Juan Quintela vive en la localidad platense de Villa Elisa y este martes fue a trabajar como todos los días, pero cuando regresó se encontró en la puerta de su casa con una desagradable sorpresa: su auto quemado, con el motor destruido y un fuego recién apagado por los bomberos. "Se había prendido fuego a las 22, mi vecino llamó a los bomberos y ellos fueron y lo apagaron", contó el periodista en diálogo con 0221.com.ar. Su caso se suma a otros dos ataques que se registraron durante el fin de semana, tanto en La Plata como en la localidad vecina de Berisso.
El fenómeno de los "quemacoches" ya es conocido a nivel local y regional y cada tanto hay "oleadas" -la mayoría de las veces, por la noche- que dejan como saldo varios autos con destrucción total. Sin embargo, poco se dice sobre las consecuencias de estos embates que sufren los dueños de los automóviles, quienes deben realizar todo un trámite para recuperar su vehículo.
En ese marco, 0221.com.ar habló con Darío Aberasturi, gerente de GSA Broker, una compañía que trabaja con distintas aseguradoras y brinda un servicio de asesoramiento para los usuarios. Según el profesional, los pasos a seguir cuando ocurren estos ataques son tres:
"La única cobertura que no incluye esta reparación es la de responsabilidad civil básica, mal llamada 'contra terceros'", explicó Aberasturi. Es decir que solo aquellas personas que posean el seguro mínimo quedarán excluidas de la cobertura. "Es muy probable que el seguro cubra un incendio total", agregó el especialista, "ya que un auto repuesto por repuesto puede llegar a valer cinco veces más que la unidad", por lo que muchas aseguradoras prefieren directamente abonar la totalidad del valor del automóvil.

Aunque el común de la gente suele tener una cobertura por incendio, Aberasturi advirtió que muchos reducen el tope de gama de cobertura -"a todo riesgo"- por otros más accesibles. "También hay una gran plaza de automotores que está sin seguro, asumiendo los riesgos que eso implica", indicó.
Con respecto al rol de las aseguradoras, aclaró que los peritos de las empresas suelen encargarse no solo de determinar si el auto merece un recambio o el reemplazo por completo, sino de cerciorar que el ataque no haya sido un autoinflingido. "Me consta que han habido casos de fraude y el peritaje arroja indicios. Por ejemplo, si la persona llamó tres veces en el mes a la grúa podemos deducir que el auto estaba en sus últimas. Pero el seguro es un contrato de buena fe y esos casos son minoría", aseveró.

Finalmente, destacó la importancia de acudir a los asesores de confianza y no comprar seguros en cualquier lugar, con gente que no está preparada y puede llegar a ofrecer servicios más caros de lo que corresponde. "Estamos en un contexto en el que a todos los laburantes nos castigan bastante y hoy, aunque hicimos un curso y estamos colegiados, nuestra actividad está muy desregulada", concluyó.