A pesar de haber jugado 435 partidos en Estudiantes, la historia de Miguel Ángel Russo en el clásico platense no es tan extensa como podría presumirse.
Miguel Ángel Russo fue protagonista del clásico platense ante Gimnasia en solo 6 oportunidades y todos como jugador de Estudiantes, ya que como entrenador nunca se cruzó ante el Lobo. Después del ascenso se fue antes de aquella última fecha de 1995 y en su segunda etapa en la institución, en el 2011, el Tripero estaba en la B Nacional.
El saldo es negativo en resultados ya que acumula 3 empates, 1 victoria y 2 derrotas, ambas jugando en el Estadio del Bosque.
Mariano Messera se emocionó al hablar de Miguel Ángel Russo, el técnico que lo marcó dentro y fuera de la cancha y del cual tiene un gran recuerdo.
Las cenizas de Miguel Ángel Russo ya descansan en Estadio UNO, cumpliendo su deseo y homenajeando su legado en Estudiantes.
La primera vez fue el 25 de mayo de 1976 con Carlos Bilardo en el banco de suplentes. Fue en el viejo Estadio Jorge Luis Hirschi y ahí consiguió su único triunfo. Fue por 2 a 1. Para Estudiantes los goles los dos goles los marcó el uruguayo Hugo Cabezas Gonella, y Edgardo Di Meola logró la igualdad transitoria.
Esa tarde el equipo del Narigón formó con Pezzano, Del Curto, Rodríguez, Brown y Frassoldatti; Russo, Pagnanini y Hernández; Cabezas, Santechia y Milano. Entraron Carlos López y Benito. El Lobo alistó a Dallovere; Pérez, Nicolau, Gottfrit y Rosl; Peracca, Echauri y Beltrán; Forgués, Di Meola y Tutino. Ingresaron Avellino, Verón y Maggio. Esa tarde el árbitro Sergio García expulsó al propio Miguel y a Peracca.
Al año siguiente, el 16 de septiembre otra vez en 1 y 55 igualaron 1 a 1. Con la dirección técnica de Héctor Antonio el Pincha alistó a Pezzano, Del Curto, Solari Gil, Rodríguez y Herrera; Onnis, Russo y López; Gottardi, Letenú y Milano, con los ingresos de Santechia y Hernández. Los triperos formaron con Ducca; Ferreyra Oscar Pérez, Urquiza y D’Alegre; Mamberto, Verón y Beltrán; Forgués, Fornrari y Tutino. El entrenador Rattin hizo ingresar a Uzín y Borgna. A los 9 del complemento, Russo en su único gol en la historia del clásico, abrió la cuenta e igualó Fornari.
El 5 de marzo de 1978 le tocó jugar un clásico por primera vez como visitante y fue la primera caída que conoció. Gimnasia, que era dirigido por José Varacka, formó con Vidallé; Touriño, Pellegrini, Gutiérrez y Urquiza; Solari, Verón y Beltrán; Montagnoli, Fornari y Forgués. En el complemento entró Tutino.
Los albirrojos, dirigidos otra vez por Antonio, formaron con Pezzano; Del Curto, Brown, Roca y Herrera; Onnis, Russo y López; Gottardi, Fortunato y Gurrieri. Ingresaron Mariano y Santechia. El gol lo convirtió Fornari y Vidallé le contuvo un penal a Onnis.
La otra derrota fue en el Estadio del Bosque y con un diluvio tremendo. Se jugó el 31 de agosto de 1986 con el arbitraje de Abel Gnecco y ese clásico se lo recuerda como el clásico del helicóptero, ya que la cancha estaba inundada y la famosa nave sobrevoló el campo de juego para intentar secar la cancha. El objetivo se cumplió a medias, pero el partido se jugó y el ganador fue el Lobo por 2 a 1.
La cuenta la abrió Rubén Insúa, igualó el uruguayo Villazán y Merlini de tiro libre marcó el tanto del triunfo en el arco de la tribuna Centenario. El partido también se recuerda con la anécdota que Gustavo Moriconi fue expulsado a los 43 del segundo tiempo, ingresó el uruguayo Sosa para atajar, pero no salió ningún jugador y el juez no se dio cuenta.
Garisto y Manera fueron los técnicos. Gimnasia formó con Moriconi; Lúquez, Carlos Russo, Espínola y Tempesta; Pighín, Kuzemka y Carrió; Pedrazi, Merlini y Villazán; y Estudiantes con Bertero; Llane; Agüero, Trossero y Craviotto; Guillermo Rodríguez; Miguel Russo, Sabella e Insúa; Gottardi y Gurrieri.
El 8 de julio de ese 1986 el clásico volvió a desarrollarse en 1 y 57 y fue el 103 del historial. Miguel Russo, otra vez presente. Fue empate 0 a 0 con arbitraje de Jorge Romero. José Ramos Delgado fue el entrenador albirrojo y Garisto el de Gimnasia.
Estudiantes formó con Bertero; Craviotto, Agüero, Trossero y Herrera; Rodríguez, Russo, Insúa y Sabella; Vidal González y Gurrieri. Entró Fernández. Gimnasia jugó con Moriconi; Olivera, Galvagni, Espínola y Tempesta; Pighín, Kuzumka, Vargas y Carrió; Merlini y Ballejo. Ingresó Villazán. El equipo del uruguayo puso tres mediocampistas centrales, un solo delantero y cumplió con el objetivo del empate.
El 28 de febrero de 1988, Russo jugó su último clásico y fue uno de los partidos más recordados. El árbitro volvió a ser Jorge Romero y a la media hora el Lobo, como local, se imponía por 2 a 0 con dos penales de Carlos Russo en el arco del túnel. El estadio estaba colmado.
A los 35 del segundo tiempo Yalvé descontó con un Estudiantes que buscó la heroica en los segundos 45 y a los 40 el azuleño Rodolfo Cardoso puso el 2 a 2. El equipo de Oscar Malbernat fue en busca de más, pero cedió el alambrado de la tribuna visitante (lo que hoy es la Platea Néstor Basile) y el partido debió suspenderse a los 41.
Fue el último clásico de Miguel con la roja y blanca, la única camiseta que usó. Fueron pocos, pero intensos con expulsión, un gol, helicóptero, una tribuna caída. Pocos meses después tomó la decisión de no jugar más y darle paso al gran entrenador que fue.