Desde que les permitieron volver, exigen que se presente ese documento para limpiar los escombros. La Municipalidad de La Plata se desentiende.
Los vecinos que viven en el edificio aledaño al depósito de Aloise Tecno incendiado hace exactamente 2 meses, continúan atravesando una incertidumbre cada vez más grande. Es que el informe de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) que tiene que determinar el estado real de la estructura sigue sin aparecer y nadie les da una respuesta.
Quienes viven en los departamentos del edificio en 48 N°366, en pleno centro de La Plata, necesitan contar con ese documento para iniciar los arreglos que siguen pendientes en sus hogares: muchos tienen rajaduras en las paredes, humedad en los techos, escombros y hasta fierros al aire libre.
La causa por el incendio y derrumbe del depósito de Aloise Tecno suma tensión y se esperan las pericias finales. Si se descarta el dolo, cambiará la fiscalía.
Desde el martes están subiendo y bajando las escaleras para limpiar sus departamentos, listos para reacomodar de a poco sus vidas sobre calle 48.
En diálogo con 0221.com.ar, varios habitantes de este edificio de siete pisos manifiestan estar muy cansados de tener que lidiar con esta situación repleta de incertidumbre: "Todos nosotros estamos viviendo acá sin saber bien cómo esta todo, necesitamos ya el informe".
La situación continúa hoy, desde los días posteriores al derrumbe. Un departamento sigue con una rajadura importante en la pared que da al depósito y su dueña tiene miedo de que se agrande, pero todavía no puede arreglarla porque para eso necesita el documento en cuestión. Lo mismo ocurre con otros espacios dañados por el incendio, a los que no se los puede intervenir hasta no contar con ese estudio.
"Lo que pasa es que no les pagaron a los peritos de la UTN", dice una vecina que desde hace varias semanas intenta obtener por su cuenta ese escrito. Y reprocha: "En la Municipalidad no nos explican nada y seguimos sin saber qué pasa con eso, nos toman el pelo".
Según pudo saber este medio, días atrás se presentó en el edificio la dueña del depósito incendiado, Roxana Aloise. Fue con un ingeniero y una escribana, charlaron con los vecinos y terminó llorando: dijo estar angustiada por todo esto y, además, manifestó tampoco tener respuestas por parte de la Municipalidad. La mujer subió incluso a algunos departamentos para sacar fotos desde los balcones.
Los vecinos se instalaron exactamente 42 días después de aquella mañana trágica del 16 de julio. Ese día recién pudieron ponerse a limpiar y ordenar el caos. Muchos tuvieron que tirar comida podrida de sus heladeras y averiguar por técnicos que revisen los aires acondicionados y otros artefactos. Las paredes, los pisos, los muebles, los sillones y muchos artefactos electrónicos estaban con manchas de hollín, al igual que los colchones y algunos cielorrasos.
Hoy, a dos meses, pasan sus noches con la misma incertidumbre de esos momentos: no saben cuándo volverán a vivir con normalidad y, sobre todo, con la certeza de sentirse seguros. Nadie les confirma nada y el tiempo sigue pasando.