Dos ladrones entraron sin violencia a una casa de un barrio cerrado de La Plata, mientras una pareja dormía. Huyeron con un botín millonario.
Un impactante robo ocurrió el domingo por la mañana en un barrio cerrado de La Plata, cuando dos delincuentes entraron en una vivienda mientras una pareja dormía. Fueron sigilosos y escaparon haciendo ruido, lo que llamó la atención de los residentes. Se llevaron dinero y tecnología.
El hecho sucedió en el barrio “Nuevos Aires”, ubicado en 44 entre 162 y 164, en Lisandro Olmos al rededor de las 10. Según indicaron fuentes policiales, los ladrones actuaron con total sigilo y destreza. Revisaron toda la vivienda sin despertar a los moradores y escaparon justo después de que una de las víctimas advirtiera movimientos extraños y revisara las cámaras de seguridad. Allí quedó registrado el momento en que los delincuentes salían de la propiedad.
Un hombre denunció una estafa con un show de “La Granja de Zenón” en La Plata. Pagó $9.000 por dos entradas y al llegar al lugar se encontró con varios afectados.
Una falsa venta terminó en una estafa millonaria: le vaciaron las cuentas, sacaron préstamos y la dejaron con una deuda de $3 millones.
Tras revisar el interior de la casa, los damnificados detectaron el faltante de dos celulares, una PlayStation 5, dos notebooks y una billetera con 50.000 pesos en efectivo y 500 dólares. También se supo que los autores del hecho utilizaron un tablón a modo de puente para atravesar el paredón perimetral de dos metros y escapar sin dejar rastros.
La causa fue caratulada como “Robo” y quedó en manos de la UFI N° 9 de La Plata, que ya ordenó peritajes sobre las imágenes registradas por las cámaras de seguridad del barrio para intentar identificar a los autores.
El momento de la huida fue clave para entender el nivel de planificación con el que actuaron los delincuentes. Las cámaras de seguridad del barrio captaron cómo, apenas ingresaron a la vivienda, los intrusos localizaron un tablón en el jardín y lo colocaron estratégicamente sobre un paredón de dos metros de altura, que rodea el predio.
Ese tablón, que funcionó como un improvisado pero efectivo puente, fue utilizado luego para escapar rápidamente del lugar. En cuestión de segundos, cruzaron el muro y desaparecieron, sin que nadie en el barrio lograra verlos.