Esta vez, los blancos fueron dos vehículos: una Renault Master Trafic y un Fiat Uno que estaban estacionados por 10 entre 64 y 65. Los quemacoches comenzaron la fogata en el transporte escolar, pero las enormes llamas se expandieron rápidamente al auto que estaba parado unos metros adelante.
Tras el ataque -ocurrido pasadas las 3 de la mañana-, los delincuentes escaparon. El olor a humo alertó a los vecinos, que dieron aviso a los bomberos. Después de varios minutos lograron sofocar las llamas, pero los rodados terminaron con importantes daños.
Veinte días atrás se había registrado un siniestro de idénticas características a tan solo cuatro cuadras. En esa oportunidad, en 10 y 60 incineraron un Fiat 147, del que solo quedó el esqueleto.
El ataque volvió a prender la alarma en una problemática que ya se ha reiterado en distintas localidades. Es que los quemacoches no hacen distinción a la hora de iniciar el fuego en los rodados. Las autoridades no encuentran solución a la problemática y los hechos se multiplican. No obstante, no son pocos los que creen que este tipo de hechos son provocados por los propios dueños de los vehículos para poder cobrar un seguro.