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¿Dulces y saladas o de grasa y manteca? El dilema que enfrenta a La Plata con Capital
Castellano Platense

¿Dulces y saladas o de grasa y manteca? El dilema que enfrenta a La Plata con Capital

Hablar de comida y gustos, siempre resulta bastante controversial. Sin embargo, esta vez la polémica se da al momento de nombrar y pedir las típicas medialunas. En suelo platense es de una manera, pero a medida que nos acercamos al Obelisco, esto cambia rotundamente hasta llegar a crear una gran confusión.

05 de marzo de 2019

En lo que podría encuadrarse y ser parte de una nueva edición del castellano platense, proponemos analizar algo tan cotidiano que pasa desapercibido por muchos habitantes de nuestra ciudad, pero que al cruzar la frontera platense puede ocasionar un severo trastorno: los tipos de medialunas.

Para los que nacieron en La Plata no hay discusión y las medialunas pueden ser dulces o saladas. Sin embargo aquellos que quieran adquirir este tipo de facturas en Capital Federal o el Conurbano bonaerense, se van encontrar con que las opciones son otras y que en las panaderías ofrecen “de grasa o de manteca”. Pero entonces… ¿es lo mismo? ¿cuál es cuál?

Estas dos preguntas anteriores, se las hacen generalmente los porteños cuando se cruzan a un platense o algún provinciano. “Nosotros vendemos medialunas saladas o dulces”, fue la respuesta que recibió 0221.com.ar, al entrar y consultar a diversos locales en la ciudad de las diagonales. “Los clientes entran y nos piden eso, y aquel que lo pide de otra manera, sabemos que viene de otra ciudad”, agregó la empleada del lugar.

Muchos se deben haber dado cuenta que a medida que nos vamos acercando al Obelisco, el panorama va cambiando y en los carteles ya se escribe: “Hay medialunas de grasa o manteca”. Se habla de lo mismo, pero se dice distinto. Las de grasa son las saladas, mientras que las de manteca son las dulces.

La forma en denominar a las medialunas, es algo uniforme en casi todo la Argentina. Según pudo averiguar este portal, en las panaderías y confiterías de Salta, Santiago del Estero, Mendoza, Córdoba, Misiones, Río Negro, Neuquén, La Rioja, entre otras, la manera de llamar a este tipo de facturas es la misma que en La Plata. Pero esto no se repite en el negocio Delicias de Caballito, donde el dueño mismo sostuvo: “Pueden ser de grasa o de manteca, no vengan a pedirme cosas raras”. O al igual que en Flores Porteñas, panadería de CABA, que asegura no tener medialunas saladas o dulces, pero si de grasa y manteca. 

Lo explicado anteriormente no parece muy difícil de comprender, pero sí es complicado de aceptar para la mayoría de los porteños y nacidos en el Gran Buenos Aires, que miran extrañados a aquellos que no comparten su forma de nombrarlas. “Hay veces que viene gente y me pide una docena de grasa o algunas de manteca, y casi siempre son de Capital Federal. Yo los entiendo porque cuando me toca comprar en su zona, me pasa lo contrario”, cuenta una panadera platense sobre su experiencia en la atención al público.

Un punto neurálgico y en donde se fusionan estas dos corrientes, es la Costa Atlántica. En las panaderías de allí, evitan entrar en la discusión y aceptan las dos maneras. “Para nosotros es indistinto. Si quieren llamarlas dulces o de manteca, y también si les quieren decir de grasa o saladas”, confesó un empleado de Las Orquídeas, local del centro marplatense. Esto sirve como explicación a la diversidad de carteles en los negocios de esta zona, que van alternando entre una manera y otra de nombrarlas.

Lo cierto es que en la elaboración de las medialunas se puede utilizar tanto grasa como manteca, aunque la implementación de ambas no es lo que determinará específicamente si serán dulces o saladas. Actualmente, la grasa que se utilizaba en la elaboración de este tipo de facturas, se fue reemplazando por otros tipos de ingredientes como las margarinas de distintas calidades. 

Con este panorama, se puede expresar claramente un punto de choque entre los nacidos en La Plata y los oriundos de CABA y el Gran Buenos Aires. Esta vez, podemos decir que a diferencia de lo que ocurre con términos como pollajería, rambla, micro, el diagonal, entre otros, la mayoría de los argentinos toman la misma decisión que los platenses y cuando hablan de medialunas, las opciones son dos: dulces o saladas. 

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Hablar de comida y gustos, siempre resulta bastante controversial. Sin embargo, esta vez la polémica se da al momento de nombrar y pedir las típicas medialunas. En suelo platense es de una manera, pero a medida que nos acercamos al Obelisco, esto cambia rotundamente hasta llegar a crear una gran confusión.
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¿Dulces y saladas o de grasa y manteca? El dilema que enfrenta a La Plata con Capital

Hablar de comida y gustos, siempre resulta bastante controversial. Sin embargo, esta vez la polémica se da al momento de nombrar y pedir las típicas medialunas. En suelo platense es de una manera, pero a medida que nos acercamos al Obelisco, esto cambia rotundamente hasta llegar a crear una gran confusión.
¿Dulces y saladas o de grasa y manteca? El dilema que enfrenta a La Plata con Capital

En lo que podría encuadrarse y ser parte de una nueva edición del castellano platense, proponemos analizar algo tan cotidiano que pasa desapercibido por muchos habitantes de nuestra ciudad, pero que al cruzar la frontera platense puede ocasionar un severo trastorno: los tipos de medialunas.

Para los que nacieron en La Plata no hay discusión y las medialunas pueden ser dulces o saladas. Sin embargo aquellos que quieran adquirir este tipo de facturas en Capital Federal o el Conurbano bonaerense, se van encontrar con que las opciones son otras y que en las panaderías ofrecen “de grasa o de manteca”. Pero entonces… ¿es lo mismo? ¿cuál es cuál?

Estas dos preguntas anteriores, se las hacen generalmente los porteños cuando se cruzan a un platense o algún provinciano. “Nosotros vendemos medialunas saladas o dulces”, fue la respuesta que recibió 0221.com.ar, al entrar y consultar a diversos locales en la ciudad de las diagonales. “Los clientes entran y nos piden eso, y aquel que lo pide de otra manera, sabemos que viene de otra ciudad”, agregó la empleada del lugar.

Muchos se deben haber dado cuenta que a medida que nos vamos acercando al Obelisco, el panorama va cambiando y en los carteles ya se escribe: “Hay medialunas de grasa o manteca”. Se habla de lo mismo, pero se dice distinto. Las de grasa son las saladas, mientras que las de manteca son las dulces.

La forma en denominar a las medialunas, es algo uniforme en casi todo la Argentina. Según pudo averiguar este portal, en las panaderías y confiterías de Salta, Santiago del Estero, Mendoza, Córdoba, Misiones, Río Negro, Neuquén, La Rioja, entre otras, la manera de llamar a este tipo de facturas es la misma que en La Plata. Pero esto no se repite en el negocio Delicias de Caballito, donde el dueño mismo sostuvo: “Pueden ser de grasa o de manteca, no vengan a pedirme cosas raras”. O al igual que en Flores Porteñas, panadería de CABA, que asegura no tener medialunas saladas o dulces, pero si de grasa y manteca. 

Lo explicado anteriormente no parece muy difícil de comprender, pero sí es complicado de aceptar para la mayoría de los porteños y nacidos en el Gran Buenos Aires, que miran extrañados a aquellos que no comparten su forma de nombrarlas. “Hay veces que viene gente y me pide una docena de grasa o algunas de manteca, y casi siempre son de Capital Federal. Yo los entiendo porque cuando me toca comprar en su zona, me pasa lo contrario”, cuenta una panadera platense sobre su experiencia en la atención al público.

Un punto neurálgico y en donde se fusionan estas dos corrientes, es la Costa Atlántica. En las panaderías de allí, evitan entrar en la discusión y aceptan las dos maneras. “Para nosotros es indistinto. Si quieren llamarlas dulces o de manteca, y también si les quieren decir de grasa o saladas”, confesó un empleado de Las Orquídeas, local del centro marplatense. Esto sirve como explicación a la diversidad de carteles en los negocios de esta zona, que van alternando entre una manera y otra de nombrarlas.

Lo cierto es que en la elaboración de las medialunas se puede utilizar tanto grasa como manteca, aunque la implementación de ambas no es lo que determinará específicamente si serán dulces o saladas. Actualmente, la grasa que se utilizaba en la elaboración de este tipo de facturas, se fue reemplazando por otros tipos de ingredientes como las margarinas de distintas calidades. 

Con este panorama, se puede expresar claramente un punto de choque entre los nacidos en La Plata y los oriundos de CABA y el Gran Buenos Aires. Esta vez, podemos decir que a diferencia de lo que ocurre con términos como pollajería, rambla, micro, el diagonal, entre otros, la mayoría de los argentinos toman la misma decisión que los platenses y cuando hablan de medialunas, las opciones son dos: dulces o saladas.