El poder político argentino encabezó las agresiones contra periodistas en 2024, siendo responsable del 52,5% de los ataques relevados a lo largo del país, según el informe anual de FOPEA presentado en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
El Monitoreo de Libertad de Expresión del Foro de Periodismo Argentino registró un total de 179 casos, lo que representa un incremento del 53% respecto al año anterior y un alarmante 103% en relación a 2022. La organización alertó sobre el crecimiento de un clima hostil que pone en jaque el ejercicio periodístico y, en consecuencia, a la democracia.
El informe, titulado “El asedio al periodismo debilita la democracia”, señala que el presidente Javier Milei estuvo involucrado en 56 episodios, principalmente a través de discursos estigmatizantes, insultos y agravios públicos que luego se amplifican en el ecosistema digital.
Además del poder político, las fuerzas de seguridad y miembros del Poder Judicial concentraron el 14,5% de los ataques, lo que refuerza el carácter institucional de la violencia. En total, los hechos cometidos por actores estatales o paraestatales -entre ellos, youtubers y trolls- representaron el 80% de los casos, el doble que en 2023.
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Violencia digital y ataques contra la prensa
La violencia digital tuvo un rol central en esta tendencia: el 44% de los agresores utilizaron plataformas como Twitter o Instagram para hostigar, insultar o desacreditar a periodistas. Esta modalidad no solo potencia el daño simbólico, sino que también instala un clima de autocensura y miedo entre trabajadores de prensa.
Durante la presentación en la Universidad de Palermo, la presidenta de FOPEA, Paula Moreno Román, fue contundente: “El 2024 fue un año en el que el periodismo fue el punching ball del Presidente y su entorno. Un trabajo estratégico para deslegitimar y plantear una mirada de extremos”.
En el conversatorio posterior, el abogado Ricardo Gil Lavedra sostuvo que se vive “un ataque frontal contra la libertad de expresión” y criticó la idea de que el presidente se ampare en su derecho a expresarse para vejar y humillar. “Es una forma de censura indirecta”, aseguró. Por su parte, el periodista Jorge Fernández Díaz apuntó contra “la connivencia de colegas que no hicieron las alertas tempranas”.
Los discursos estigmatizantes fueron el tipo de ataque más frecuente (45,25%), seguidos por agresiones físicas (25,14%) y restricciones al acceso a la información (11,73%). La Ciudad de Buenos Aires lideró el ranking de casos con 105 hechos, seguida por la Provincia de Buenos Aires (14), Tucumán (10), Córdoba (7) y Río Negro (7).
Un estudio de la consultora Methodo para FOPEA reveló que las menciones peyorativas hacia la prensa por parte de Milei y sus seguidores alcanzaron las 240.000 en 2024, un 2000% más que el año anterior. El efecto multiplicador de sus mensajes genera un clima de hostilidad que se potencia con cada publicación.