En mayo, la Canasta Básica Total apenas aumentó un 0,1% y una familia tipo necesitó $1.110.624 para no caer bajo la línea de pobreza, según informó este jueves el INDEC. Fue el menor incremento mensual en lo que va del año.
En mayo, la canasta básica total superó el $1,1 millón según el INDEC y una familia tipo necesitó ese ingreso mínimo para no caer bajo la línea de pobreza.
En mayo, la Canasta Básica Total apenas aumentó un 0,1% y una familia tipo necesitó $1.110.624 para no caer bajo la línea de pobreza, según informó este jueves el INDEC. Fue el menor incremento mensual en lo que va del año.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria, que mide el ingreso mínimo para no caer en la indigencia, tuvo incluso una variación negativa de -0,4% en mayo. De este modo, un hogar compuesto por dos adultos y dos menores necesitó al menos $500.281 para superar ese umbral.
La variación de precios minoristas correspondiente al quinto mes de 2025, según el INDEC, fue del 1,5%, la más baja del gobierno de Javier Milei.
El ENARGAS aprobó una actualización en el cuadro tarifario que impactará en los usuarios residenciales de la empresa distribuidora Camuzzi Gas Pampeana.
El informe oficial también precisó que una persona necesitó $359.425 para no ser pobre y $161.903 para no ser indigente. Los datos fueron difundidos junto al Índice de Precios al Consumidor (IPC) mensual, que registró una suba del 1,5%.
Ese 1,5% fue el índice de inflación más bajo en cinco años y coincidió con lo anticipado por relevamientos privados. El acumulado de los primeros cinco meses del año se ubicó en 13,5%, mientras que la inflación interanual alcanzó el 43,5%.
Sin contar el período de pandemia, hay que remontarse a noviembre de 2017 para encontrar un número similar: en ese entonces la inflación mensual fue de 1,4%. La baja de mayo consolida la tendencia a la desaceleración que se observa desde principios de año.
Además, el Indec brindó una estimación para distintos tipos de hogares. Una familia de tres integrantes necesitó $884.186 para no ser pobre y $398.282 para no caer en la indigencia, mientras que una de cinco requirió $1.168.132 y $526.185, respectivamente.
En tanto, una persona que vive sola necesitó al menos $359.425 para no estar bajo la línea de pobreza y $161.903 para no ser indigente.
Estos valores reflejan el impacto que sigue teniendo la inflación en el poder adquisitivo, especialmente en los sectores más vulnerables. Aunque los incrementos se desaceleran, los ingresos deben seguir siendo altos para no caer en la pobreza o la indigencia.