmente agredido, conservaba en sus bolsillos documentos y una pequeña suma de dinero. Ninguno de esos elementos fue robado. ¿Fue entonces un intento frustrado? ¿Un ataque gratuito? ¿Un crimen sin botín? Las respuestas buscarán emerger de la boca de los testigos, de los informes periciales y del análisis de las imágenes.
El rompecabezas del horror
Las piezas de este caso comenzaron a encajar desde el primer día, aunque lentamente. El domingo 13 de septiembre de 2020, Reinaldo fue hallado inconsciente por un vecino, tendido con el rostro contra el suelo, respirando apenas. Lo subieron como pudieron a un auto y lo llevaron al Hospital Alejandro Korn. Murió en el camino. La ciudad, sumida en el encierro, apenas se enteró. Fue otro crimen que pareció hundirse entre los partes diarios del coronavirus.
Apenas 24 horas después, el primer sospechoso se entregó ante agentes de la Policía Bonaerense. "Me están buscando por el caso de Melchor Romero", dijo, según consta en una de las notas de este medio. Se trataba de un joven de 24 años, identificado por testigos y por los datos de la pesquisa. Luego, el 15 de septiembre, fue el propio Sotelo quien se presentó en la comisaría Decimocuarta de Melchor Romero. Dijo que quería declarar. Quedó detenido y la Justicia lo imputó por "homicidio en ocasión de robo".
Durante la audiencia de ofrecimiento de prueba realizada en octubre de 2022, la fiscalía presentó una batería de elementos: testimoniales, peritajes, imágenes, la autopsia y la campera. También se estableció el mecanismo del juicio por jurados, a pedido de la defensa, tal como corresponde por la calificación penal y la pena en expectativa.
El peso del encierro, el eco de la violencia
La noche del crimen, como muchas durante ese año, parecía sumergida en la soledad de las restricciones. No había bares abiertos, ni colectivos llenos, ni luces prendidas después de las 22. Solo el eco de pasos lejanos, la respiración contenida de una ciudad bajo encierro, y el estallido ocasional de una violencia soterrada. En ese contexto, dos hombres fueron atacados. A uno lo mataron. A otro lo dejaron vivo, quizás sin quererlo, quizás como único testigo. A más de 3 años del hecho, la Justicia intentará determinar qué grado de responsabilidad tuvo Sotelo. El juicio promete ser complejo, porque más allá del cúmulo probatorio, hay huecos, vacíos, detalles que podrían permitir a la defensa sembrar la duda razonable.
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Emir Alfredo Caputo Tártara, juez a cargo de la dirección técnica del debate.
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Las reglas del juicio por jurados son claras: la decisión debe ser unánime. Si los doce miembros del jurado no llegan a un acuerdo, el proceso entra en un cono de sombras y puede tener un final inesperado.
Los vecinos del Barrio Malvinas aún recuerdan aquella noche. Algunos prefieren no hablar, otros relataron en su momento lo que vieron desde lejos. El asesinato de Reinaldo Solís Silveiro fue un golpe para una comunidad golpeada de antemano por la pobreza, el encierro y la violencia urbana. Un crimen entre tantos, pero que llegó a juicio.
Este martes comienza la última etapa. Serán 4 días intensos. Declaraciones, peritos, tensiones en la sala. Y, sobre todo, un veredicto que puede marcar el destino de un hombre y cerrar, al menos judicialmente, una historia nacida de la sombra.