Cada 25 de diciembre tiene un significado especial para Estudiantes. Más allá de la Navidad, la jornada remite a un hecho histórico profundamente ligado al Bosque y al Estadio Jorge Luis Hirschi, un espacio que marcó la identidad del club y atravesó años de ausencia antes de volver a abrir sus puertas.
Para el mundo albirrojo, el 25 de diciembre no se limita a una celebración religiosa. Desde hace más de un siglo, la fecha está asociada a uno de los hitos más importantes en la historia de Estudiantes, que despierta recuerdos, emociones y un fuerte sentido de pertenencia entre los hinchas.
Ese día de 1907 quedó marcado para siempre en la vida institucional del club. Tras dos años de intenso trabajo, la dirigencia logró concretar una obra que cumplía con los requisitos exigidos por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), dando inicio a una etapa decisiva para Estudiantes en la ciudad.
Estudiantes Cerro Porteño Banderín Estadio UNO
La cancha de Estudiantes cumple 118 años de su primera inauguración
Ignacio Amiconi | AGLP
El destierro y la vuelta de Estudiantes al Estadio UNO
Antes de ese momento histórico, Estudiantes disputaba sus partidos en el predio donde actualmente se encuentra la Plaza Malvinas. Con la llegada al Bosque en 1907, el club encontró un lugar que se transformó en sinónimo de identidad y pertenencia, y del que nunca más se iría por decisión propia.
Con el paso de los años, las remodelaciones obligaron a Estudiantes a alejarse de su cancha durante un largo período. Esa ausencia fue vivida como un verdadero destierro por la colectividad pincharrata, que debió esperar décadas para volver a sentirse en casa.