Lunes 10 de noviembre de 2025, pasadas las 10, el auditorio "Nunca Más", el subsuelo del Anexo de la Cámara de Senadores de La Plata volvió a llenarse. Tras el accidentado viernes en el que un corte de luz y una lluvia interna suspendieron la audiencia, llegó el turno del testimonio más esperado en el juicio político a la jueza Julieta Makintach, acusada por su rol en el juicio oral por la muerte de Diego Maradona.
Con gesto adusto y voz firme, el juez Maximiliano Savarino, integrante natural del Tribunal Oral Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro, se sentó ante el jurado de enjuiciamiento, presidido por Hilda Kogan, titular de la Suprema Corte bonaerense, y no dejó margen para la ambigüedad: "Makintach me presionó, nos engañó y arrastró al escándalo más grande en la historia judicial del país".
Durante más de dos horas, el magistrado repasó con crudeza lo ocurrido en el juicio anulado por la filmación del documental Justicia Divina y lanzó acusaciones directas contra su excolega. "Esto no pasó nunca en la historia judicial del país", enfatizó, visiblemente alterado.
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La jueza Julieta Makintach junto a Darío Saldaño, uno de sus defensores.
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"Mentirosa y engañadora"
La declaración de Savarino fue una mezcla de testimonio técnico y catarsis emocional. "Makintach es una mala persona, mentirosa, engañadora", lanzó sin rodeos. Inmediatamente, los defensores de la magistrada -Darío Saldaño y Nicolás Urrutia, acompañados por Catalina Saldaño, Ramiro Sánchez Gamino, Luciano Rappazzo y el recién incorporado Juan Martín Cerolini- pidieron que esos calificativos no sean tenidos en cuenta. "Son apreciaciones subjetivas e impropias en un proceso de esta naturaleza", objetaron.
Kogan, que preside el jury, permitió que Savarino continuara, aunque advirtió: "Que quede constancia del pedido de la defensa".
"Estoy enojado, y es lógico estarlo", se justificó el testigo. "Makintach quería dirigir el debate, insistía con que necesitaba tiempo para escribirle a la Corte. Presionaba todo el tiempo. La situación era insostenible". Según su relato, la jueza buscaba ocupar la presidencia del tribunal y redactar el primer voto en la sentencia del juicio por la muerte del ídolo deportivo.
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La filmación prohibida y el engaño
El punto más explosivo de su declaración llegó cuando se refirió a la filmación del documental Justicia Divina, que derivó en la nulidad del juicio. "Nos engañó a nosotros. Decía que no nos preocupáramos, que la estaban filmando a ella por algo personal, y que no necesitaba autorización de la Corte", contó.
El juez recordó con visible molestia el momento en que se enteró del documental: "Makintach nos pidió perdón. Primero lo negó. Después nos dijo que se arrepentía hasta el infinito, que lamentaba lo que estaba pasando por su culpa".
Savarino reconoció que existía un grupo de WhatsApp entre los tres jueces -él, Verónica Di Tommaso y Makintach- donde se mencionó la presencia de cámaras. Sin embargo, aseguró que nunca imaginó que se tratara de una producción audiovisual sobre la propia jueza. "Nosotros estábamos trabajando; ella estaba en un juicio paralelo", dijo, en una frase que resonó fuerte en la sala.
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Mentiras y presiones
A lo largo de su exposición, Savarino también relató los momentos de tensión interna dentro del TOC 3 de San Isidro. "La relación con Makintach era mala. Había discusiones por todo. Quería tener la presidencia, escribir el voto y manejar la dinámica del debate. Yo no quería hacer un juicio con una jueza que presionaba con mentiras", sostuvo.
El magistrado fue más allá y señaló que Makintach "se jactaba de sus vínculos con jueces de Casación y la Suprema Corte". Cuando se le pidió que identificara a esos magistrados, antes de que pudiera dar los nombres, Kogan intervino con rapidez: "No es necesario ese tipo de detalles", dijo, cortando de cuajo ese tramo de la testimonial.
La frase de Kogan fue interpretada por algunos presentes como un gesto de contención institucional. En los pasillos del Senado, sin embargo, se leyó también como una forma de evitar que la declaración escalara hacia lugares más incómodos para el Poder Judicial bonaerense.
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La fiscal general de Necochea, Analía Duarte, encabeza la acusación en el juicio político.
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Contradicciones y nuevos cuestionamientos
La defensa buscó luego erosionar el testimonio de Savarino al citar la declaración de Laura Minici, secretaria del TOC 3, quien bajo juramento aseguró que el día del inicio del juicio oral (11 de marzo de 2025) advirtió a los jueces que había una filmación no oficial autorizada por Makintach. "Les dije que estaban grabando y que la doctora Makintach había dado permiso. Savarino y Di Tommaso me respondieron: 'Bueno, después lo vemos'", declaró la funcionaria en la investigación penal paralela.
Al ser confrontado con ese testimonio, Savarino no negó la conversación, pero insistió en que se trató de "una maniobra de Makintach". "Nos engañó. Decía que era algo personal, sin relevancia institucional. Nunca pensé que estaba montando un documental sobre ella misma", reiteró.
El cruce provocó un clima de tensión visible en la sala. Cerolini, debutante en la defensa de Makintach, aprovechó el momento para lanzar un contraataque: "Solicito que se investigue al juez Savarino por falso testimonio", pidió con voz firme. La presidenta del jury tomó nota.
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Una testigo clave que no declarará
La jornada tuvo otro giro inesperado: la jueza Verónica Di Tommaso, que debía declarar luego de Savarino, fue desistida por el bloque acusatorio encabezado por la fiscal general de Necochea, Analía Duarte, en representación de la Procuración General bonaerense. La defensa protestó y pidió mantener su testimonio, pero el jurado lo rechazó.
La decisión generó murmullos y nuevas suspicacias en el recinto. ¿Por qué no dejan que la defensa interrogue a una testigo que puede resultar crucial?, se preguntaban varios asistentes. Otros fueron más allá: "¿Por qué no se aceptó desde el inicio el peritaje del teléfono de la acusada? ¿A quién compromete?", deslizó en voz baja uno de los observadores.
En los pasillos del Anexo del Senado, la sensación era que el proceso se endurece con cada jornada, pero también que hay un guion invisible marcando el rumbo. Algunos lo llaman "juicio político"; otros, con más ironía, "control de daños".
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Burlando y Cerolini: un reencuentro con historia en La Plata
El día también tuvo un condimento extra. En la misma jornada en que debía presentarse Fernando Burlando -abogado de una de las partes en el juicio por la muerte de Maradona- se incorporó Juan Martín Cerolini a la defensa de Makintach. No pasó inadvertido: ambos fueron socios durante años, compartieron decenas de causas resonantes y terminaron distanciados en medio de un quiebre del que nunca se conocieron públicamente los detalles.
Ahora, el destino los vuelve a cruzar: uno desde el estrado, el otro en la defensa. Un reencuentro con pasado de fuego y un presente cargado de tensión judicial.
Con las declaraciones de Savarino cerradas, la atención se concentra en los próximos pasos del Jurado de Enjuiciamiento. El proceso sigue avanzando, pero en La Plata nadie descarta que este caso -nacido del juicio por la muerte de Maradona- termine escribiendo un capítulo aún más incómodo para la Justicia bonaerense.
Porque como dijo uno de los presentes al salir del edificio: "Después de todo lo que se escuchó hoy, la tormenta del viernes parece haber sido apenas un aviso".