—Nahuel (N): La entradas se agotaron un par de meses antes. La verdad que fue una sorpresa, nosotros estábamos haciendo el Gran Rex que por suerte también se agotó un par de meses antes y estaba la ilusión de hacerlo, la verdad que no lo sabíamos. En el Gran Rex son 3.200 personas y el Luna Park son 8.300 entonces estaba un poco lejos el número pero la verdad que la gente está bancando de una manera que un poco creo que refleja el laburo que hacemos y otro poco no podemos creer cómo se expande, qué tan rápido se expande y cómo es la situación, así que sobre todo fue con mucha sorpresa, pero con mucho trabajo también, entonces cuando llega, como que estás un poquito preparado para el golpe. Igual te agarras de la mesa, temblás un poquito, todo bien y después decís "bueno sale un Luna Park agotado".
—¿Cómo llevan estos 11 años de trabajo y de convivencia entre ustedes?
—N: Nos pedimos el divorcio cuatro veces ya.
—Francisco (F): Tratamos de que cada vez sea más profesional el laburo que hacemos, al principio siempre lo decimos, salíamos a pegar afiches y repartir volantes. Eso con el tiempo lo fuimos delegando. Hoy tenemos un gran equipo que nos acompaña, no solo los músicos, sino todo el equipo que está detrás acompañándonos y hace que nosotros podamos concentrarnos más en lo que es hacer las canciones. Cuando te digo que trabajamos de manera más profesional es que cada show lo encaramos de una manera más minuciosa, todo lo que es la apuesta escénica, las luces, las pantallas, el sonido y el escenario. Ahora arrancamos con el vestuario, con un montón de cuestiones también que hacen a la estética de la banda, hace que sea más profesional y eso hace que también no solo nos veamos en los ensayos, sino que seamos una familia, entonces giramos todo el tiempo. Hacemos reuniones aparte y tratamos de decir "bueno no se habla de laburo y solo se disfruta", pero siempre terminamos hablando de trabajo, así que es una familia con todo lo que conlleva una familia.
Cruzando el Charco
Nahuel es guitarrista, corista y programador de la banda, que además se encarga de la parte escénica de cada show.
—Si tuviesen que hacer un análisis introspectivo, ¿Qué cambió en esos chicos que iniciaron la banda y los chicos que están hoy acá y llenaron un Luna Park?
—N: Yo creo que cambiamos un montón en estos 11 años de carrera. Me parece que hay algo que es súper importante también para llevar la familia adelante, que es la tolerancia y saber que somos todos muy distintos. Antes cuando nos preguntaban de dónde salía mezclar tanta música la respuesta es, era y sigue siendo "que cada quien tiene como su gusto musical de preferencia" y cuando empezás a compartir tanto tiempo también cada uno tiene siempre ganas de hacer algo después del show o quiere llegar al hotel y sabe que con el otro se llevan bien, que no es lo mismo que si estuviese con otra persona y tenemos un margen de tolerancia para esas cosas que es hermoso, porque también tiene que ver con dar el espacio al otro. Por ejemplo yo me encargo mucho de la puesta en escena y siempre quiero tener todo armado para presentárselo a los pibes, con todo bien y claro cuando tenés todo armado te dicen 'che! pero esta tarima en este lugar', pica un poco más, pero aprendes con el tiempo a tomarlo bien y que es para sumar siempre para sumar. Me parece que eso es es de los cambios más importantes que hemos tenido porque después con la música siempre le dimos la misma bola y a la carrera en general siempre le pusimos la misma importancia.
—F: Sostengo todo lo que dijo él, cambiaron un montón de cosas. Yo siempre hago énfasis en el profesionalismo, la verdad que 11 años atrás a hoy eso cambió mucho. Antes si bien pretendíamos que sea nuestro trabajo, no lo era. Era era un hobby al que le poníamos mucho esfuerzo, pero hoy es nuestro laburo, así que lo tomamos con mayor responsabilidad aún y con la seriedad que eso implica. Sabemos que a la hora de hacer una canción estamos dando un mensaje que lo escucha mucha gente, que cuando damos un show el público pagó una entrada, eligió ese día y destinó horas entonces nos debemos a la gente que está pagando para ir a vernos. Todas esas cosas con el tiempo uno las va entendiendo de otra manera, que si un día por ahí te duele algo, te sentís medio malo, la gente está esperando hace seis meses para ir a verte, tiene una entrada, se perfumó, se arregló, se organizó, quizás dejó a los hijos con la abuela y todo lo que implica ir a ver una banda, entonces ese día lo damos todo para que la gente vuelva a su casa feliz y siempre recomendando la banda que es nuestro objetivo principal, que se corra el boca en boca de que Cruzando el Charco brinda un buen espectáculo y que cada vez sean más los que van a ver a Cruzando el Charco.
—¿Qué es lo que más disfrutan de hacer música?
—N: La vida de la música en general es increíble. Primero tenemos la oportunidad de trabajar de lo que más nos gusta, de hacer lo que hacemos, en el caso de Fran y yo lo hacemos desde muy chicos. La primer foto que tiene Fran con el pianito es a los tres años. Mi primer guitarra le pedí a mi mamá que me la compra a los nueve y entonces es el sueño de toda nuestra vida lo que está pasando. Además de eso recorremos kilómetros, un montón.
—F: Conocemos países, gente, gente nueva, costumbres, culturas, religiones, bandera de todos los colores. Está buenísimo, eso es gracias a la música y a que el público nos permite poder hacerlo. Por eso te hablaba de la importancia del boca en boca y sobre todo hoy de las plataformas digitales y las redes sociales, que nos permiten estar yendo a tocar a España, Francia, Italia, Inglaterra, México.
—N: Ahora estamos por sumar Ámsterdam e Irlanda, vamos a ver. Pero son países que ya no hablan nuestro idioma. Eso es una locura para nosotros que somos más argentos que el chorizo.
Cruzando el Charco
Francisco y Nahuel visitaron la redacción de 0221.com.ar.
—¿Tocar en España es como tocar en casa?, varios artistas me lo han descrito así.
—F: Yo creo que cada vez que tocamos el 90% del público que va son argentinos que viven allá y el otro 10% son españoles que llevaron los argentinos que viven allá. Y está bueno porque tiene un gustito especial de esa gente que se fue a vivir, quizás hace 2, 3, 5, 10 o 20 años y de repente una parte del barrio, de sus raíces vuelve y lo sienten mucho más. Cada vez que va a una banda argentina que ahora están yendo muchas, mismo de a La Plata como Guasones, El Mató, Sueño de Pescado. Están yendo un montonazo de bandas y está bueno porque te encontré con el público, que dice "¡uy! qué bueno, que vinieron hasta acá".
—N: Me acuerdo la fecha de la gira pasada, sobre todo la de Barcelona. La de Madrid fue la primera que fue un impacto muy grande, pero yo como era la primer fecha de la gira como que no llegue a absorber bien todo, pero me acuerdo que la de Barcelona fue un desquicio, imagínate que encima fuimos en un formato acústico. En la banda podemos llegar a ser 11 personas y éramos tres pechándola con toda la onda del planeta, está divino el formato acústico pero sigue siendo una acústico y la gente estaba prendida fuego como si fuésemos 20 arriba del escenario. Nivel pogo con acústica, estando en Barcelona, son 14 mil kilómetros y entonces es lo que dice Fran, hay una efervescencia y eso de enraizar que tiene el público de afuera que está buenísimo, no es como en casa pero es al revés, es como que les llevás ese regalo, un pedacito de la bandera.
—¿Cómo se preparan para la presentación en el Atenas?
—F: Este es nuestro cuarto Atenas, es la cuarta presentación en el Atenas, lo cual es algo súper importante para nosotros y para la gente que nos sigue acá de la ciudad, del barrio, que es de donde somos, así que vamos a tratar de que sea lo más parecido a lo que hicimos en el Luna Park desde la puesta de escénica, desde la lista de canciones, el tiempo del show y todo va a ser lo más parecido a eso, va a haber invitados, así que el que vaya se va a enterar. A no dormir con las entradas porque está a punto de llenarse. Va a ser una locura muy linda.
Cruzando el Charco
Es la cuarta presentación de Cruzando el Charco en el Estadio Atenas de La Plata.
—Leí que estuvieron estudiando los shows del Luna Park, ¿Qué anotaron, qué apuntaron?, ¿se puede saber?
—N: Yo unas semanas antes fui a ver El Plan de la Mariposa, ya teniendo más o menos decidido que era lo que íbamos a hacer escénicamente y estaba como "ah, bueno, pero esa pantalla funciona así. Uy!, fíjate esta escena, estos dos colores de la paleta" y así empecé a saber todo. Ves la dinámica del show y también descubrís cosas que no solo pasaron en un Luna Park sino que por ahí pasaron antes. Me acuerdo el día anterior al Luna Park estaba viendo la presentación de "Clics Modernos" de Charly García que también fue en el Luna y me daba cuenta que la dinámica del show era muy parecida a la que íbamos a tener nosotros, había una presentación que era solo música y después venía el primer tema que era un tema que no estaba ni muy arriba, ni muy abajo, estaba en el medio. Después tenía una parte muy acústica que prende un velador y ahí dije, "no me di cuenta y le afané la mitad del show, perdón Charlie te pido mil disculpas". Pero esas cosas las manijeamos siempre. Mismo para para Atenas tenemos la idea de trasladar el show del Luna Park y traerlo acá a la ciudad. Ya tenemos la idea de lista, va a haber alguna modificación para no hacer exactamente igual porque no nos gusta repetir las cosas, siempre tratamos de que cada show tenga su cosita en especial.
—Ya adelantó algo Nahuel, ¿Por qué el público platense no se puede perder la cita del 18 de noviembre?
F: Yo creo que un poco por lo que le decimos a todo el público que nos sigue a lo largo y a lo ancho del país, porque cada vez que vamos lo damos todo, se la pasa muy bien, hay muchos momentos, hay momentos de fiesta, momentos un poco más de estar ahí con la familia, momentos de bailar, momentos de agite, hay para todos los gustos. De eso se trata el show de Cruzando el Charco, la propuesta es "vení y la vas a pasar bien", eso es seguro.