Una nueva historia vincula a Diego Maradona con la ciudad de La Plata, en este caso con Estudiantes y el Estadio UNO.
“Ese día nos clavó un golazo Diego Maradona ”, dice el hombre de 67 años, en la platea de 115, cercano al banco de suplentes, con el arco de 55 muy cerca. Una vez más, la ciudad de La Plata es el escenario de una historia de Diego que tuvo lugar un 15 de diciembre pero de 1977.
Muy pocos socios como él, en butacas alrededor, saben que Néstor Amiconi jugó en la reserva y primera de Estudiantes entre 1975 y 1978, y mucho menos que tuvo una charla con Maradona cerca de aquel túnel de 55, cuando salían para jugar el segundo tiempo de un partido con Argentinos Juniors, en el viejo Estadio Jorge Luis Hirschi.
El 4 de noviembre de 1967, el Racing Club de Avellaneda venció 1 a 0 al Celtic de Escocia en Uruguay y fue campeón de la Copa Intercontinental.
El hombre, exdefensor, le contó a 0221.com.ar: “Me viene a saludar, y me dijo ‘Negro, me confundí con tu hermano… Cuando vi la planilla pensé que jugaba Miguel. No te olvides de mandarle saludos”. Y emocionado, agrega: “Cuando terminó el partido viene a saludarme otra vez y me recordó el saludo”. Néstor jugó con la camiseta 2 (una costumbre de la época en el Pincha era la numeración corrida y él era marcador lateral derecho). “Gracias Diego… Le digo a Miguelito, debe estar en la tribuna”, le respondió el actual socio estudiantil.
La confusión del fenomenal crack, Pelusa, tenía varios motivos: en la categoría ’60 se enfrentó a Miguel Angel Amiconi varios sábados y en 1979 fueron compañeros en un preseleccionado Juvenil, aquel Sub 20 que brillará en el Mundial de Japón, el primero que laureó a Diego en el nivel internacional. “En lugar del platense Amiconi fue Juan Simón, jugador de Newell’s entonces y en el futuro subcampeón mundial de mayores en 1990.
Néstor tiene el orgullo de haber sido titular 7 partidos, mientras su hermano Miguel llegó a Reserva y después ascendió con Nueva Chicago a Primera A en 1981. De allí tal vez radique otra confusión que forma parte del anecdotario familiar y tomó estado público; el diario Olé elaboró el Diccionario del Fútbol Profesional y ahí aparecen correctos los datos de Néstor, pero con el nombre de Miguel Ángel. Hoy siguen yendo a la cancha, al remozado Estadio UNO.
“Desde que se inventó la presión en el fútbol, sonaste… Tenés que ser muy talentoso para sobresalir, es imposible jugar. Aparte, físicamente los jugadores son atletas, corren, chocan. En la liga inglesa se ve algo”. Pipo Gorosito opinó que en Europa le impresiona la recepción de la pelota y precisión en la entrega.
Revisando estadísticas de Maradona en nuestra ciudad, nunca le convirtió a Gimnasia, y a Estudiantes le convirtió en cuatro oportunidades. Con los colores del Bicho, además del empate en uno de 1977, la historia siguió el 14 de septiembre de 1978 (ganó el Pincha por 2 a 1); el 9 de marzo de 1980 en un 2 a 2 (uno de Diego, doblete local de Patricio Hernández); y el 14 de octubre de 1981, en Boca, hizo uno en triunfo Xeneize 3 a 1.
En forma amistosa, gritó uno en el Estadio Juan Carmelo Zerillo en 1982, en un partido para recaudar fondos para las tropas del Ejército que estaban en plena Guerra de Malvinas. Néstor Amiconi con orgullo evocó: “Empezamos ganando con gol de Alfredo Letanú a los 30 segundos”. Aquel encuentro, al igual que el de este viernes 13 de diciembre de 2024, no representó interés en cuanto a la tabla. A los 43’ igualó Maradona, del que ya se hablaba como la estrella del futuro, “el Pibe de oro”.
Faltaban diez fechas para la finalización del torneo de AFA más largo de la historia, 46 fechas, con 23 equipos en Primera que se enfrentaron a dos ruedas. Fue campeón River , pese a no pudo utilizar el Estadio Monumental, y Estudiantes finalizó undécimo, con un punto menos que Argentinos que terminó noveno con 43. “Teníamos un plantel acotado” reconoce Néstor. En la tabla de goleadores su compañero Hugo Gottardi registró 13 tantos (6 fueron de cabeza), misma cifra que Maradona (tres de tiro libre). En La Paternal estuvo el goleador del torneo, Carlos Alvarez, con 27 conquistas en 15 juegos.
Tras esa catástrofe del 2013, a Néstor Amiconi se le perdieron muchas imágenes, pero rescató algunas carpetas, donde aparece posando en un equipo infantil. “Tenía diez años y entré a jugar en un intervalo de un partido de la primera, en 1967, cuando ya el club había ganado el Metropolitano. Mi viejo me llevaba a la cancha, y después compartí vestuario con algunos de esos campeones, Verón, Pezzano”.
Por entonces, vivía en 68 y 28, “en el Parque Castelli, donde jugábamos al fútbol todo el día”. Desde que se casó con Graciela Cuenca lleva una vida en Los Hornos, en 133 entre 61 y 62, donde nacieron los cuatro hijos: Santiago (el mayor, de 1982), Agustina, Facundo (ambos en el exterior) e Ignacio (el último, de 1992). Hace trece años disfruta de otro ritmo de vida, jubilado del Banco Provincia, lugar donde entró como ordenanza mientras era futbolista Pincha. Terminó en la caja.
A los 21 años de edad quedó libre. Héctor Antonio le dice "‘te llevo a All Boys’. Miguel Russo me dice ‘andá a Lanús, ya hablé’, pero yo trabajaba en el Banco y me ocasionaba algunos líos. Empecé a girar por las ligas. Landaburu me llevó a Carlos Casares; pasé por Cambaceres, dos años; Saladillo, 9 de Julio, Bragado y en la Liga Amateur Platense, en la B, para Banco Provincia".