En medio de las negociaciones paritarias en diferentes sectores, las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación firmaron una resolución para dar luz verde al aumento de sus sueldos, lo que generó una catarata de críticas que obligaron al oficialismo a volver sobre sus pasos y retrotraer la medida.
Mientras se repiensa la decisión, el foco se puso en la cifra que cada uno de los legisladores nacionales argentinos perciben en bruto y de bolsillo. La exposición pública del bono de sueldo de uno de ellos, evidencia que el sueldo en mano de un diputado actualmente es de $1.984.770,96.
Esto provocó la reacción de muchos en las redes sociales y una indignación general, más aún cuando se supo que el pedido de ambas cámaras era agregar un nuevo aumento del orden del 30%. Eso haría que la suma que percibirían los legisladores nacionales en mano sería de $2.580.202,24.
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La imagen que se viralizó del bono de sueldo de un diputado nacional.
Vale remarcar que a esto hay que agregarle el plus por desarraigo que perciben los diputados y senadores que no representan a la Ciudad de Buenos Aires, ni a municipios cercanos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sumado los pasajes de avión y ómnibus, y los gastos de representación.
Otro punto es que la determinación de los montos de las dietas de diputados y senadores nacionales está desde hace mucho tiempo atado a la paritaria de la Asociación del Personal Legislativo (APL), pero por desconocimiento de esta regla Martín Menem y Victoria Villarruel, presidentes de ambas cámaras, anunciaron un aumento cuando no había necesidad, dada la automaticidad de los ajustes. Los jefes de ambas cámaras se metieron en un embrollo evitable del cual ahora están intentando salir con el menor costo político posible.
Es cierto que si se lo compara con las remuneraciones de ministros del Gabinete, de jueces de la Corte, o de simples directores de organismos públicos, hay un notorio retraso de los haberes legislativos. Cada ajuste de las dietas de legisladores nacionales suscita sensibilidades y agita controversias en la opinión pública como no sucede con los miembros del Poder Ejecutivo, y mucho menos con el Poder Judicial.
Esto lleva al corazón del debate, que tiene que ver con la sistemática degradación pública del trabajo de diputados y senadores nacionales, y el desprestigio del Congreso de la Nación, siendo que la responsabilidad institucional de sus representantes es mayúscula y equiparable a la de los otros poderes del Estado.
"La idea de que la dieta de los diputados sea honorífica es una mala idea. Los diputados debemos tener una dieta similar a la de los ministros del Gobierno", consideró el diputado nacional de Hacemos Coalición Federal Ricardo López Murphy, en diálogo con Noticias Argentinas.
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Por su parte, el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, José Luis Espert, sostuvo: "Un miembro de la Corte Suprema está en 12 millones de pesos; un director del Banco Nación en 7 millones. Si hubiera que aplicar una regla, todos los funcionarios deberían cobrar el sueldo de un diputado".
A favor de los legisladores, es bueno decir que en enero y febrero de este año, el aumento general de precios consolidado fue de poco más de 45 puntos, por lo que un aumento de 30 puntos no alcanza ni siquiera a corregir ese alza. Esto convalidaría una pérdida de 15% en el poder adquisitivo.