En una charla exclusiva con 0221.com.ar, Santiago Ascacíbar se tomó un tiempo para hablar de su vida, su sentimiento por Estudiantes y por qué volvió.
En la tranquilidad de la mañana del Country Club de City Bell y mientras se recupera de una lesión para arrancar a pleno la segunda parte de la temporada, Santiago Ascacíbar recibió a 0221.com.ar para mantener una interesante charla ligada al presente de Estudiantes, pero también al pasado.
En un repaso de su historia en el fútbol, habló de sus inicios en el Pincha, al que siempre estuvo convencido que iba a volver; y lo que significó para él, haber ganado sus dos primeros títulos como la Copa Argentina y la Copa de la Liga. También, analizó lo que fue la temprana eliminación en la Copa Libertadores y cómo se siente con la cinta de capitán del equipo. Además contó que en los ratos libres, le gusta leer y todas las mañanas se informa acompañado de unos mates.
Santiago Ascacíbar hizo un repaso por su presente en Estudiantes y la principal razón por la que eligió volver y no ir a Boca.
—¿Te considerás un tipo común, más allá de la exposición que tenés?
—Muchas me dicen que no lo soy, pero yo me considero una persona común. Trato siempre de ponerme en igualdad con las personas, estamos iguales: somos todos seres humanos, por ahí a nosotros nos toca hacer un deporte y ser conocidos, por eso uno entiende al hincha que lo vive diferente. Yo ya sé que cuando uno que es fanático del Pincha viene a pedirme una foto o un video, ya me doy cuenta por su forma de moverse, cómo le empieza a latir el corazón o la sonrisa., los nervios de cuando agarran el teléfono.
Yo una vez sola pedí una foto, se la pedí a Raúl Cascini. Ya jugaba con Bauti, su hijo, y un día dije: "Le voy a pedir una foto", porque me gustaba cómo jugaba y además en la misma posición. La tengo todavía.
—¿Te gusta leer en tus tiempos libres?
—Sí, me agarró más el hábito de empezar a leer cuando estuve jugando afuera. Si algo no me gusta, capaz que leo dos o tres páginas y lo dejo. Ya sé más o menos lo que me gusta. Por ejemplo el diario, que lo compro a la mañana. Me gusta tener el papel y tocarlo, porque con el teléfono te pasa que lo agarrás y lo estás leyendo y lo lees chiquito o te suena o algo y después la postura es diferente, yo por lo menos me encorvo todo. Si estoy en casa, a veces leo con la pava mientras tomo mate.
—¿Caíste de lo que fue tu regreso a Estudiantes?
—No sé bien cómo son los números, pero sé que estoy cerca de alcanzar el mismo tiempo que estoy acá al que cuando debuté antes de irme. La verdad me hubiese quedado antes de irme, porque siempre fue esa espinita cuando estaba afuera de por qué no me quedé. Me sentía bien y cómodo en el club, pero bueno... las necesidades del club las entiendo también y sabíamos que en ese momento había otras prioridades como terminar el estadio.
—¿Sentiste que en un momento podía no darse?
—Por cómo se manejan los clubes alemanes, yo estaba tranquilo que no iba a haber problemas y mientras Estudiantes tuviera ganas y pusiera la plata se iba a dar de esa manera. Yo en todos los clubes que jugué siempre fui honesto y sincero, así que cada uno sabía de mis ganas, los Directores Deportivos, por ejemplo; y conocen a la persona que está en el club.
—¿Por qué decidiste volver?
—Más que nada porque Estudiantes representa mi vida, lo que yo considero que es mi esencia y por ahí Estudiantes lo representa de esa manera, por un montón de cosas: sacrificio, humildad y las ganas de ganar, que muchos clubes por ahí lo tienen también. Estudiantes lo representa todo. Es la ciudad donde nací, donde crecí y es el club que me formó y es al que, hoy por hoy, le debo mi carrera.
Siempre que estuve afuera, yo decía que iba a volver y que iba a salir campeón. Se lo decía a mis amigos y a mi familia y me decían la típica de que espere, pero ya era mi idea hasta que un día dije: "Si no me dicen de venir, me tomo un vuelo y me voy". Arreglaron y me vine. La fui viviendo año tras año y cada vez estaba más convencido de querer venir.
—¿Veías tan pronto la posibilidad de salir campeón?
—Se tienen que dar un montón de cosas y se alinearon todas: un buen técnico, un buen grupo, buenos jugadores y la institución que hace bien las cosas, como siempre. Todo se juntó, se dieron los resultados y un montón de cosas.
La Copa Argentina cuando la empezamos a jugar yo dije "esta puede ser una de las copas que podríamos ganar", porque iba bien y prolija. Después nos tocó la semifinal con Boca, que ahí era un filtro; y en la final con Defensa y Justicia era más de igual a igual. También me tiraba mucho por la Copa Sudamericana, pensé que la ganábamos.
En la final de la Copa de la Liga, cuando hacemos el 1 a 0 estaba el partido medio raro, pero cuando les expulsaron a un jugador me dije "acá ganamos", porque no estábamos jugando del todo bien o como sabemos jugar, pero somos Estudiantes. Entonces dije "listo, se terminó acá el partido", pero después vino la expulsión y quedamos de igual a igual y 1 a 1. Desde ahí fue todo minuto a minuto, ahí no tuve un control, después en los penales no se sentía igual. Se te cruzan muchas emociones juntas, a mi no se me cruzaban mil ideas... todo el esfuerzo que uno hace en el transcurso de toda la carrera, porque mi primer título fue la Copa Argentina, profesionalmente, y yo ya tenía 26 años. Es algo que significa un montón y se me juntaron emociones.
—¿Qué conclusión sacaste de la Copa Libertadores?
—Lo que pasó es que cuando ya te pasa que con Huachipato, un partido que vas 1 a 0 te lo empatan, siendo Estudiantes y en la Copa Libertadores, no me gustó nada. Después venimos acá y a The Strongest no le podíamos ganar y nos costó un montón. Nos toca Gremio, hacés un gran partido y se te escapa en un detalle, nos habrán pateado tres o cuatros veces al arco. Lo mismo Huachipato que nos patea cinco veces y nos hace cuatro goles. Ese partido cuando le empatamos 3 a 3, dije "lo ganamos", igual que con Gremio cuando le echan el jugador y del "lo ganamos", te vas con las manos vacías.
—¿Qué significa llevar la cinta de capitán?
—La verdad que no estaba en los planes, pero cuando vine Marian (Andújar) me dijo: "Mirá que vos sos el próximo capitán, obviamente ya lo sabés". Estaba él, Mauro (Boselli) y yo. Entonces le dije que recién llegaba y estaba José (Sosa), Pablo (Piatti), Guido (Carrillo) y Fede (Fernández)... tenés gente que son grandes y con experiencia. Después, a principio de este año me llamó Edu (Domínguez), y me dijo: "Mirá que para mi tenés todas las condiciones de ser el capitán y lo vas a ser". Me explicó y me dijo todo lo que pensaba y obviamente que quiero llevar la cinta, me sienta cómodo, no es que hago cosas forzadas para tenerla. Me hago cargo de eso porque me gusta y siempre de chiquito que fui capitán acá en el club.
—¿Todavía soñas con jugar en la Selección Argentina?
—En Alemania fue el cambio brusco y se dio por cuestiones futbolísticas: allá un cinco va y el otro se queda y no siempre el mismo y si uno tiene que terminar una jugada, se suelta y lo hace. Hoy por hoy también pasa acá. En la Selección Argentina tenes a Guido (Rodríguez) si querés, pero el resto son todos volantes mixtos o internos que te juegan también de ocho. En 2018 fui convocado cuatro veces y ya estaba (Lionel) Scaloni y algunos de los chicos que hoy están, pero ahora mi forma de juego se adapta un poco más a lo que a Scaloni le gusta, en ese momento yo era más posicional. Creo que todos los que están hoy hacen su trabajo muy bien por eso tienen el puesto ganado, pero obviamente a mi me encantaría ser parte del proceso en cualquier momento. La mayoría de los que están tienen mi edad o hasta más grandes, yo todavía tengo mucha relación, sobre todo con los que estábamos en el Sub 20.