A meses del incendio en Aloise Tecno, Verónica Salvi sigue sin recuperar su casa. Cuestiona a la empresa, a la Municipalidad de La Plata, la Justicia y Camuzzi.
A 3 meses del incendio que destruyó el depósito de electrodomésticos Aloise Tecno en La Plata, los vecinos más afectados continúan reclamando respuestas y asistencia. Entre ellos está la más perjudicada, Verónica Salvi, dueña de la vivienda lindante al edificio siniestrado, que quedó destruida y permanece inhabitable desde el 16 de julio.
Su testimonio, en medio de las falta de respuestas y las dificultades para conseguir los resarcimientos que reclama, refleja la desesperación y la impotencia. Sus dos hijas, que habitaban el lugar en diagonal 77 entre 2 y 3, lo perdieron todo y siguen sin vivienda.
En las últimas horas se conoció el origen del incendio y derrumbe del depósito de Aloise Tecno en La Plata, que mantuvo al país en vilo. Detalles exclusivos.
Comenzó el traslado de los electrodomésticos del depósito de Aloise que se incendió en La Plata. Los vecinos esperan para reacondicionar sus departamentos.
"Somos los únicos que continuamos evacuados, que no tenemos acceso a nuestra propiedad y nadie nos ha recibido, ni la Municipalidad de La Plata ni la Justicia", relató Verónica en diálogo con 0221.com.ar. "La causa por daños y perjuicios está en la mediación, pero los responsables no se presentan. Esta gente -dice en relación a los familia Aloise-, ni siquiera se digna a ser notificada de las audiencias".
En la mañana del 16 de julio, cuando los bomberos aún combatían las llamas en las esquina de 3 y 48, la vivienda que está pegada al depósito quedó reducida a escombros. Martina, una de las hijas de Verónica, se salvó de milagro gracias a los gritos de una amiga que vive cerca y se acercó para despertarla.
La mujer pudo entrar a la casa recién un mes después y se encontró con un panorama desolador. Con un casco amarillo en la cabeza y una cámara, pudo registrar su casa en ruinas mientras una oficial monitoreaba todos sus movimientos por el patio lleno de escombros y unos de los espacios con su techo en el piso.
El incendio en el depósito provocó el derrumbe del edificio y afectó gravemente a las propiedades vecinas. Según confirmaron las pericias de la Policía Federal Argentina (PFA), el fuego originó en un desperfecto eléctrico, lo que en los últimos días motivó un cambio de fiscalía por tratarse de un delito culposo.
Mientras tanto, Verónica asegura que vive una situación insostenible. La principal queja es porque "la Justicia parece haberle dado más derechos a los imputados que a nosotros, que somos víctimas". Apunta, por ejemplo, a la autorización que recibió Roxana Aloise para retirar los electrodomésticos que habían quedado en el lugar.
"La fiscalía les concedió derechos a los imputados, les dejó retirar los electrodomésticos, pero a nosotros no nos dejan ni recuperar documentos o pertenencias afectivas que quedaron debajo de los escombros", lamenta.
"Estamos cada vez peor", lamentó la mujer y también cargó contra la empresa Camuzzi, que la intimó por la pérdida de gas que se produjo en la casa durante el incendio. "Hubo una pérdida terrible porque se rompieron las cañerías de la cocina y una estufa de las habitaciones. La empresa nunca fue a cortar el gas en medio del incendio y ahora nos adjudican a nosotros la responsabilidad económica por esa pérdida".
En ese marco, relata algo que resulta insólito: la pérdida de gas se cerró recién una semana después cuando la detectaron los operarios de la empresa Mitre, encargada de la demolición de los restos del edificio incendiado.
Según su declaración, la empresa le reclama el pago por una fuga que se produjo durante el siniestro. "Nos sacaron el medidor en agosto, pero dicen que el gas se siguió perdiendo como si lo hubiésemos consumido nosotros. Es absurdo: hace 3 meses que no podemos entrar a la casa", contó.
La mujer describe también un estado de abandono por parte de las autoridades municipales. "No hay ningún tipo de escucha. El Municipio está absolutamente ausente. Al principio intenté contactarlos y me trataron muy mal, incluso me amenazaron con que tenía consultorios ilegales, cualquier cosa con tal de no asumir la responsabilidad", relató. Desde entonces, dice que no volvió a recibir ninguna asistencia ni respuesta institucional.
Además de quedarse sin vivienda, Verónica y su familia perdieron las herramientas de trabajo y estudio. "Todas las computadoras, escáneres y tabletas de dibujo quedaron bajo los escombros del estudio de mi hija. Ella estudia cine y perdió todo su material. Hasta las cosas que podrían haberse salvado siguen ahí, porque no nos dejan entrar y nadie mueve nada", lamenta.
Cuestiona, además, que a 3 meses del siniestro, el edificio incendiado sigue sin pericia estructural definitiva. Cuenta que la facultad de Ingeniería de la UNLP aún no cobró los honorarios para concluir el estudio, lo que mantiene paralizadas las obras de demolición y las reparaciones vecinas. "Ellos no pagaron la pericia y por eso no está la evaluación final. Entonces no terminan de derrumbar ese lugar y nosotros no podemos arreglar nuestra casa. Todo está condicionado a lo que los Aloise quieren", volvió a quejarse Verónica, quien remarcó que ella no tiene el dinero para solventar una pericia de esa magnitud.
Entre los reclamos principales, Verónica exige un resarcimiento total por los daños materiales y las pérdidas económicas sufridas durante estos meses. "Lo que pedimos es un resarcimiento completo, porque no sabemos si la casa se puede reconstruir. Hay que hacer toda la instalación de gas nueva y no tenemos los medios para afrontar eso. Además, mi hija perdió horas de trabajo, de estudio, y seguimos viviendo de prestado", explicó.
El proceso judicial avanza lentamente y para Salvi es un calvario. Las audiencias se suspenden o no cuentan con la presencia de los imputados. "El 30 de septiembre tuvimos una audiencia y no se presentó nadie. Ni la madre, ni los hermanos Aloise. Uno de ellos estaba en el exterior, otros directamente se negaron a recibir las notificaciones. Mientras tanto, nosotros seguimos sin casa", resumió.
En este escenario, Verónica dice sentirse abandonada por todos los niveles del Estado. "El Municipio debería hacerse cargo, al menos de protegernos. Pero no hay respuestas ni solidaridad. Yo no tengo los medios para iniciar una causa contenciosa y las puertas se me cierran en todos lados", expresó con angustia.
A 3 meses del incendio que conmovió a La Plata, la casa de Verónica -que hasta el 16 de julio habitaban sus dos hijas- sigue cerrada, sin gas ni electricidad. "Lo único que quiero es que alguien se haga responsable. Que podamos volver a tener un lugar donde vivir", concluyó.