En mayo, la inflación fue del 1,5% pero los servicios se encarecieron un 2,7%, casi el doble del promedio. La diferencia entre el aumento de bienes y servicios volvió a ampliarse y la carga sobre el bolsillo de los hogares se profundizó.
Mientras la inflación fue del 1,5%, los servicios aumentaron un 2,7%. El cambio en el consumo afecta el bienestar y obliga a resignar alimentos.
En mayo, la inflación fue del 1,5% pero los servicios se encarecieron un 2,7%, casi el doble del promedio. La diferencia entre el aumento de bienes y servicios volvió a ampliarse y la carga sobre el bolsillo de los hogares se profundizó.
En los últimos doce meses, los servicios subieron 72,4%, mientras que los bienes lo hicieron un 33,1%. La tendencia se mantuvo durante el primer año de gestión de Javier Milei, empujada principalmente por los aumentos en tarifas y costos fijos.
El ENARGAS aprobó una actualización en el cuadro tarifario que impactará en los usuarios residenciales de la empresa distribuidora Camuzzi Gas Pampeana.
La Secretaría de Energía autorizó un aumento del 2% en el biodiésel, lo que podría impactar en el precio final del combustible en las próximas semanas.
Expertos advierten que esta brecha reconfigura el esquema de gastos de las familias, que destinan más recursos a pagar servicios esenciales como las tarifas de luz, agua y gas y reducen consumos básicos como alimentos.
De los 12 rubros que releva el INDEC, siete superaron el promedio de inflación: Comunicación; Restaurantes y hoteles; Salud; Bienes y servicios varios; Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles; Educación; y Recreación y Cultura.
Según el informe UBA, “la inflación intermensual de los servicios superó la de los bienes en 11 de los 12 meses del primer año de Gobierno”, lo que generó un encarecimiento relativo del 33%. Además, el 59% del gasto de los hogares se destinó a servicios, 10 puntos más que en 2023.
Desde diciembre, el gasto en tarifas aumentó significativamente: gas subió 631%, luz 390%, transporte 707% y agua 350%. “Este cambio revela que el incremento de los ingresos y la aparente mejora en la posición dentro de la escala social no se tradujeron en un mayor bienestar”, alertó la UBA