sábado 12 de julio de 2025

"Le dije a mi marido que no quería morir": así vivió Carolina Piparo el robo en La Plata

La Diputada provincial habló con este medio tras la polémica desatada en torno al asalto que sufrió y el posterior accidente que protagonizó en la ciudad.

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Tres días pasaron desde aquella madrugada de Año Nuevo en la que Carolina Piparo y su esposo, Juan Ignacio Buzali, denunciaron ser víctimas de un robo a mano armada en La Plata. Tres días desde el accidente que protagonizaron horas después y que todavía los tiene en el ojo del huracán. Versiones cruzadas, videos de cámaras de seguridad y denuncias de encubrimiento son algunas de las aristas que rodean el caso.

En este marco, la Diputada provincial y actual Secretaria de Asistencia a la Víctima y Políticas de Género de la Comuna dialogó con 0221.com.ar y brindó detalles acerca de todo lo ocurrido el pasado 1º de enero, una jornada que aún continúa sin ser esclarecida y tiene cabos por atar.

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¿Cómo te encontrás hoy después de todo lo que ocurrió ese viernes?

—Estoy mal, muy mal. Me acabo de enterar que pusieron móviles en la casa de mi suegro, una persona que no tiene nada que ver. Se han cruzado muchos límites en un caso del que, si no me tuviera a mí como víctima y después como acompañante, no hablaría nadie. Involucrar a la familia es un límite que no se debe cruzar.

De acuerdo con la reconstrucción de los investigadores, el matrimonio se dirigió a la 1.40 hasta la vivienda del papá de Buzali, ubicada en 47 entre 15 y 16, para dejarlo tras pasar juntos las fiestas de fin de año. Allí, tal y como contó la Diputada, mientras ambos hombres bajaban algunas cosas del Fiat 500, ella fue asaltada por seis ladrones armados que viajaban en tres motocicletas.

¿Qué recordás sobre esa madrugada?

—Mi suegro había hecho comida, yo le había lavado la fuente y mi marido se la estaba bajando (del auto). Yo venía atrás, porque quería que él viajara cómodo. Cuando me paso para adelante y termino de ponerle la traba a la puerta, me veo rodeada por motos. Ahí me golpearon el vidrio con un revólver y me dijeron "dame todo". Tardé unos cuatro segundos en abrir la puerta y les di todo. Mi marido les dijo "no, por favor" y ahí otro le apuntó con un arma. Eso yo no lo vi, lo contó él. Sentí mucha impotencia, tristeza y pánico. Cuando bajé del auto, los vecinos me dijeron "ya llamamos (a la Policía), quedate tranquila". Yo llamé igual. Perdí la noción del tiempo, pero creo que pasaron entre 15 y 20 minutos hasta que llegaron. Les dije "espero que estén buscando a los que nos robaron". Me explicaron que estaban desbordados. Les dije que los entendía, pero que también me entendieran a mí. Ahí es donde me dicen que vaya a hacer la denuncia.

Dos de los llamados que Piparo realizó al 911 fueron liberados a la prensa en las últimas horas. En el primero, asegura haber sido víctima de un robo perpetrado por "seis motochorros". Durante la comunicación, refirió que alguien ya había dado aviso al sistema de emergencias, aunque se quejó diciendo: "Es increíble la cantidad de tiempo que tardan".

En el segundo llamado, realizado minutos después, le consultó a la operadora si la Policía iba a ir al lugar del hecho o si se podía ir a su casa, ya que había ido a llevar a un familiar a su vivienda cuando ocurrió todo. En ninguno de los dos contactos aportó características físicas ni de vestimenta de los sospechosos.

Entre ese momento y el accidente, ¿qué sucede?

A las cuatro cuadras de haber arrancado, vemos a las motos que para nosotros nos habían robado, veo un buzo turquesa, que era lo que más me acordaba. Mi marido los empezó a seguir. Acá tiene que quedar claro que yo no fui a buscar a nadie. Si los hubiese ido a buscar, al segundo (del robo) arranco el auto. Y eso no pasó. Yo me cruzo con estas personas y automáticamente me comunico con el 911. Les digo "estoy atrás de los que me robaron, vengan por favor". Los seguimos. Ellos pasan semáforos en rojo, lo cual se ve claramente en las cámaras. Yo espero los semáforos y después los perdemos de vista. Mi marido dobla para donde creemos que están y nos encontramos ya con cinco motos, cuando nosotros veníamos siguiendo a tres. Nos vimos encerrados.

La maniobra que hizo mi marido la tiene que explicar él, porque todavía no declaró y yo no puedo hablar de eso. Tratamos de escapar de que nos maten. Nos fuimos por uno de los costados y ahí se dio el choque. Sentimos los fierros abajo y automáticamente se nos vinieron las cuatro motos encima. Yo le dije a mi marido "no me quiero morir, no me quiero morir", era todo lo que le decía. Ninguna de las motos se quedó con los flacos (heridos). Las cuatro estaban sobre mi auto. ¿Para qué iba a parar, para que me maten? ¿Qué era lo que querían hacer, pedirme los papeles?

Cuando empezamos a ver algo céntrico, porque estábamos desorientados, llamé de vuelta al 911. Cuando llegamos a plaza Moreno, vi un control y dije "la Policía". Él (Buzali) paró y nos dimos cuenta de que era un control de tránsito municipal. Los pibes se fueron encima del auto. Volvimos a arrancar porque no iban a controlar la situación, dimos la vuelta y ahí sí encontramos policías armados que los logran controlar y contener.

Los motociclistas lesionados, Luis Lavalle e Iván Coronel, salvaron sus vidas de milagro. La funcionaria y su marido creían que eran dos de los jóvenes que los habían asaltado. Sin embargo, en la causa -a cargo de la UFI Nº 10 de la ciudad- quedó demostrado que fueron ajenos a ese primer incidente.

Trascendió que tanto tu esposo como vos se negaron a hacer el test de alcoholemia. ¿Qué hay de cierto?

Todo el tiempo estuvimos a derecho, todo el tiempo estuvimos ahí. A mi marido lo llamaron al otro día para ir a reconocimiento médico y le preguntaron si le podían sacar sangre para el test de alcoholemia. Él les dijo "cómo me preguntás, sacame lo que quieras". En el momento del choque yo estaba shockeada y recién había pasado por una situación en la que creía que mi marido y yo nos moríamos

Tuvimos un accidente y quería saber lo que había pasado. No lo encontraban, no encontraban la moto ni tampoco los heridos. Imaginate mi situación. A los 40 minutos vino una mujer y me dijo "asesina". Yo dije "se murió alguien". Pero nadie me decía nada, no había reporte del SAME. Ahí nos mandaron a la comisaría y me dijeron que no podían encontrarlos. A las 5, uno de los policías me dijo que iba a ver a los hospitales. Volvió a las 6 y me dijo: "Señora, a uno de los chicos no lo atendieron porque no necesitaba nada, al otro le dieron cuatro puntos y ya está en su casa". Ahí pude respirar.

¿Te contactaste con ellos después del accidente para ver cómo estaban?

—No, los vi en la televisión. Yo no los voy a contactar mientras mi abogado no lo haga. ¿Cómo lo voy a hacer con la cantidad de pavadas que está hablando su abogado? Ojalá los pudiera contactar y charlar, no tengo problemas.

Otra de las situaciones que se generó luego de este incidente vino por el lado de los concejales de la ciudad. El bloque del Frente de Todos decidió pedirle a Piparo que renuncie a su cargo dentro del Municipio.

¿Pensás que hay un interés y una intencionalidad política en el caso?

Todo es intencionalidad política. Fui víctima, nada más. Si esto le pasa todo el tiempo a la gente, en este momento está pasando. No hay con qué ocupar el espacio, lo ocupan conmigo. Buenísimo, pero con mi familia no se metan, es lo único que estoy pidiendo. No les da la cara a los que le piden la renuncia a una víctima, no tienen vergüenza. No les importa el delito, ni a Nación ni a Provincia. Les importa hacer política barata y berreta, es lo único que han hecho hasta acá.

No voy a renunciar de ninguna manera. Hay muchísima gente que lo está pidiendo, que se muere sin la política. Yo no me muero, soy una persona preparada que puede conseguir otro trabajo. Pero hay personas, que las veo operando, que se mueren sin este mundo.

Este hecho, que comparte algunas similitudes con el sufrido en 2010, ¿te retrotrajo a ese día? 

No hay un día que no me acuerde de mi hijo, no necesito que me asalten de vuelta para acordarme de él. Lo recuerdo todos los días de mi vida. Lo que me revive esto es que estamos a la deriva, que la inseguridad se adueña de la calle. ¿Dónde está la plata que tiene que recibir la ciudad? Los 400 millones del fondo de seguridad, ¿dónde están? La Plata no recibió nada. La realidad es que la gente vive con pánico, conocen mi caso y dicen "loco, a mí también me pasa todos los días y nadie lo cubre". Ojalá estuviera en mis manos la cobertura de todos los casos y estén en los medios, pero de eso se tiene que encargar el ministerio de Seguridad o la Justicia.

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