"Supuestamente nosotros obstruimos los espacios recreativos del parque, pero adentro hay otra feria que sí puede trabajar", se quejó ante 0221.com.ar la feriante María Rosa Gómes, que desde hace dos semanas dejó de vender regularmente para pasar a vivir un ritmo convulsionado de marchas, manifestaciones y reuniones con autoridades municipales.
Según comentó, el conflicto empezó hace aproximadamente dos semanas, cuando comenzaron a sufrir un "acoso constante" por parte de la Policía y Control Urbano. En el Municipio sostienen que "los manteros" obstruyen el espacio recreativo de la plaza e incumplen con la ordenanza que prohíbe la venta en la vía pública; ellos, en cambio, acusan que hay otro grupo de feriantes -ubicados en la parte cerrada del parque- que sí puede trabajar.
"No tenemos nada en contra de los chicos de la otra feria, pero sí queremos igualdad. Desde el Municipio nos habían prometido una reunión la semana pasada y no cumplieron", explicó Gómes. En esa línea, contó que ya se reunieron con el director de Seguridad de Edificios Públicos, Cristian López, pero no obtuvieron ninguna solución. Aunque la mayoría de los feriantes están censados, pocos quieren irse a los predios que ofrece el Municipio o pasar a ser monotributistas, como les requieren.
En ese marco, la feriante agregó que ello no son manteros, sino "trabajadores de la economía popular, somos independientes y no hacemos reventa reventa, la mayoría hace feria americana, reciclado, algunos artesanos que venden banquitos, chapitas para perros, etcétera", concluyó. "Tenemos jubilados que cuando PAMI corta parte de la medicación ellos van, venden y por lo menos pueden comprar algo. Otros están en cooperativas cobrando 4.500 pesos cuando la canasta básica es de 16 mil. Nosotros vamos a seguir en lucha, aunque quieran desgastarnos", acusó.

Además advirtió que corren riesgo de ser reprimidos cada vez que tiran manta en algún lugar, sobre todo en el parque mismo donde, acusan, los vecinos los tildan de "negros de mierda". "El Municipio no tienen herramientas, no tienen cómo solucionar este problema. No nos pueden dar un trabajo digno, nosotros estamos 12 o 14 horas acá y no venimos de hobbie", manifestó la mujer.
Por último comentó que la intención de la Comuna es "mandar las ferias por fuera del casco" para que no se vean. En principio este sábado realizaron una olla popular y se instalaron de modo simbólico para exigirle a las autoridades municipales que les permitan continuar la venta en el Parque Saavedra.