El fallecimiento de Ramiro Ariel Silvapobas, un querido y reconocido vecino de La Plata, provocó una profunda conmoción en distintos ámbitos de la ciudad. Ingeniero mecánico de profesión y reconocido hincha de Estudiantes, su muerte, a los 46 años, generó sentidos mensajes de dolor entre familiares, colegas, amigos y conocidos.
Nacido el 9 de junio de 1978 en la capital bonaerense, era hijo del ingeniero Héctor Oscar Silvapobas y de Manuela González, abogada. Hermano del medio entre Andrea y Vanesa, cursó la primaria y secundaria en la Escuela Dardo Rocha Normal Nº 2, y más tarde se graduó como ingeniero mecánico en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
A lo largo de su carrera, trabajó en compañías como Esso y Techint. Sin embargo, su mayor legado lo dejó en Carhenyl, la fábrica que pertenecía a su padre y a la familia Piancazzo. Allí se sumó cuando se necesitó un profesional de su perfil y, con el paso del tiempo, se convirtió en una figura clave por su compromiso, creatividad y responsabilidad, quedando al frente del emprendimiento junto a las hijas del socio de su papá.
Silvapobas también se destacó por su activa vida social y su fuerte vínculo con el Pincha, al que seguía fielmente desde joven. La natación fue otra de sus grandes pasiones, deporte que practicó durante muchos años junto a un grupo de amigos con quienes compartía encuentros y viajes.
Ramiro Silvapobas (1)
Ramiro Ariel Silvapobas, un querido y reconocido vecino de La Plata, era fanático de Estudiantes
Estaba casado con Mónica Baleztena, médica patóloga, con quien tuvo dos hijas, Micaela y Lila, a quienes consideraba su mayor orgullo. Amante de los viajes y la fotografía, este año realizó un recorrido por Costa Rica con su familia y luego visitó Europa para celebrar los 15 años de una de sus hijas, capturando cada momento con su cámara, una de sus herramientas favoritas.
En sus últimos años, Silvapobas enfrentó una dura enfermedad que transitó con valentía, entereza y una admirable resiliencia. Su actitud frente a la adversidad dejó una huella imborrable en todos los que lo conocieron y lo recordarán por su calidez, su compromiso y su pasión por la vida.