Casi 9,5 millones de hogares reciben subsidios eléctricos en Argentina, pero el Gobierno prevé reducir ese número tras las elecciones legislativas.
El gobierno nacional planea reformular el sistema de subsidios a las tarifas de luz y gas, buscando recortar beneficios especialmente a sectores de clase media. El nuevo esquema, acordado con el FMI, será similar al que se aplicó durante la gestión de Mauricio Macri y afectará a millones de usuarios en todo el país.
En ese marco, el presidente Javier Milei avanza en un nuevo esquema de subsidios a la energía que apunta a recortar la asistencia en las tarifas de electricidad y gas, especialmente para los sectores de clase media. Actualmente, casi 9,5 millones de hogares —alrededor del 60% del total nacional— reciben alguna forma de subsidio, según datos del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
El titular de la CIC cruzó al Gobierno nacional y sentó la posición de la Provincia frente al reclamo del secretario de Ciencia.
El Gobierno posterga la definición de tarifas de gas y analiza un nuevo esquema de subsidios para focalizar la asistencia y reducir el gasto público.
Este rediseño forma parte del acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde el Ejecutivo se comprometió a aplicar cambios tras las elecciones legislativas. La Secretaría de Energía proyecta eliminar el actual sistema de tres niveles (altos, medios y bajos ingresos) y pasar a solo dos categorías: usuarios subsidiados con tarifa social y usuarios sin subsidio.
El nuevo esquema, similar al que se implementó durante el gobierno de Mauricio Macri entre 2016 y 2019, excluiría del beneficio a cerca de 3,2 millones de usuarios de ingresos medios. También podrían quedar fuera sectores vulnerables que no logren acreditar su situación formalmente.
Desde el área energética admiten que el cruce de datos para identificar a los beneficiarios adecuados es complejo y que no se cuenta con toda la información necesaria. Por ello, el proceso será gradual y no se esperan cambios inmediatos, a menos que sea necesario acelerar el ajuste fiscal.
En las últimas semanas, la Secretaría de Energía comenzó a aplicar una reducción progresiva en los descuentos que reciben los usuarios residenciales sobre el precio de la energía. La inflación y la cercanía de las elecciones son factores que influyen en la velocidad de estas medidas.
La secretaria de Energía, la platense María Tettamanti, será la encargada de implementar el nuevo sistema. De todos modos hay incertidumbre sobre cómo impactará en las facturas un eventual aumento del tipo de cambio tras la salida del cepo: podría reconocerse un mayor costo de la energía o incrementarse nuevamente los subsidios.
Según datos oficiales presentados por el ministro Guillermo Francos en el Congreso, hasta principios de abril más de 2,8 millones de usuarios de electricidad del AMBA tenían tarifa subsidiada. De ellos, 1.972.865 se ubican en el Nivel 2 (ingresos bajos), 1.139.825 en el Nivel 3 (ingresos medios), y unos 2,3 millones abonan tarifa plena.
A nivel nacional, el RASE registra un total de 16.375.270 usuarios de electricidad. En cuanto al gas, 2.220.005 usuarios del AMBA también reciben subsidios.
El Gobierno encara así una transformación profunda en la política energética, en busca de mayor equidad fiscal y eficiencia en la asignación de recursos, aunque con consecuencias que impactarán directamente en los bolsillos de millones de argentinos.