—Fue una experiencia linda, interesante, donde se mezclan muchas sensaciones, muchas muy lindas, otras no tan gratas, pero yo creo que en la vida hay que pasar procesos que de alguna manera u otra te generan cierta experiencia o aprendizaje. No es ni más ni menos que lo que le pasa a un ciudadano en su día a día, lo que te pasa a vos en tu casa, a mí en la mía, con todo lo que conlleva una familia. Tus seres queridos, las pérdidas, los momentos malos. Sí es cierto que es una mezcla de sensaciones, algunas medio amargas, otras un poco más dulces. Pero yo intento no preguntarme en la vida “por qué me tocó” o qué tuve que haber hecho. Yo creo que en la vida siempre hay que preguntarse para qué pasan las cosas. Y bueno, uno se aferra a ese "para qué" y siempre hay un día después para seguir construyendo, para seguir creciendo, para seguir aprendiendo. Me lo estoy tomando dentro de todo con naturalidad.
—¿Te despediste o te vas a despedir de la gente, por lo menos de los trabajadores más cercanos?
—Sí, claro, claro. Hoy estuve caminando por los pasillos del Municipio y saludando a muchos empleados. Es un Municipio muy grande, tendría que estar 20 días pasando por cada uno de los barrios. Hablo permanentemente con ellos con agradecimiento sobre todo al laburante que viene todos los días, que lleva y trae los expedientes, que también tiene sus sueños, sus proyectos de vida. Yo estoy muy orgulloso por los equipos que logramos conformar, algunos han llegado hasta cierto punto, otros fueron cambiando, pero fue un laburo de todos en general y estoy orgulloso también de los empleados del municipio que son los que día a día hacen el metro cuadrado de cada una de las personas que viven en esta ciudad.
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Julio Garro en el hall de entrada de la Municipalidad, junto a las placas de todos los intendentes de la historia
Ignacio Amiconi / AGLP
—Hoy es el último día hábil de la gestión ¿Ya está terminada la transición? ¿Cómo fue?
—Mirá cómo está (y abre la cortina para mostrar), la Plaza Moreno tranquila, no pasa nada, como tiene que ser. La gente, la ciudadanía espera de la política y de los políticos también el diálogo, el buen trato, la normalidad. Alterarle lo menor posible la vida a la gente porque se gana o se pierde una elección, creo que es un desafío importante. Porque el platense al otro día tiene que ir a laburar como todos los días, tiene que seguir criando y educando a sus hijos. Y en un gobierno local y debería ser con esta normalidad. Por ahí nos parece medio anormal porque estamos acostumbrados a lo anormal, pero tiene que ser así, tratar de poner todo arriba de una mesa, contar cómo funciona cada área y en todo caso que el gobierno nuevo haga los cambios que considere. Que dé de baja cosas que le parece que no funcionan o que podrían funcionar mucho mejor.
—Hubo una última medida de gobierno que tuvo difusión fuerte, que fue el anuncio del permiso de obra para el shopping de IRSA, ¿por algo en particular fue ayer?
—No. Me llamó (la secretaria de Planeamiento) María Bota de Planeamiento y me dice me acaban de presentar el último papel, no sé qué era, para que salga el permiso de obra de este nuevo centro comercial. Y le pregunto “¿qué falta?”. Me dice que nada, que ya se puede sacar y me pregunta “¿lo saco?”. Pero por supuesto. Así que lo firmó. Esa foto que yo publiqué es una foto que me manda ella, diciéndome, “mirá lo que tengo acá”, y subí esa foto.
—¿Llegaste a hablar con Julio Alak del tema?
—El permiso de obra está. No llegué a tocar ese tema, pero sí sé que la persona que mandó el intendente nuevo a hablar a Planeamiento (por quien seguramente sea el futuro secretario del área, Sergio Ressa) tiene muy buen diálogo con nuestra secretaria. Así que ellos tienen todo y creo que este es el expediente más completo de la historia de la Municipalidad. Por suerte dimos ese paso, ojalá que se haga, no importa cuándo ni quién lo inaugure, lo importante es que la ciudad crezca, que la ciudad siga recibiendo inversiones en un momento de la economía bastante complejo y todos lo que vengan y todos aquellos que nos elijan deberían ser siempre muy bienvenidos.
—¿Qué otros proyectos que soñaste te gustarían que se concreten?
—Yo siempre soñé con el Aeropuerto. Somos la única capital del país que no tiene un Aeropuerto, aunque sea de carga primero, de cabotaje más tarde, internacional mucho más tarde. Pero esa es una deuda pendiente.
—¿Por qué no se logra?
—Primero por la persona que tiene que hacer la inversión. Porque para hacer una inversión en un Aeropuerto tenés que primero pensar en la rentabilidad. ¿Cuánta gente iría al aeropuerto de La Plata y cuánta dejaría de ir a Aeroparque? Para el inversor o para el dueño de los aeropuertos invertir en un lugar para sacarle clientela al otro es como poner dos quioscos, uno al lado del otro. Entonces eso complica un poco, porque si bien nos parece que estamos lejos, estamos muy cerca de Buenos Aires. Pero La Plata merece un aeropuerto propio, no solo para los platenses, sino por todo lo que genera eso. Por el laburo, por el laburo para los taxistas, los remiseros, para el turismo, para los hoteles, para los comercios. Para todo, eso es un sueño que me quedo.
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Los cuadros y regalos recibidos por Garro en sus ocho años de mandatos ya no esán en su lugar
Ignacio Amicono / AGLP
—¿A qué instancia llegó después del otorgamiento de las rutas aéreas?
—Se avanzó mucho. Están las rutas aéreas otorgadas y eso se hizo durante nuestra gestión, pero falta la decisión esa, quizás porque no había tanta previsibilidad en el país. Ojalá que el país en algún momento tenga esa previsibilidad que permita decir “voy a invertir, sé que no me cambian las reglas del juego y me tiro la pileta a ver qué pasa porque sé que estas son las reglas”. Falta eso y la decisión política de poder hacerlo. Yo creo la localización actual no debiera ser porque no tiene la accesibilidad adecuada. Creo que debe ser de la autopista para el lado del río, a la altura de Villa Elisa tal vez.
—¿En territorio de Ensenada?
—No importa, no importa dónde sea. No hay que entrar en eso. Es un aeropuerto regional de nuestra ciudad. El Puerto está en otro Municipio y se llama Puerto La Plata. Entonces creo que lo más importante es que la ciudad capital de la Provincia más importante de nuestro país tenga un aeropuerto de una vez por todas.
—Ya que mencionamos a la región ¿Hubo un déficit en el trabajo de los tres distritos como región porque pertenecían a distintas fuerzas políticas?
-Vamos a ver si lo hacen ahora. Yo creo que esto de hablar de la región es algo sumamente importante, ahora de ahí a que se haya trabajado en la región en los últimos 30 años, yo no recuerdo. No hemos planteado ni siquiera una terminal propia para los tres municipios que somos hermanos. Hay gente que va y viene a trabajar y a los colegios, no hemos sido capaces ni con este Gobierno ni con los anteriores. Ojalá lo logren. Yo tengo esta idea de que el platense piensa en el platense, el que vive en Ensenada piensa en Ensenada, pero sí es importante una mirada regional con el impacto que tenga todo lo que puedas hacer, si está la decisión política. Si no está eso se queda solo en el discurso y esas fotos donde van todos los intendentes y las organizaciones, pero mientras tanto ahí está un puerto que está funcionando a un 20%. Se hizo el puerto, pero no se hizo la conectividad. No digo que no se pueda encarar, pero tendría que estar hecho. Yo estuve siempre abierto al diálogo, a mí me convocaban a la reunión regional e iba, nunca tuve problemas, pero no se dieron las circunstancias y lamentablemente muchas veces la política y los colores meten la cola y eso perjudica a la gente.
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Dardo Rocha y Julio Garro, en el hall de la Municipalidad
Ignacio Amiconi / AGLP
—¿Con qué cosas soñaste cuando llegaste a la intendencia y lograste concretar?
—Cuando asumí en el 2015, sentí que los platenses me dieron un mandato que abrazaba un dolor muy grande que fue el de la inundación, heridas que no habían cicatrizado, un orgullo que se había partido o deteriorado. Y yo sentí esa obligación de tomar el mensaje y hablar de lo que muchos intendentes no han hablado en los últimos 40 años o 50 años, que es que nuestra ciudad es una ciudad inundable, aunque nos duela. Y que había que trabajar en la primera parte de las obras hidráulicas, firmando un convenio con la Universidad y después otro que tiene que ver con qué hacer en un día de una tormenta de esas características. El informe está ahí a disposición del gobierno municipal, pero tiene que ver con hablar y tomar una decisión de política de Estado que ningún político quiere hablar y tomar, porque es hablar de cosas feas, hablar de que nos podemos inundar, hablar de que tenés que hacer obras hidráulicas en vez de mejorar determinados barrios o llevar más infraestructura con un presupuesto municipal que no es extremadamente grande. Las obras hidráulicas son obras que van bajo tierra, que van escondidas, que la gente las pasa por arriba, que no se ven, que no traen votos, pero que sin ninguna duda salvan vidas, y a mí me deja muy tranquilo haber hecho la primera parte de las obras hidráulicas, hablarle a la gente cada vez que llovía en nuestra ciudad y contarle qué tenía que hacer.
—¿Por qué siguió siendo tensa la relación de las asambleas de inundados?
—Yo no tuve problemas con ellos y he hablado mucho en estos años con ellos. Algunos con más respeto, otros por ahí un poco más politizados. De nuevo, yo creo que cuando la política se mete con un dolor, lo más probable que sea una gran macana.
—¿Hay alguna sugerencia o un consejo que le darías al próximo intendente?
—Yo no estoy para darle consejos a nadie, me doy consejos a mí mismo. Pero si le comentaría que a esta ciudad hay que seguir metiéndole corazón, hay que seguir metiéndole mucho sentimiento, mucho empuje, que hay que ir por lo que no se hizo, que seguramente será importante que se haga. Lo que hemos anunciado en campaña, el agua, las cloacas en muchos barrios, la infraestructura, hemos trabajado muy bien con el fondo educativo construyendo más de 23 escuelas nuevas, más de 259 aulas, hay que seguir. Creo que ese es el camino para que las cosas sucedan y menos discusión política. Yo voy a estar acá en esta ciudad, vivo en esta ciudad, nací en esta ciudad y voy a estar para lo que haga falta, para una consulta, si es que sirve.
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Julio Garro con 0221.com.ar en el Salón de los Acuerdos de la Municipalidad de La Plata
Ignacio Amiconi / AGLP
—¿Te ves como jefe de la oposición en La Plata?
—No, yo creo primero que falta una eternidad para lo que viene, falta mucho tiempo.
—El recambio es pasado mañana
—Sí, pero hay un proceso. Hay un gobierno nacional, provincial, en un momento de nuestro país que no es sencillo. No me gusta decirme a mí que me veo como jefe de la oposición. Sí es importante que cada vez seamos más, que sigamos construyendo y aparecen nuevos liderazgos más jóvenes. No se trata de construcciones unipersonales, “yo o la nada”, tampoco creo en eso. Yo creo que un político que no genera cuadros políticos y de gestión, no es político.
—¿Sentís que armaste sucesión, que formaste dirigentes?
—Yo creo que muchos funcionarios, concejales, legisladores que han pasado en estos años, tuvieron un gran aprendizaje al ganar cuatro o cinco elecciones, pero también al perder una. Entonces, para terminar de aprender a veces necesitas tomar un trago amargo. Lo vengo pensando hace mucho tiempo esto, en estos últimos días.
—¿Después de a derrota?
—Claro, era el trago que nos faltaba tomar para darnos cuenta de que no todo es tan fácil, que no todo en la vida siempre viene con el mismo viento y que un día te puede tocar. Y tocó. Entonces, al gobernar con el gobierno nacional y provincial a favor, después gobernar con un gobierno nacional y provincial en contra, de ganar elecciones tanto en un escenario como en otro y de perder elecciones en un contexto político raro, bueno, también es un aprendizaje. Entonces, la próxima vez seguramente van a decir bueno, guarda que también está esta posibilidad.
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—¿Qué sentís que aprendiste?
—Yo siempre tuve en claro que en todas las elecciones que me tocó participar jamás menosprecié a los rivales. Siempre los respeté muchísimo. Nunca di una elección por terminada, aunque la gente en la calle te lo contaba, me pasó en la general ahora. Gente que me decía que la elección ya estaba ganada. Sin embargo, el contexto nacional, que tuvo mucho que ver, y lo local lógicamente también, dieron como resultado que perdemos una elección por 450 votos.
—¿Por qué 450 votos y no 606?
—No son 606 porque si nosotros apelábamos la medida, esas dos urnas que aparecen sin boletas iban a ser anuladas. Ya hay fallos en ese sentido e hice la consulta. Pero bueno, 450 o 600 es exactamente igual. Yo siempre digo que es una lista de invitados a un casamiento. En una ciudad que viven o que votan cerca de 750.000 personas. Pero bueno, así es la democracia. Y si no, preguntémosle a Pinamar, que se ganó una elección por un voto. Increíble, así que ese es el mejor ejemplo. Yo se lo puse como ejemplo a mi hija cuando en una de estas elecciones me dijo “yo no voy, papi. Me vas a decir que vas a ganar o perder porque yo vaya o no vaya”. Y cuando pasó lo de Pinamar, le dije, mira, se ganó por un voto.
—¿Te queda mucha bronca por ese resultado tan exiguo?
—No. Bronca no, porque la bronca lo único que hace es que genear rencor. Si vos pensás cuál era el escenario, si tenía que perder una elección, era esta.
—¿Por qué desististe de ir por más aperturas de urnas apelando la decisión de la Junta?
—Pedí la 79 y abrí esas 79 donde yo habíamos visto ciertos cambios de tendencias y otras cosas., Y de hecho, Unión por la Patria bajó 200 y pico de votos y nosotros subimos 43. Mal no habíamos visto. Fue una elección muy compleja para contar boletas por el corte. Hubo algunas cosas que por ahí se fueron de largo. No fue en general, porque yo siempre digo, (Sergio) Massa ganó en City Bell pero también ganó Julio Garro ahí. Pero ese triunfo de Massa hizo que mi adversario sacara un poco más de votos de lo que pensaba sacar. No me quedo con bronca y tampoco me quedo con rencor ni nada de eso, porque yo sé que di e hice todo lo que tenía que hacer y se lo dije a mi equipo. Fui a todos lados, caminé, estuve, hice todo, todo. Y no tengo nada para echarme en cara. No subestimamos al rival, no subestimamos la elección nacional, no subestimamos la elección provincial. Hice todo. Pero bueno, también había un contexto nacional con un nuevo actor que es La Libertad Avanza con (Javier) MIlei que hoy es el Presidente. Fue un candidato que le sacó muchos votos a Unión por la Patria, sobre todo en los barrios, y 15% aproximadamente a nuestra fuerza. Y ese fue un factor muy importante.
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Una de las últimas fotos de Julio Garro en el despacho municipal, como intendente
Ignacio Amiconi / AGLP
—Ya que mencionas a Milei, hay varios referentes de Juntos por el Cambio que se sumaron a su gobierno. ¿Vos te sumarías si te lo proponen?
—Yo te lo digo en confianza, aunque nos vean todos los platenses. Yo no busco laburo, no voy detrás de un cargo. Sí es cierto que me gusta involucrarme en cosas o en lugares desde donde yo le pueda mejorar la vida a la gente. Yo estoy para colaborar, sinceramente. Y me parece que los momentos en que está la Argentina son momentos donde también hay que involucrarse. No importa el color de la política, yo siempre digo que hay momentos donde hay que involucrarse, y yo creo que uno de los momentos donde hay que involucrarse más, es ahora. No digo con este gobierno. Es el momento de Argentina para que todos los argentinos nos involucremos, porque al final del día, tanto el peronismo, el radicalismo, el PRO, la coalición cívica, todos queremos que los chicos tengan educación, todos queremos que los alimentos no nos aumenten, todos queremos que haya más seguridad, todos queremos que haya más salud. Coincidimos en todo, pero cuando salimos y agarramos un micrófono decimos una barbaridad. Algún punto de coincidencia tenés que encontrar con el otro. Por ahí la pregunta es, ¿vos tenés hijos? Sí, yo también. ¿Vos querés que tus hijos tengan una buena educación? Sí, yo coincido. ¿Vos querés que tus hijos el día de mañana no se vayan de este país? Sí, me pasa exactamente igual. Bueno, coincidimos en algo, ¿qué hacemos?
—La pregunta era si aceptarías o no un ofrecimiento...
—Sí, pero quiero ser claro en esto. No lo haría por mí, lo haría si desde ese lugar de mejorarle algo a la gente. Pero la verdad es que no ha sucedido, no ha habido ofertas. Pero repito: si es en un lugar donde solo voy a mejorar yo, no me interesa.
—¿Has tenido otro llamado para sumarte a colaborar a partir de diciembre?
—Sí, hubo llamados de varios lugares y les contesté esto que te estoy contestando a vos. Yo no busco trabajo para mí. Busco estar en un lugar desde donde yo pueda ayudar a mejorar algo. Si no, me quedo donde estoy. Tengo mi profesión, tengo mi estudio jurídico. Bueno, qué sé yo, no se trata de ir atrás de... Me ofrecieron la dirección en tal lado, o ser subsecretario acá, o lo que sea... No, prefiero quedarme donde estoy, ser coherente con la gente, que es la que te mira, la que te vota. Yo traté en toda mi carrera política de ser coherente, de estar en el mismo lugar, de plantear las cosas cuando no las compartía, pero traté de mantener esa coherencia. Nunca me han visto a mí saltar de un lado al otro, ni yéndome de partido en partido.
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El intendente de La Plata Julio Garro, a tres días de dejar el mando de la ciudad
Ignacio Amiconi / AGLP
—¿Cómo está Juntos por el Cambio en La Plata? ¿Va a seguir existiendo?
—Yo estoy convencido que nosotros nos mantuvimos unidos en las buenas, del 15 al 19 y en las malas, del 19 al 23. No veo por qué nos deberíamos pelear ahora. No encuentro el motivo. Excepto los egoísmos en algún sector. Me parece que este es un proceso y esto que pasó con los bloques, que hacen Interbloque y estas cosas, creo que es más un proceso de reflexión interna y de ver qué pasa. Entonces yo creo que también perder una elección tiene un tiempo de reconstrucción, tiene un tiempo, si vos querés, de duelo, por decirlo de alguna forma. Hay que ver qué pasa con el gobierno que está por asumir el domingo, qué pasa con la Provincia. Yo estoy convencido de que vamos a estar junto y unidos.
—¿Cómo te imaginás tu lunes 11 de diciembre de 2023?
-Me voy a levantar como lo hago siempre en las mañanas para llevar a mis hijas al colegio. Voy a volver a mi casa, cosa que no hago siempre. Y quiero sacarme la costumbre esta de, cuando voy por la calle, mirar los cordones, las luces, el pasto. Quiero ver si se me puede ir, pero sé que me va a costar muchísimo, porque es algo que todos los intendentes tienen, cuando son y cuando dejan de serlo, es que vas mirando eso. Pero me imagino retomar la vida que de alguna manera dejé allá en el 2015. Obviamente estoy súper orgulloso, me siento muy agradecido a los platenses que me hayan acompañado, me hayan dado estas oportunidades en mi vida, que es un sueño que lo cumplí, y lo puedo gritar, y lo puedo cantar a los cuatro vientos. Y bueno, nunca es una despedida, siempre en política, a los que nos apasiona esto que vamos haciendo en el día a día, vamos a seguir trabajando por nuestra ciudad, por todo lo que falta, desde lo constructivo, nunca desde lo destructivo. Y voy a empezar a vivir un poquito más. Cada vez que llueve me voy a seguir recontra preocupando. Pero bueno, voy a tomar este tiempo para estar un rato más con la familia, para compartir estos momentos que me perdí, de los cuales no me arrepiento, pero que me perdí en estos ocho años. Sin ir más lejos la más chiquita mía, Isabel, tiene 9 años y creció en la Intendencia. Cuando perdimos la elección, agarra y me dice, ¿y ahora de qué vas a trabajar, papi? Me conoció Intendente. Pero bueno, creo que hay que aferrarse a lo que también uno tanto lo sostuvo que es mi familia. Me bancó fuerte. Ocho años de mañanas, tardes, noches, fríos, calor y lluvia. Hay que bancarse a un tipo obsesionado como soy yo, inquieto. No cualquiera me hubiese bancado esta aventura. Hace un rato hice un videíto, se los mandé al grupo de la familia y le dije que las amaba mucho, que las quería mucho y que les agradecía por haberme bancado esta locura en la que me había metido hace ocho años. Pero me voy orgulloso de poder caminar por la calle, de poder caminar solo con mi familia, con mis hijas, de ir al club, juntarnos a comer algún asado. Eso no tiene precio. Eso es lo que hay que hacer. Eso es lo que hay que cuidar, que en estos lugares vos tenés que saber, o al menos pensar o creer, cómo entras y cómo querés salir. Si te contestaste esa pregunta, entendiste todo, y si no, no entendiste nada.