El Colegio de Arquitectos cuestionó el nuevo COUT de Julio Alak, denunció falta de participación y advirtió que la aprobación “insulta la inteligencia”.
Después de la aprobación del Código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT) por parte del Concejo Deliberante de La Plata, el Colegio de Arquitectos de La Plata emitió un duro comunicado en el que cuestiona el proceso de participación de las distintas entidades convocadas para ello y la define como "un insulto a la inteligencia del platense".
Como informó 0221.com.ar, el martes último el deliberativo local sancionó la ordenanza que fija las reglas de uso de cada metro cuadrado en la ciudad y define la planificación urbana para los próximos 50 años. La iniciativa fue elevada un mesa ante por el intendente Julio Alak y en el recinto obtuvo el aval de 22 concejales y un solo rechazo.
El nuevo COUT fue votado este martes en medio de una sesión caliente con arduo debate de los concejales. Los principales cambios y los posicionamientos.
La Plata tiene un nuevo COUT que fue votado por casi todos los concejales. Uno de los principales aspectos está dado por la altura de los edificios.
La norma llega para remplazar a la Ordenanza N°10.703 que hasta ahora regía los usos del suelo en la ciudad y fue aprobada durante la gestión del exintendente Pablo Bruera. Lo que se aprobó este martes es la segunda etapa del denominado Plan Bicentenario de Ordenamiento Territorial, cuya primera parte se había votado en abril.
Tras esa aprobación, el Distrito Uno del Colegio de Arquitectos (CAPBAUNO), con incumbencia en La Plata, lanzó un duro comunicado tras la aprobación del nuevo Código de Ordenamiento Urbano (COU) de La Plata, impulsado por la gestión del intendente Julio Alak. La institución calificó el proceso como una “oportunidad perdida” y cuestionó con severidad el modo en que el Municipio avanzó en la etapa final del proyecto.
De acuerdo a esa lectura, el Concejo Deliberante aprobó el nuevo COU —el cuarto en 25 años— en una sesión marcada por la rapidez del tratamiento. Según los arquitectos, la ordenanza fue avalada “con injustificable premura”, dejando sin posibilidad real de revisión profunda por parte de los actores técnicos y profesionales de la ciudad.
El organismo recordó que la primera etapa del proceso había sido “virtuosa”, con diagnósticos amplios y debate participativo enfocado en regularizaciones de urbanizaciones informales, control de la expansión urbana y medidas frente al riesgo hídrico. Sin embargo, advirtieron que la segunda parte —vinculada al Casco Urbano y los subcentros— fue elaborada de manera unilateral por equipos municipales.
El Colegio cuestionó que la discusión final pasara fugazmente por el Consejo Único de Ordenamiento Territorial (COUT), ámbito donde, según remarcaron, no hubo tiempo ni documentación suficiente para producir un dictamen serio.
“El paso por el COUT no puede considerarse una instancia participativa; fue un insulto a la inteligencia de la ciudadanía”, señaló la entidad. Afirmaron que las instituciones sólo pudieron ofrecer “reflexiones preliminares”, sin margen real para la elaboración de aportes formales.
En ese marco, el CAPBAUNO remarcó: “No avalamos ni el proceso ni el resultado final del nuevo Código”.
Los profesionales extienden la responsabilidad a los concejales que acompañaron la propuesta, plantean que fue aprobada con mayoría del oficialismo y sus aliados y resaltan que tuvo única oposición de la concejal Belén Muñoz (LLA). Para el Colegio, ya no tiene sentido especular sobre lo que podría haberse corregido: “El nuevo Código es un hecho consumado”.
La entidad sostuvo que será responsabilidad de los autores del COU responder por los efectos que la normativa tenga sobre la construcción y los desarrollos urbanos. Asimismo, recordaron que el Código aún debe atravesar su convalidación en organismos provinciales antes de entrar plenamente en vigencia.
Pese al rechazo al proceso, el Colegio de Arquitectos anunció que seguirá estudiando en detalle la normativa aprobada, tanto para detectar inconsistencias como para aportar propuestas de corrección que beneficien a los profesionales y al ordenamiento urbano.
Además, insistieron en la necesidad de respetar las actuaciones profesionales y garantizar la continuidad administrativa de los trámites iniciados bajo la ordenanza anterior, para evitar conflictos habituales cada vez que cambia la normativa.