El regreso de Diego Armando Maradona a la Casa Rosada generó una revolución entre los Ministros y fotógrafos que lo esperaron con los brazos abiertos. El Diez llegó pasadas las 12 un saco y bermudas junto a sus abogados Víctor Stinfale y Matías Morla para participar de un encuentro con el presidente Alberto Fernández y dialogar sobre un proyecto para recuperar los potreros en todos los puntos del país.
Luego de la reunión, el técnico del Lobo se robó todos los flashes: hubo firma de camisetas, un beso para la Copa del Mundo y hasta un mensaje para el pueblo.
El DT de Gimnasia tenía pendiente una charla con el jefe de Estado luego de sus reiterados comentarios a favor de esta nueva gestión. Es sabido que el Diez simpatiza por los dirigentes kirchneristas y así lo hizo saber una vez más hace poco desde su cuenta de Instagram, cuando el 14 de diciembre contó que habló por teléfono con el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner para felicitarlo por su asunción.
Finalmente el encuentro pudo hacerse realidad este jueves y, fiel al estilo de Maradona, dejó mucha tela para cortar. Primero hubo un abrazo fraternal entre ambos, luego una extensa conversación en la que el Diez se ofreció para trabajar en el plan Argentina contra el Hambre y luego firmó una camiseta similar a la que utilizó en el Mundial '86. En el medio, el técnico tripero autografió una pequeña figurita en la cual se pudo observar una imagen suya con el papa Francisco, aunque no trascendió a quién se la dio.
Minutos más tarde se abrieron las puertas del despacho de Fernández y allí estuvo presente el ministro platense e hincha de Gimnasia, Martín Guzmán, quien días atrás había expresado públicamente su deseo de conocerlo. "Todo bien con Maradona, lo quiero ver. Le mando un saludo si está viendo esto", había declarado el funcionario en una entrevista televisa. De yapa, el economista se llevó una camiseta albiazul y una pelota con la firma del Diez.
Mientras el encuentro se estaba desarrollando en el histórico edificio de Balcarce 50, una gran cantidad de jóvenes desafiaron los rayos de sol y decidieron congregarse en las puertas para poder saludar al exfutbolista del Nápoli de Italia. Como hace 33 años, Maradona fue fotografíado en el balcón con una pequeña réplica de la Copa del Mundo y aprovechó para hacer con sus manos la "V" de la victoria. "Volvimos. Macri nunca más. Macri que se vaya a Tailandia", gritó delante de un centenar de personas que lo aplaudían.
Más allá de las apostillas, el encuentro sirvió para confeccionar un plan de potreros para que sea implementado en los barrios más humildes del país y el Diez se mostró dispuesto para comenzar cuando Fernández lo disponga.