Este lunes 23 de junio, en el Juzgado Correccional N° 4 de La Plata, la fiscal Victoria Huergo pidió una condena de 4 años de prisión de cumplimiento efectivo para Federico Rogelio Rodrigo, el acusado de provocar el choque fatal en Villa Elisa que terminó con la vida de Leandro Rodríguez (24) y Camila Herrera (18) en la madrugada del 23 de abril de 2017. Además, reclamó 8 años de inhabilitación para conducir vehículos por considerar que Rodrigo incurrió en una conducta grave, temeraria y punible.
En su detallado y preciso alegato, la representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo que el imputado circulaba a no menos de 70 kilómetros por hora en una zona donde la máxima permitida es de 40, y que lo hacía bajo los efectos del alcohol. “Tenía aliento etílico y se negó a la extracción de sangre”, expresó Huergo frente a la jueza Claudia Grecco, titular del tribunal.
Con estos fundamentos, entre otros no menos importantes, la fiscal consideró que la responsabilidad penal del acusado quedó probada, descartando por completo la hipótesis de un accidente sin culpables. La semana próxima, el lunes 30 de junio, será el turno de la defensa, a cargo del abogado Felipe Granillo Fernández, quien buscará desmontar la acusación y probar que los hechos no constituyen delito o que no existen elementos suficientes para condenar a su defendido.
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Gran parte de la comunidad de Villa elisa marchó en reclamo de "justicia" para las víctimas.
Un choque brutal con dos vidas truncadas
La escena fue devastadora. Pasadas las dos de la mañana del 23 de abril de 2017, en diagonal 50 entre 12 y 15 de la localidad de Villa Elisa, una motocicleta en la que viajaban Leandro y Camila fue embestida por un automóvil Volkswagen Fox rojo conducido por Rodrigo. El impacto fue tan violento que Rodríguez murió en el acto, con amputación de un brazo, mientras que Herrera perdió el pie izquierdo, sufrió múltiples fracturas y falleció poco después en el Hospital San Roque de Gonnet.
Desde el inicio del juicio oral, el Ministerio Público centró su hipótesis en el comportamiento imprudente del acusado. Según la fiscal Huergo, las condiciones del entorno no ofrecen ninguna excusa: la visibilidad era buena, la calzada se encontraba en buen estado y no había factores externos que contribuyeran al siniestro.
El único factor relevante, subrayó la fiscal, fue la conducta del imputado. En ese contexto, pidió la condena por homicidio culposo agravado, que prevé penas de hasta seis años de prisión.
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La fiscal Victoria Huergo solicitó que la condena sea de cumplimiento efectivo.
AGLP
El alegato de la fiscalía: alcohol, velocidad y evasión
En su alegato, Huergo dedicó buena parte del tiempo a desarrollar lo que considera el nexo causal entre la conducta del imputado y la tragedia. Aseguró que el impacto no fue inevitable, sino producto de una conducción negligente y fuera de norma.
“Tenemos acreditado que Rodrigo iba a al menos 70 km/h en una zona urbana con límite de 40”, señaló. Luego, apuntó a la negativa del acusado a someterse a una extracción de sangre. El testigo que lo vio minutos antes, orinando en un monumento, lo describió como ebrio.
Ese testimonio fue considerado clave por la fiscalía. Si bien no hubo testigos presenciales del impacto, ese vecino que lo vio poco antes del hecho puede corroborar el contexto inmediato en el que se produjo el choque. Según la fiscal, ese dato refuerza la idea de que Rodrigo no estaba en condiciones de conducir.
La defensa alegará la semana próxima
El próximo lunes 30 de junio será el turno del abogado defensor, Granillo Fernández, quien desde el inicio del proceso ha planteado dudas sobre la forma en que ocurrió el choque.
La causa avanza hacia su definición. La jueza Grecco, una magistrada de perfil técnico y reservado, será quien tenga la última palabra. Luego de los alegatos, se espera que convoque a una audiencia de veredicto.
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Claudia Grecco, jueza a cargo del veredicto.
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Justicia demorada, pero en marcha
Han pasado más de siete años desde aquella madrugada trágica en la que dos jóvenes perdieron la vida de forma abrupta. La familia de Camila Herrera, representada por el abogado Mendy, sigue cada jornada con entereza.
El juicio por el doble homicidio culposo pone a prueba, una vez más, la respuesta del sistema penal frente a los siniestros viales. Casos como este se repiten a lo largo del país: alcohol, velocidad, imprudencia, muerte. Pero no siempre llegan a juicio.
Esta vez, sí. Y aunque el dolor no se borre, para las familias, una condena efectiva puede significar una forma de reparación y memoria. La semana próxima, con el alegato de la defensa, el proceso entrará en su etapa final. Luego vendrá el veredicto. Mientras tanto, la esquina de diagonal 50 entre 12 y 15 sigue marcada por la ausencia de Camila y Leandro. Una placa con sus nombres, y dos flores frescas, recuerdan lo que pasó. Y lo que todavía falta decir.