En el barrio San Carlos un joven intentó forzar la puerta de un comercio y los frentistas lo demoraron y le quitaron la ropa hasta la llegada de la policía.
Otra vez se registró un hecho de inseguridad en la zona oeste de La Plata, en este caso con un desenlace polémico. En las últimas horas, el barrio San Carlos fue nuevamente protagonista de un hecho delictivo pero en esta oportunidad el ladrón no logró su objetivo y los vecinos lo retuvieron y le quitaron la ropa hasta que llegó la Policía.
La secuencia ocurrió en 131 entre 46 y 47. Un adolescente de 17 años quiso robar en una cerrajería. Luego de merodear por unos minutos en el frente del comercio, se acercó sigilosamente y en un rápido accionar, comenzó a forzar la puerta, que se encontraba con sus persianas bajas. Esa secuencia quedó registrada en video.
Según los frentistas, los hechos se vienen registrando desde el 2019. En inmediaciones de 2 y 53 hubo desde robo de ruedas hasta ataques en viviendas.
Dos delincuentes interceptaron a los empleados de una empresa de repartos de La Plata que habían cobrado una abultada suma tras entregar mercadería.
Cuando el delincuente logró sortear las barreras de seguridad, vecinos habían alertado los movimientos sospechosos en la zona y lo sorprendieron.
El joven intentó escapar. Se lanzó a correr, apresurado, pero los frentistas lograron retenerlo. Luego, llamaron a la policía. Cuando los agentes de seguridad llegaron al lugar, el joven se encontraba en ropa interior.
El adolescente tenía antecedentes. Los efectivos policiales le incautaron tres mochilas,un parlante, una notebook, pinzas, destornilladores, una cortadora de maderas, un programador de llaves, un tester y un medidor de antena.
Un hombre de 34 años sufrió un brutal robo armado en La Plata y salvó su vida de milagro. El episodio se registró el lunes por la noche, alrededor de las 20, en 152 y 78, Los Hornos, cuando fue interceptado por la espalda por un delincuente.
Tras hacerle saber que estaba por asaltarlo, efectuó un disparo intimidatorio al suelo, justo al lado de sus piernas, sin llegar a herirlo. En ese momento, la víctima quedó totalmente inmóvil y el ladrón aprovechó para apoyarle el revólver en la cabeza y así asegurar su objetivo.