Por Martín Soler
Por Martín Soler
“Muchos de estos hechos se trataban de llevar a cabo cuando ese juzgado estaba de turno, ya que les garantizaba que si algo salía mal lo podían solucionar”, así de contundente fue el testimonio de Nadia Mariscal, viuda del ladrón de autos y escruchante Juan Roberto “Tecla” Farías, que puso en el ojo de la tormenta al exjuez de Garantías de La Plata, César Ricardo Melazo, quien renunció a su cargo luego de un pedido de juicio político.
El público de La Plata y los visitantes podrá conocer los edificios de los distintos cultos y disfrutar de conciertos, charlas, muestras, sesiones y misas.
La exhibición será en el paseo del Circuito de Compras Capital Pasaje 8 bis y contará con gastronomía típica y bailes tradicionales.
La testigo declaró bajo juramento de decir verdad. Es la mujer del asesinado, según se sospecha, en el marco de un ajuste de cuentas interno dentro de la banda de policías y ladrones que operó en La Plata hasta hace pocos días y que fue desbaratada tras una redada judicial encabezada por la fiscal Betina Lacki, avalada por la jueza de Garantías Marcela Garmendia, magistrada que supo estar enfrentada con su excolega Melazo.
Tras el homicidio de Farias se inició una causa conexa para investigar los posibles vínculos entre policías, ladrones, jueces y fiscales de La Plata, que llegarían hasta Casación bonaerense, máxima instancia penal de la provincia, previa a la Corte Suprema.
En esa caliente investigación, se encuentra un documento judicial al que 0221.com.ar tuvo acceso. La testigo declara que su marido fallecido era “amigo” y había formado “una especie de sociedad” con los ex policías Gustavo Mena (detenido y defendido por Marcelo Di Siervi), Gustavo Bursztyn (detenido y defendido por Marcelo Peña) y Ángel “Pipi” Yalet (asistido por Oscar Salas).
“Cuando Juan (su marido) veía una casa o fábrica que podía robar trataba de hacerlo solo, pero si veía que se complicaba por algún modo, recurrí a ellos para que lo ayuden a liberarle la zona”, reveló la testigo, para luego agregar: “También a veces ellos eran los que proponían los robos a Juan, es decir ya le entregaban el trabajo y él se encargaba de hacerlo. Burzstyn tenía amistad con el juez Melazo” y según le había contado su marido “muchos de estos hechos se trataban de llevar a cabo cuando ese juzgado estaba de turno, ya que les garantizaba que si algo salía mal lo podían solucionar”.
El 16 noviembre de 2017, Nadia Mariscal fue baleada en la cara mientras estaba en Plaza Paso (13 y 44) con sus hijos. En ese momento a nadie le llamó la atención el hecho que en su nariz quedara alojado un proyectil disparado con una pistola de aire comprimido. Los medios trataron el caso como “un loco suelto”. Para muchos actores judiciales se trató de “un aviso”. Pese a ello la mujer habló. Tras el disparo, Mariscal acudió rápidamente a la guardia del Instituto Mater Dei, donde los cirujanos la operaron de urgencia para sacar el balín y le curaron las heridas.
El juez Melazo y el fiscal Tomas Moran, además, aparecen mencionados en varias escuchas telefónicas en un contexto de diálogo entre integrantes de la banda desactivada. Según sus dichos, se desprende que ambos funcionarios fueron permeables a pedidos de los acusados para mejorar su situación procesal en otras causas.
Un dato llamativo que recordó un conocedor de los laberintos judiciales y otro memorioso abogado indica que el robo a la casa del DT de Fútbol Roberto Zapata y el allanamiento en Berisso por “juego clandestino” en el que habrían desaparecido dos millones de pesos, se ejecutaron cuando Melazo “estuvo de turno”. En el segundo de los hechos, el fiscal que pidió el allanamiento fue Tomas Moran.
“El empeño puesto, tanto por operadores judiciales como policiales para obstaculizar esta investigación fue tanto, que casi, logran su objetivo. Este requerimiento demuestra que no lo consiguieron”. En 27 palabras, la fiscal Lacki dejó en claro que la súper banda de policías y ladrones que actuaba en La Plata contaba con apoyo judicial, según se desprende de la orden de detención a la que accedió en exclusivo 0221.com.ar.
Sobre el cierre del documento judicial la fiscal Lacki aclara que “no escapa” a ella que “a lo largo de la investigación se han mencionado otras personas como intervinientes en la empresa criminal” y que por el momento “no se encuentra comprendidas” en el pedido de detención, debido a que “aún no abastecen los ‘motivos bastantes’ para formular una imputación” pero no se descarta que “el inmediato” avance de la causa “arroje nuevas pruebas” que complemente las existentes para imputar a “quien o quienes resulten responsables” en el nuevo escenario.
La causa madre es el homicidio de Farías, un exconvicto que fue asesinado el 1 de diciembre de 2010 en su departamento de avenida 44 entre 26 y 27. El entonces fiscal del caso, Tomas Moran, solo investigó la hipótesis de un robo al voleo, descartando el ajuste de cuentas dentro de una banda de policías y ladrones.
Ese camino es transitado por la fiscal Lacki, quien hace cuatro años impulsa la investigación con el auxilio de fuerzas federales.