El Astillero Río Santiago (ARS) es escenario de momento de gran tensión por la protesta de un grupo de trabajadores que increpó en duros términos al secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en Ensenada, Francisco "Pancho" Banegas, para exigir explicaciones por presuntas irregularidades en los ascensos internos dentro de la planta naval provincial.
Según denunciaron, miembros de la conducción gremial habrían sido beneficiados con promociones indebidas, lo que provocó un fuerte malestar entre el resto del personal de la naviera. Varios sectores comenzaron a votar mandatos para reclamar transparencia, renuncias y medidas que garanticen igualdad en las categorías laborales.
Durante la última asamblea los reclamos se mezclaron con cánticos y un grito claro: "Que se vayan todos". La frase condensó el descontento de los operarios frente a una conducción sindical que, aseguran, perdió contacto con las demandas reales de las bases obreras y quedó registrado en un video que muestra lo tenso que fue el momento.
Tensión en el Astillero Río Santiago
Desde hace tiempo se viene planteando que el Astillero atraviesa una situación crítica, no tiene una conducción definida y su producción se encuentra casi paralizada. En ese escenario, avanzan las disputas políticas y sindicales e incluso se encienden alarmas sobre una posible futura privatización de la compañía.
Crisis gremial en el Astillero Río Santiago
En ATE se enfrentan dos sectores: la lista Verde y Blanca, opositora; y la lista Blanca, que lidera Banegas. Ambas son acusadas por trabajadores de haberse beneficiado con ascensos y categorías especiales mientras la mayoría de los operarios sigue con sueldos rezagados y tareas suspendidas.
Ese malestar se tradujo en retención de tareas y asambleas permanentes. Los empleados reclaman que la dirigencia gremial priorizó su posicionamiento político por encima de los intereses del personal, en un clima que ya muchos definen como "insostenible".
Astillero Río Santiago
El Astillero Río Santiago tiene 2.900 trabajadores y una escaza producción que profundiza la crisis
La preocupación se amplifica ante la falta de un rumbo productivo. Con una planta de casi 2.900 trabajadores y escasa actividad, el ARS funciona más como una estructura administrativa que como un polo industrial: el 95% del presupuesto se destina a salarios.
Pese a los intentos del gobierno de Axel Kicillof por sostener la estructura, el firma continúa acéfala desde la renuncia de Pedro Wasiejko, sin reemplazo designado por el ministro de Producción, Ciencia y Tecnología, Augusto Costa, cartera de la que depende directamente la naviera. Mientras tanto, las bases gremiales presionan por respuestas y advierten que la próxima asamblea "será histórica".