El conflicto gremial dentro del Astillero Río Santiago(ARS) sumó un nuevo capítulo con la respuesta oficial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Ensenada, que desmintió las acusaciones de corrupción y favoritismo en los ascensos internos. La organización aseguró que las versiones responden a “operaciones políticas” para desprestigiar al sindicato.
En los últimos días, un grupo de empleados de la planta naval increpó al secretario generalFrancisco "Pancho" Banegas, exigiendo explicaciones por presuntos beneficios a dirigentes cercanos. Las críticas derivaron en una asamblea con reclamos de transparencia y advertencias sobre la falta de conducción y planificación en el astillero.
Desde el gremio, en tanto, afirmaron que los apuntados, Diego Seimandi y Lorena Benaglia, aclararon la situación “delante de los trabajadores” en la asamblea del 10 de noviembre. Según remarcaron, ambos dirigentes “demostraron públicamente la falsedad de las acusaciones” y calificaron las denuncias como una “maniobra política y falaz”.
Los detalles de la versión de ATE
El comunicado oficial de ATE Ensenada sostuvo que las versiones buscan “generar confusión, desunión y desviar el foco de los verdaderos objetivos del Astillero Río Santiago”, entre los que mencionaron “asegurar el futuro productivo y la estabilidad laboral”. Además, destacaron los avances en el proyecto del Dique Flotante, obra clave para reactivar la planta.
ATE Astillero Río Santiago ASAMBLEA
La asamblea de los trabajadores del Astillero Río Santiago se realizó el lunes.
“Estas operaciones solo buscan dividirnos. Necesitamos un Astillero fuerte y unido para alcanzar la soberanía y el trabajo genuino”, señalaron desde la conducción gremial. El texto remarcó la necesidad de recuperar la producción y mantener el apoyo del gobierno de Axel Kicillof en la finalización de obras estratégicas.
El documento difundido por ATE también apuntó contra el gobierno nacional de Javier Milei, al que acusó de impulsar “privatización, reforma previsional y laboral”. En ese sentido, el gremio anticipó que volverá a movilizar para defender los derechos de los trabajadores y el futuro del sector naval estatal.
En paralelo, trabajadores de distintos sectores continúan denunciando desigualdades internas y exigen la renuncia de dirigentes vinculados a la lista Blanca. Los reclamos se intensificaron tras la falta de designación de una nueva autoridad tras la salida de Pedro Wasiejko, lo que mantiene acéfalo al astillero.
“Estas operaciones solo buscan dividirnos. Necesitamos un Astillero fuerte y unido para alcanzar la soberanía y el trabajo genuino” “Estas operaciones solo buscan dividirnos. Necesitamos un Astillero fuerte y unido para alcanzar la soberanía y el trabajo genuino”
El Astillero Río Santiago cuenta con unos 2.900 empleados y atraviesa una situación de casi total inactividad. Pese al respaldo del gobernador Kicillof, el 95% del presupuesto se destina a salarios, mientras las tareas productivas siguen paralizadas y crece la tensión sindical.
En su mensaje final, ATE Ensenada aseguró que seguirá “a disposición de quien lo desee para demostrar la falsedad de las acusaciones” y convocó a la unidad interna para enfrentar los desafíos que atraviesa el astillero. “La etapa requiere organización y compromiso colectivo”, afirmaron.
El sindicato confirmó además que participará de una nueva movilización junto a otros gremios estatales bonaerenses en defensa del Instituto de Previsión Social (IPS) y por la aprobación del presupuesto provincial, con el objetivo de garantizar el pago de salarios y aguinaldos antes de fin de año.
El video de la protesta de los trabajadores del Astillero Río Santiago
Durante la asamblea del viernes, los trabajadores mostraron su disconformidad con cánticos y un grito claro: "Que se vayan todos". La frase condensó el descontento de los operarios frente a una conducción sindical que, aseguran, perdió contacto con las demandas reales de las bases obreras.
Tensión en el Astillero Río Santiago
Desde hace tiempo se viene planteando que el Astillero atraviesa una situación crítica, no tiene una conducción definida y su producción se encuentra casi paralizada. En ese escenario, avanzan las disputas políticas y sindicales e, incluso, se encienden alarmas sobre una posible privatización de la compañía.