El Tribunal Oral Criminal II de La Plata condenó a Sergio González, quien tendrá una prolongada estadía tras las rejas por matar a su esposa y a su hijastra.
La Justicia Penal de La Plata dictó una dura condena para el acusado por el crimen de dos mujeres que conmocionó al país. Se trata de la misma pena que cumple el múltiple asesino Carlos Eduardo Robledo Puch. Tres jueces hicieron lugar al pedido del fiscal quien ya tiene antecedentes en la materia.
El Tribunal Oral en lo Criminal II de la capital bonaerense condenó este miércoles a reclusión perpetua a Sergio González por el doble femicidio de su pareja, Stella Maris, y de la hija de ella, ocurrido en 2016 en Alejandro Korn, partido de San Vicente. La resolución fue redactada por la jueza Silvia Hoerr y contó con la adhesión de los magistrados Claudio Bernard y Andrés Vitali.
El hecho se registró en una vivienda de Etcheverry. Fuertes planteos de las defensas en la primera audiencia del juicio oral. Las víctimas, madre e hija.
Un hombre fue detenido en Tribunales, acusado de mentir en un juicio por un doble femicidio ocurrido hace más de una década en Etcheverry.
La sentencia siguió el planteo del fiscal Martín Chiorazzi, quien había solicitado la pena máxima que contempla el Código Penal, al considerar acreditado que González actuó con alevosía y en un contexto de violencia de género sostenida.
La pena de reclusión perpetua es la más grave prevista por la legislación argentina, y solo se aplica en casos especialmente aberrantes, como este. A diferencia de la prisión perpetua, la reclusión agrega condiciones más restrictivas para acceder a salidas transitorias o beneficios.
La jueza Hoerr, quien tuvo a su cargo la redacción del fallo, consideró probado que el acusado apuñaló a Stella Maris y luego provocó el incendio de la vivienda para borrar pruebas y terminar con la vida de la menor, que murió asfixiada por el humo. La sentencia recogió también los testimonios de vecinos y familiares que confirmaron un patrón constante de violencia física, emocional y psicológica por parte del imputado.
En el veredicto se hizo foco en la intención dolosa, la planificación del hecho y el intento deliberado de ocultar el crimen, lo que agravó aún más la figura penal. También se incorporaron las pericias que mostraron que la casa fue rociada con un acelerante para facilitar la propagación del fuego.
Durante las audiencias del debate, que se llevaron a cabo en los tribunales penales de La Plata, desfilaron testigos claves como la vecina Eliana Acuña, quien relató episodios previos de extrema violencia: "A la nena la veíamos golpeada. Una vez vi cómo le pegaba a Stella con un palo de escoba mientras ella estaba tirada en el piso".
También brindaron su testimonio efectivos policiales y peritos que reconstruyeron lo ocurrido en la madrugada del 18 de marzo de 2016, cuando se desató el incendio que terminó con la vida de las dos víctimas. La menor, según la autopsia, murió asfixiada por inhalación de monóxido de carbono, lo que demostró que aún estaba viva cuando se inició el fuego.
El fiscal Chiorazzi consideró que los elementos reunidos no dejaban margen de duda sobre la autoría del hecho ni sobre el contexto de violencia de género sostenida que sufrían tanto Stella Maris como su hija. Por eso, en su alegato final, solicitó que se impusiera la reclusión perpetua, que finalmente fue concedida.
El fallo fue celebrado por los familiares de las víctimas y por organizaciones que luchan contra la violencia de género. La decisión de aplicar la pena más severa se interpretó como un mensaje contundente del Poder Judicial frente a los crímenes femicidas.
González fue hallado culpable de homicidio doblemente calificado, por el vínculo con una de las víctimas y por haber actuado con alevosía, en concurso real. Se trata de una figura especialmente agravada del homicidio, que contempla como única pena la perpetuidad.
La resolución del tribunal platense se suma a otros fallos recientes en los que se aplicó la reclusión perpetua, como el que dictó en 2021 el mismo fiscal Chiorazzi por el crimen de Ricardito, un niño asesinado a golpes por sus cuidadores en Villa Elvira. En ambos casos, los jueces ponderaron no solo la brutalidad del hecho, sino el contexto de sometimiento, crueldad y falta de defensa de las víctimas.
En un escenario en el que la violencia contra mujeres y niñas sigue generando alarma en la provincia de Buenos Aires, el fallo de este miércoles se considera emblemático.
En los pasillos del fuero penal platense, la causa será recordada como una de las más duras y dolorosas de los últimos años, no solo por la violencia del hecho sino también por el contexto de abandono y aislamiento en el que vivían las víctimas. La sentencia busca, al menos, devolver algo de justicia a sus nombres.