El Tribunal Oral en lo Criminal I de La Plata absolvió este martes al agente penitenciario acusado de abuso sexual en perjuicio de dos presos en la Unidad Penal 18 de Gorina. La decisión se dio luego de que el fiscal de juicio, Jorge Paolini, resolviera no mantener la acusación por falta de pruebas, ya que las presuntas víctimas se negaron a declarar en el debate oral.
La resolución marcó el cierre de un proceso que había comenzado con fuertes expectativas, pero que se diluyó rápidamente ante la anemia probatoria y la ausencia de los principales denunciantes. Todos los testigos que pasaron por la sala fueron favorables a la defensa, tal como había informado 0221.com.ar tras las primeras jornadas del juicio.
El fiscal Paolini se amparó en el principio de objetividad que rige la actuación del Ministerio Público. No existe obligación legal de sostener una acusación cuando las pruebas no acompañan, y en este caso el representante fiscal dejó constancia de haber agotado todas las instancias posibles antes de desistir. Actuó dentro del marco de la ley y con criterio técnico.
Ricardo Callaba y Brenda Haile
Ricardo Callaba y Brenda Haile, defensores del penitenciario que resultó absuelto tras el juicio oral en La Plata.
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"Preso por una mentira"
Tras conocerse el fallo absolutorio, el abogado defensor Ricardo Callaba tomó la palabra en la audiencia para marcar el impacto de lo ocurrido. Recordó que les habían ofrecido firmar un juicio abreviado con una pena superior a los 12 años de prisión, pero se negaron porque siempre creyeron en la inocencia del agente.
"Nunca nos escucharon, y no es una queja, es un llamado de atención a la Justicia. Mi asistido estuvo detenido dos años y siete meses por una mentira", sostuvo el letrado. A su vez, remarcó que durante ese tiempo les negaron dos pedidos de morigeración y un habeas corpus, pese a que la causa carecía de pruebas sólidas.
Callaba también pidió que se investigue por falso testimonio a quienes declararon en contra del penitenciario durante la instrucción. "No me voy con un sabor agradable, me voy con tristeza. Nadie va a devolverle estos años a un hombre que fue injustamente encarcelado", lamentó. Se trata de la segunda absolución del año en casos de extrema gravedad que logra el profesional y su equipo.
Su colega y codefensora, Brenda Haile, acompañó el planteo y pidió que también se abra una causa por falsa denuncia, aclarando que ambas figuras penales "no son excluyentes" y pueden investigarse de forma paralela. El pedido será analizado por el Tribunal y podría dar lugar a una nueva investigación en la fiscalía de turno.
Jorge Paolini fiscal de juicio de La Plata
Jorge Paolini, fiscal de juicio de La Plata, agotó todas las instancias antes de desistir.
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Un acusado que cambió su historia entre rejas
El penitenciario, cuyos datos personales se mantienen bajo reserva para preservar su buen nombre y honor, atravesó el proceso en prisión preventiva. Durante ese tiempo decidió dar un giro en su vida: comenzó a estudiar abogacía en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y logró en pocos meses aprobar el primer año completo "con notas excelentes", según detallaron fuentes judiciales.
El hombre, además, es profesor de zumba y en la sala de audiencias estuvo acompañado por un grupo de amigas y alumnas que lo respaldaron durante las audiencias. Su presencia fue celebrada al conocerse la absolución, luego de dos años de incertidumbre y encierro. Llantos de alegría y un fuerte abrazo con sus defensores fue el corolario de la audiencia.
Con la sentencia absolutoria, el eximputado recuperará su libertad y tiene previsto, a través de sus abogados, pedir su reincorporación al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), del que fue separado.
"Fue un proceso injusto desde el comienzo, pero finalmente se impuso la verdad", afirmaron fuentes cercanas a la defensa. El fallo dejó en evidencia la fragilidad de una acusación sostenida solo por denuncias que no pudieron ser ratificadas ni respaldadas en juicio.
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Ramiro Fernández Lorenzo, Hernán Decastelli y Cecilia Sanucci, jueces del Tribunal Oral Criminal I de La Plata.
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El deber de objetividad y un mensaje al sistema judicial
La actuación del fiscal Paolini también fue destacada por los jueces del TOC I, quienes valoraron su decisión de desistir de la acusación ante la inexistencia de pruebas directas. El Ministerio Público no puede sostener una acusación cuando el material probatorio no alcanza para comprometer la responsabilidad penal del imputado.
El derecho penal no admite condenas con base en sospechas o conjeturas. Si las pruebas no lo acompañan, el fiscal debe retirarse.
Así, el caso que había comenzado con una denuncia de abuso sexual intramuros terminó con una absolución plena y un mensaje claro sobre los límites del proceso penal. Los jueces destacaron que el fiscal agotó todas las instancias posibles, desde la citación de las presuntas víctimas hasta la evaluación de testimonios y material probatorio, antes de tomar su decisión.
Cierre de una causa polémica en La Plata
El fallo absolutorio marca el final de un proceso que expuso las tensiones del sistema penitenciario, los riesgos de las denuncias sin sustento y la necesidad de actuar con prudencia en los casos donde las versiones se contradicen sin respaldo probatorio.
El ahora absuelto, que pasó más de dos años detenido, se prepara para reconstruir su vida. Mientras tanto, la defensa impulsa que la Justicia avance sobre los posibles falsos testimonios que, según alegan, llevaron a su injusta prisión.
La sentencia del TOC I de La Plata cierra una causa que puso bajo la lupa el funcionamiento del sistema carcelario, el rol de los fiscales y los límites del consentimiento dentro de los muros del penal. Pero, sobre todo, deja una enseñanza jurídica y humana: sin pruebas, no hay delito, y sin verdad, no hay justicia.