Un jardinero fue detenido en Quilmes por el crimen de la psiquiatra de City Bell, Virginia Franco. Tenía un pasaje listo para irse a Tucumán.
La Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata detuvo en Quilmes a Javier Gustavo Echeverguren, señalado como uno de los sospechosos por el brutal homicidio de la psiquiatra Virginia Franco en City Bell. La captura se concretó tras el análisis de cámaras de seguridad, peritajes forenses y datos telefónicos que lo ubicaron cerca de la víctima el día del hecho.
Según informaron fuentes policiales a 0221.com.ar, Echeverguren, de 38 años, fue detenido en la zona del asentamiento IAPI de aquella ciudad del sur del conurbano bonaerense con un bolso, ropa y un pasaje de micro con destino a Tucumán para viajar este martes a las 19. Ese último dato hace entender a los investigadores que se estaba fugando.
Las fotos del crimen de la psiquiatra Virginia Franco, en City Bell, muestran desorden extremo y accesos sin violentar, claves para la investigación.
Los agentes determinaron que, al ser identificado, se le detectaron escoriaciones en ambas muñecas y brazos. En su poder se incautaron un teléfono celular, prendas varias y el pasaje. Luego, por orden judicial, se realizó un registro de urgencia en su domicilio de City Bell, una construcción de madera que mostraba signos recientes de desarme. Allí secuestraron dos pantalones oscuros con logo Adidas, una tijera de podar con mango de fuerza, un par de ojotas azules, una tenaza y una sierra de arco, elementos que ahora serán peritados.
La investigación avanzó a partir de un exhaustivo análisis de cámaras de seguridad públicas y privadas ubicadas alrededor de la vivienda de la víctima. Las imágenes muestran que el 13 de noviembre, a las 9.01, un hombre con gorra clara, buzo verde oliva, pantalón oscuro, mochila y una escalera metálica se dirigió hacia la casa de Franco.
A las 9.55, ese mismo sujeto fue registrado regresando por la misma zona con una bicicleta –similar a una perteneciente al difunto esposo de la víctima– y con la mochila visiblemente más abultada. Aquel hombre, se cree, habría sido Echeverguren.
A esto se sumaron los peritajes telefónicos: el celular de Franco, que no fue encontrado en la casa, se activó por última vez el 13 de noviembre a las 10.09 cerca del domicilio del ahora detenido, antes de quedar apagado. Además, constaba una llamada previa entre ambos el 10 de noviembre.
Testimonios de amigas y familiares permitieron confirmar que la psiquiatra llevaba habitualmente anillos de oro y una cadenita con dije, objetos que no fueron hallados durante la inspección. Vecinos lindantes también declararon que nadie había contratado a un hombre para realizar tareas de jardinería o pintura, pese a que las cámaras registraron al sospechoso con una escalera el día del ataque.
El caso comenzó el 15 de noviembre, cuando un amigo de la víctima, preocupada por no recibir respuesta a sus mensajes, ingresó a la vivienda ubicada en 473 entre 15 A y 17 y encontró el portón abierto. Al ingresar, halló a Franco, de 68 años, tendida en el piso del comedor, en posición decúbito ventral y con manchas de sangre alrededor de la cabeza. Poco después, personal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) constató su muerte.
La Policía Científica detectó un gran desorden en distintos ambientes, documentación desparramada, una cartera abierta y rastros que fueron levantados para análisis. También secuestraron sábanas, dinero, anteojos, guantes, colillas de cigarrillo, documentación y la notebook de la víctima. No se halló su teléfono celular.
La autopsia determinó que la víctima presentaba múltiples heridas cortantes en el cuero cabelludo, rostro y cuello; hematomas en párpados y brazos; y una fractura en un dedo, compatible con un intento de defensa. La muerte fue producto de un shock hipovolémico provocado por la lesión de vasos sanguíneos cervicales causada por un arma blanca. Por este motivo, la causa fue recaratulada como homicidio.
La investigación está a cargo de la UFI Nº11, del fiscal Álvaro Garganta, y el Juzgado de Garantías Nº5, de la jueza Marcela Garmendia.